Revista Cocina

El compromiso social del sr. Adriá

Por Alejandropumarino

El compromiso social del sr. Adriá

"Yo creo que el cocinero ha cambiado. Antes, era una profesión endogámica, ahora hay un compromiso social, hay cocineros que son un referente para la sociedad", ha señalado Adrià a El Comercio.

Me gustaría saber de primera mano, cual es el compromiso social de un cocinero que desarrolla su trabajo para una clientela privilegiada, en un establecimiento accesible exclusivamente a economías excepcionales y que lleva a cabo su actividad sobre el mismo planeta en el que millones de seres humanos, pierden cada año la vida a consecuencia del hambre. Tengo la misma curiosidad por saber qué quiere decir el calificativo “endogámica” referido a la profesión de cocinero, como si se heredase, o solamente se relacionasen entre ellos; a diferencia del conocimiento que yo tengo de ella, al menos a través de la hostelería asturiana. En esta región, o país, como diría un vasco o un catalán, a mi me da lo mismo; en esta región, digo, los cocineros suelen proceder de fogones en los que abundaban los platos de cuchara, evolucionando hacia preparaciones más sofisticadas con base en productos regionales, carne, pescado y marisco de excelente calidad, sin faltar alguna innovación o importaciones de otros tipos de cocina. Por desgracia, los pescados y mariscos suelen tener un precio elevado, asequible solo a las clases pudientes; sigo sin ver el compromiso social, seguramente desde mi estupidez. Tampoco entiendo como preparar un bogavante a la catalana puede suponer una referencia para la sociedad, salvo que entendamos como tal a los más favorecidos económicamente, que pueden permitirse el lujo de adquirir las materias primas; así en conjunto, las declaraciones del Sr. Adriá en Perú son una insensatez o un insulto al verdadero compromiso social. Tampoco me extraña. El considerado mejor cocinero del mundo ofrecía un plato que consistía simplemente en un aroma. El cliente apreciaría de ese modo los matices olfativos de los productos utilizados en su elaboración, pero, como es lógico, debería haber cenado antes. Trabajar con el estómago lleno es más sencillo, aunque a veces, el robo de la mesentérica le reste a uno riego del cerebro y se dedique a decir estupideces.


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