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El comportamiento solidario de las ratas

Por Ruthbermo
El comportamiento solidario de las ratas

Tener miedo a las ratas no es nada del otro mundo. La musofobia es uno de los temores más extendidos en el mundo occidental. Independientemente del motivo por el que estos animales puedan inspirar miedos en las personas, un reciente descubrimiento indica que dichos seres no son tan malos como los pintan: las ratas sienten empatía y conocen la solidaridad.Las bondades de las ratas fueron estudiadas por un grupo de científicos de la Universidad de Chicago (EEUU) quienes llevaron a cabo experimentos en los que trasladaron parejas de ratas acostumbradas a vivir juntas a un habitáculo nuevo. En cada habitáculo encerraban a una de ellas tras una puerta que, con un poco de pericia, podía abrirse desde el exterior.
Ante esta situación, la rata libre daba muestras de agitación al ver a su compañera recluida, un síntoma evidente, según los investigadores, de un “contagio emocional”, un fenómeno que, hasta la fecha, era propio de los seres humanos que pueden llegar a sentir miedo y sufrir dolor ajeno como si fuese propio. De este modo, después de varios días, las ratas al fin aprendieron por sí mismas a abrir la puerta para liberar a su pareja.Con este descubrimiento las ratas demuestran ser capaces de ponerse en el lugar de otros congéneres (empatía) y ayudarlos en caso de que precisen ayuda, comportamiento que, hasta la actualidad, sólo se había observado en unas pocas especies de primates y en personas.¿A qué se debía la empatía de las ratas? ¿Era algo aleatorio? ¿Lo harían por cualquier otro animal? Para dar respuesta a estos interrogantes, los científicos colocaron un ratón de juguete al otro lado de la puerta. Sin embargo, las ratas esta vez no reaccionaron. Repitieron también las pruebas con ratas pertenecientes a otros habitáculos… y también estas eran socorridas por sus compañeras, lo que indicaban que no era la necesidad de contacto social la que provocaba tal liberación, sino que el verdadero motivo era “el alivio del sufrimiento de la otra rata”.Para rizar el rizo, los investigadores norteamericanos colocaron galletas en un comportamiento aledaño, para ver si primero se alimentaban o liberaban a su pareja. En todos los casos, la libertad del animal era la elección prioritaria, aunque eso implicase que después tuviesen que compartir la comida.El estudio revela, además, que la proporción de ratas que ayudaron a sus compañeras era más alta entre hembras que entre machos, lo cual puede traducirse en que las ratas hembras son más empáticas y solidarias que las raras macho.Ahora que sabemos que hasta estos pequeños animales pueden albergar honrados sentimientos, ¿seguirán produciéndonos tanto pavor?

Publiqué este artículo por primera vez en Sobre Curiosidades el 21/12/2011

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