Revista Sociedad

El comercio de la guerra y la democracia neoliberal

Publicado el 04 octubre 2012 por Orgon

El comercio de la guerra y la democracia neoliberal

By Nicole Schuster Global Research, September 28, 2011 28 Septiembre 2011  [sustituid Occidente o Politicos por Banqueros psicópatas y habreis dado en el clavo] El comercio de la guerra y la democracia neoliberal

Occidente quiere hacernos creer que su apoyo a las fuerzas “rebeldes” de Libia y el lanzamiento por parte de la OTAN de las ofensivas de bombardeo en Libia se realizaron para precipitar la caída del “dictador” Muamar Gaddafi e “instaurar la democracia”, que la gente tanto reclamaría en este país. Lo que occidente no quiere que sepamos, es que la creación del caos y la destrucción en este país han sido preparadas desde hace más de una década por el Pentágono.

Pese al discurso cínico difundido por los gobiernos occidentales para justificar sus intervenciones militares, las guerras que se están librando en Medio oriente y en el norte de África ponen al descubierto la estrategia del Imperio y las apuestas geoestratégicas, económicas e ideológicas que esas ofensivas significan para occidente. Aparece con claridad que, dentro de la política neocolonial de occidente, Libia es sólo una etapa de un plan de reconfiguración que afecta directamente a los países poseedores de recursos naturales, los cuales son indispensables a la reproducción del modelo capitalista. Por lo tanto, la participación directa de la OTAN en los conflictos árabes – y particularmente en Libia – no tiene nada de espontáneo ni altruista.

LA GEOPOLÍTICA DEL ESTADO DE GUERRA PERMANENTE

En su artículo titulado “Une “guerre humanitaire” contre la Syrie?”, Michel Chossudovsky(1) cita al General Wesley Clark, quien reveló que en el 2001 existía ya un plan elaborado por el Pentágono para derrocar en el espacio de cinco años a los gobiernos de Irak, Líbano, Libia, Irán, Siria, Somalia y Sudan. Clark confirmaba con ello la determinación de Washington de realizar una guerra total en Medio Oriente, Asia y África, a fin de “reorganizar” esas regiones en función a los intereses estadounidenses. En realidad, esos planes no datan del año 2001, puesto que habían sido urdidos desde los tiempos en que gobernaba Bush padre. Pero es en 1997, a través de la creación de un centro de reflexión (think-tank) llamado “Proyecto para un Nuevo Siglo Americano” (PNAC- Project for a New American Century), que se precisaron la visión imperialista de Estados Unidos y su consecuente política de control de los países productores de energía(2). Del documento publicado en el 2000 por la PNAC y titulado “Rebuilding America’s defensas. Strategy, Forces and Resources for a New Century”, sobresale la pretensión de Estados Unidos de fomentar la paz y hacerse el garante de la seguridad en las regiones ricas en hidrocarburos y en el mundo en general. El informe, preparado por un equipo cuyos miembros neoconservadores ocuparán luego puestos clave en el gobierno de Bush hijo, pone de relieve el rol de las fuerzas armadas y prevé su eventual involucramiento en varios teatros de guerra(3). Asimismo, se establece de forma clara la articulación entre el sector comercial y el sector militar, lo cual no tiene nada de sorprendente si consideramos que, para la democracia occidental, la extensión de sus mercados, ergo la imposición del modelo económico neoliberal, es un instrumento de dominación.

Gracias a Bush junior y su equipo de halcones neoliberales, los objetivos estratégicos elaborados por el PNAC, y que se plasman en la realidad en el “proyecto para un Gran Medio Oriente”(4), se iniciaron a partir de 2001. El detonador, que permitió a Bush y sus acólitos entablar la serie de conflictos que estamos todavía sufriendo, fue el rechazo de los talibanes en cuanto a la construcción por la empresa petrolífera estadounidense UNOCAL de un oleoducto que pasaría a través de Afganistán. El derrumbe de las torres gemelas fue sólo un pretexto que permitió invadir el país afgano e imponer un gobierno títere. No es entonces una casualidad que Kharzai, el representante de UNOCAL en las negociaciones con los talibanes que tuvieron lugar en la década de los noventa, aterrice a la cabeza de este gobierno(5). La posterior invasión en Irak permitió a Estados Unidos reorganizar la producción y comercialización del petróleo y gas, y promover el desmantelamiento de la economía local a través de la implantación de transnacionales occidentales. >>LEER ARTICULO ORIGINAL


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