Revista Remedios

El concepto de la toxemia y la desintoxicación.

Por Kaliha
   TOXEMIA.   Cuando por cualquier causa desciende la Energía Vital (energía nerviosa), aparece la ENERVACIÓN. Con la Enervación desciende la capacidad de eliminación del organismo y entonces se acumulan las toxinas. A esta condición se le conoce con el nombre de TOXEMIA. Energía Vital---------> Enervación----------> Retraso en la eliminación---------> aumenta la Toxemia--------> Crisis depurativa---------> Enfermedad.   La toxemia en definitiva es el resultado del retraso en las eliminaciones.   Si hay una buena Energía Vital, las eliminaciones son suficientes. Si desciende la Energía Vital, aparece la Enervación o perdida de potencia vital, las eliminaciones se retrasan y se acumulan las toxinas: aparece la TOXEMIA. El organismo entonces necesita eliminar el exceso de toxinas y para ello utilizará los emuntorios que sean necesarios; serán los signos de la enfermedad. El organismo se defiende de la toxemia tratando de eliminarla.   Las eliminaciones defienden la vida.   La enervación es debida a un modo de vida que entraña un gasto exagerado de la Energía Vital.   TOXEMIA O TOXICOSIS.   LA ÚNICA CAUSA DE TODAS LAS ENFERMEDADES.   TOXEMIA es la saturación de la corriente sanguínea y de los tejidos del cuerpo con desecho tóxico, causada por insuficiente energía nerviosa (energía vital) del cuerpo para realizar sus tareas básicas de eliminación.   Cuando la energía nerviosa es baja, se impide la eliminación de desechos tóxicos, el cuerpo debe funcionar en un ambiente tóxico. Los venenos saturan primero la corriente sanguínea y linfática, y luego las células, tejidos, órganos, sistemas. Si la sobrecarga tóxica sigue aumentando, el cuerpo la almacena creando depósitos en las articulaciones, en las arterias, en el tejido adiposo (graso), verrugas, quistes, tumores, etc. Allí donde se concentre esa carga tóxica, se le da nombre a la enfermedad.
    Guía informativa: El mito de la enfermedad.   José Manuel Casado Sierra.
   Editorial: Higea.      "Si deseas vivir mucho tiempo, mantén tus tejidos limpios y frescos para evitar la toxemia. Cualquier toxina, sea formada dentro del cuerpo o tomada desde el exterior, es capaz de ocasionar un proceso de endurecimiento. La rapidez de este proceso depende de la cantidad y fuerza del veneno y de la resistencia al envenenamiento que pueda ofrecer tu sistema."
    Dr. Shelton.   Médico Higienista americano.  Fundador del sistema Higienista.   "La enfermedad es debida a una deficiencia de energía".
   Dr. Isaac Jennings.    Médico Higienista americano.   John H. Tilden (1851-1940) es considerado por muchos el más grande filósofo médico del presente siglo. Probablemente sea más conocido por formular la Teoría de la Toxemia que dice así:   "toda enfermedad es el esfuerzo de la naturaleza por eliminar las toxinas de la sangre".   Para vencer la Toxemia, el Dr. Tilden prescribía, "un ayuno, descanso en la cama y el abandono de los hábitos enervantes. Si estos se abandonan y se adoptan hábitos de vida sanos, la salud volverá".   De sus 25 años de experiencia usando medicinas, y  sus 33 años sin usarlas, llegó a la conclusión de que las medicinas son innecesarias y en la mayoría de los casos peligrosas para la salud:   "Lo que llamamos enfermedad no es más que una crisis de toxemia, lo que significa que las toxinas se han acumulado en la sangre más allá del punto de tolerancia y la crisis, la supuesta enfermedad (constipado, gripe, neumonía, dolor de cabeza o fiebre tifoidea) es una eliminación adicional. La Naturaleza se está esforzando por liberar el cuerpo de toxinas. Cualquier tratamiento que impida esta eliminación perturba los esfuerzos de la Naturaleza... Medicinas, comer, miedos y actividad excesiva impiden la eliminación. La Naturaleza puede tener éxito en este proceso si no interferimos con él".   LAS DOS FUENTES DE TOXEMIA.   Te puedes envenenar de dos formas: desde el interior del cuerpo (Toxemia Endógena) y de lo que introduces en tu cuerpo desde fuera (Toxemia Exógena).   TOXINAS ENDÓGENAS.   Son inevitables pero puedes minimizarlas a través de un estilo de vida sano:   1. Desechos metabólicos, subproductos tóxicos celulares.   2. Células muertas.   3. Estrés mental y emocional (son evitables).   4. Fatiga física y mental (son evitables).   TOXINAS EXÓGENAS.   Son evitables y puedes eliminarlas de tu estilo de vida:   1. Alimentos y bebidas no naturales para el organismo humano.   2. Alimentos estropeados al cocinarlos, refinarlos, preservarlos, etc.   3. Medicinas, vacunas, suplementos sintéticos.   4. Drogas: café, tabaco, alcohol, heroína, etc.   5. Contaminantes ambientales (evitables en menor medida).   6. Aire, agua y suelo impuros (evitables en menor medida).      LA ENFERMEDAD ES LA QUE CURA.   ¿Qué causa la enfermedad?    La TOXEMIA y la ENERVACIÓN.   ¿Qué es la enfermedad?    Cuando las toxinas acumuladas en el cuerpo sobrepasan el punto de tolerancia de tu cuerpo, éste inicia una crisis de eliminación llamada enfermedad en un intento de expulsar dichas toxinas.
  ¿Cuáles son las causas para que las toxinas aumenten y se acumulen en tu cuerpo?  Introducir más toxinas en tu cuerpo de las que pueden ser eliminadas.
   Las toxinas son de naturaleza ácida = PH ácido. ¿Qué puedes hacer para no obstaculizar la crisis de eliminación? Ayunar, descansar y no tomar medicinas.   Nuestros errores dan lugar a las enfermedades. El cuerpo gasta mucha energía en neutralizar los errores apareciendo así el agotamiento.   Con el agotamiento los órganos de eliminación no expulsan bien los tóxicos, que se acumulan dando lugar a la intoxicación. La intoxicación da lugar a los síntomas y molestias, que aunque puedan ser diferentes son parte de la misma enfermedad. Los síntomas cambian según el órgano afectado por la intoxicación; el órgano que es afectado es debido a: la predisposición hereditaria, a la forma de vida, a la alimentación, utilización de tóxicos, clima, zonas de la tierra donde vivimos, estado evolutivo del ser humano, del planeta y momento del universo... y muchos factores más.    EL JUEGO DE LA DESINTOXICACIÓN.
   (¡Cuídate compa! Manual para la autogestión de la salud. Eneko Landaburu).
   El cuerpo humano es un sistema enrevesado de tubos (vasos linfáticos, venas, arterias, bronquios, intestinos, etc) y filtros (riñón, hígado, piel y pulmón), que con el uso y abuso se ensucian y atascan.
   Cuando se está enfermo, potenciar la desintoxicación es el camino para recuperar la salud y el bienestar. Un proceso de limpieza profunda puede usarse como un intento de evitar una intervención quirúrgica o como una forma de prepararse para que la operación no se complique. Tampoco hace falta esperar a tener algún malestar grave para decidirse a hacer, de vez en cuando, una revisión y una limpieza a fondo de tu cuerpo. Lo mismo que hacemos con el coche, que, cada ciertos kilómetros, llevamos al garaje para cambiar el aceite y los filtros. De este modo, evitamos averias más graves y funcionaremos mejor.
   Nuestro cuerpo tiene la ventaja de ser una máquina viva que lleva incorporado un experto mecánico y basta con darle un cierto descanso para que él mismo haga limpiezas, reparaciones y puestas a punto. La máxima capacidad de acción de nuestro mecánico interno se desarrolla cuando reducimos al máximo el gasto energético: dormidos y con el estómago vacío. Podríamos considerar la cama como nuestro taller de reparaciones. A menudo, esas ocho horas nocturnas de ayuño y sueño, con el paso de los años, no son suficiente para mantener a punto el organismo.
   Por lo general, comemos más de la cuenta y la calidad deja mucho que desear, consumiendo productos dañinos. Podemos favorecer la desintoxicación si conseguimos reducir el esfuerzo digestivo cotidiano con una alimentación de más fácil digestión, más limpia, además de rica en vitaminas, minerales y enzimas.
   AYUNAR ES ALIMENTARSE DE LAS RESERVAS.
   Por último, te puedes animar a alimentarte de las reservas (tomar sólo agua, según la sed, o caldos de verduras sabrosas, sin patata ni otras féculas o almidones). El caldo de verduras sabrosas no aporta más que minerales, por lo que no da trabajo digestivo y no se considera que rompa el ayuno (no es un ayuno estrictamente, es un semi-ayuno con caldos).
   Todos los seres vivos tenemos dos posibilidades de alimentarnos: del exterior y de nuestras resevas. Por lo general, todos los días ayunamos durante ocho horas mientras dormimos. Las semillas germinan alimentándose de las reservas. Algunas plantas y árboles, en invierno, dejan de alimentarse del exterior y descienden su actividad al mínimo. Los animales que no emigran, cuando las temperaturas se vuelven adversas, entran en letargo y se alimentan de las reservas. Hibernación con el frío y estivación con el calor. La oruga se encierra en un capullo y a través de un ayuno se transforma en mariposa. Los animales cuando enferman o tienen alguna herida o fractura, también se alimentan de sus reservas. En septiembre de 1985, tras el terremoto que afectó a la ciudad de México, apareció una noticia en prensa relatando cómo sacaron de debajo de los escombros de una maternidad derrumbada, recién nacidos en plenas facultades después de pasar ¡dos semanas sin comer ni beber!
   Como se puede ver ayunar es de lo más natural. Claro que a la sociedad de consumo no le interesa el ayuno. No tenemos costumbre, pero no hay nada de extraordinario ni de peligroso en pasar unos días alimentándose de las reservas. Sobre todo está indicado cuando no tenemos apetito y sentimos asco por la comida. Esto es una señal del cuerpo para avisar que no quiere gastar energías en la digestión, ya que las necesita para tareas más importantes. Esto ocurre, por ejemplo, cuando tienes pendiente una labor curativa intensa o en la mujer, momentos antes de parir. Durante el ayuno el cuerpo dispone de una mayor capacidad de autocuración ya que toda la energía que diariamente se consume en la digestión se puede concentrar en la curación.
   Para compensar los excesos de la vida cotidiana, y para reavivar el placer de comer, podemos decidir ayunar regularmente. Por ejemplo, un día al mes no comes y así das a tu estómago unas vacaciones de 32 horas (mucho mejor ayunar un día a la semana). Más llevadero es hacer un día de ayuno a caballo entre dos días: me voy a la cama sin cenar y al día siguiente me salto el desayuno ¡24 horas de recreo para tu estómago! Puedo hacerlo cuando no me llegue el dinero a fin de mes, con la regla (al parecer el cuerpo está más por retirarse de la actividad y desintoxicarse), o con motivo de la luna llena. O qué menos que ayunar un día en los cambios de estaciones, así le das al cuerpo la oportunidad de hacer reajustes y aclimatarse mejor.
   Juntarnos la gente para dejar de consumir y dedicar ese dinero a una causa justa puede ser un empujoncito más para que la historia de la humanidad tire p`alante. Podemos solidarizarnos un día al mes con ese montón de parientes que pasan hambre y reunirnos para dicurrir cómo acabar con esa peste.
   Para saltarte una comida o estar un día sin comer no se requieren muchas condiciones, pero si piensas hacer unos cuantos días de ayuno es interesante:
   * Que cargues tus reservas con nutrientes de calidad: unos días antes deja de consumir productos tóxicos (café, té, marihuana, tabaco, alcohol, frituras) y come mucho alimento crudo (frutas, verduras, germinados, semillas oleaginosas) y sus jugos, para aportar vitaminas y sales minerales. Haz un poco de gimnasia para hacer masa muscular.
   * Que busques el momento y el lugar adecuado: donde puedas llevar una vida tranquila reposada, temperatura cálida (20ºC), compañía agradable y comprensiva. En la actualidad existen en nuestra tierra <<casas de reposo>> con el fin de asegurar dichas condiciones.
   * Que adquieras un poco de conocimiento sobre el ayuno para que no te asustes con posibles reacciones extraordinarias. El movimiento higienista es el que más experiencias tiene en ayunos.
   PARA SABER MAS:
  
   La curación por el ayuno. Alexei Suvorin, Kier, 1991 (la primera edición es de 1972).
   Ayuno racional. Arnaldo Ehret, Kier, 1994 (la primera edición es de 1954).
   Manual del huelguista de hambre. Eneko, Sumendi, Bilbao, 1996.
   El ayuno terapético, María, RBA, Barcelona, 1998.
   El crudivorismo puede salvar tu vida. Marc Ams.
   ¿Hasta cuándo te puedes alimentar de las reservas?
   El peso ideal es un cálculo teórico aproximado de lo que pesaría un cuerpo libre de tóxicos excesivos. No es muy real ya que el peso ideal además de depender de la altura, depende de la forma (la anchura del esqueleto, el desarrollo muscular). Uno mismo puede calcular cuál sería su peso ideal viendo sus variaciones a lo largo de su vida.
   Se pueden hacer procesos de desintoxicación perdiendo peso por debajo del peso ideal, por ejemplo, en enfermedades de díficil curación. Se pierde peso hasta quedar muy delgado, con la intención de quitar todo tejido viejo y a hacer uno nuevo: renacer, empezar de cero. Los pesos de seguridad son unos puntos de referencia para andar con más precaución. Al alcanzar el peso superior, se recomienda encamarse. Y llegando al inferior, se corta el proceso de pérdida de peso, ya que supone que por debajo de este peso se acaban las reservas. Este procedimiento hay que llevarlo bajo supervisión de un profesional en ayunos (naturópatas higienistas con experiencia en ayunos) y siguiendo sus consejos y directrices, nunca por su cuenta.
   La realimentación: lo más díficil y delicado.
   El oso, tras la hibernación, después de seis meses sin comer, vuelve a alimentarse lentamente. El aparato digestivo se pone en actividad poco a poco. Es como nacer de nuevo.
   Cuando planees ayunar, ten en cuenta que necesitas los mismos días que hayas ayunado para llevar una vida tranquila y reposada durante la realimentación.
   Si al final de tu plan de ayuno tienes molestias o ascos, aún tendrás que ir más lentamente. Empieza por jugos diluidos, a pequeños sorbos, y si no hay molestias pasas al jugo entero. Al segundo día si todo va bien puedes pasar a lo sólido pero jugos; toma solamente alimentos jugosos y sobre todo los crudos, que aportan las vitaminas y minerales que has consumido durante el ayuno: jugos, frutas, ensaladas, sopas, verduras semicocidas, leches vegetales, yogur, cuajada, queso fresco, etc. Todavía no pruebes los alimentos concentrados, como harinas, cereales, legumbres, aceitunas, aceite, aguacate, frituras, huevos, et. Puedes hacer de cuatro a seis pequeñas comidas al día, sin mezclar muchos alimentos en la misma comida.
   Además del peligro de indigestarte, hay otro motivo de no cargar el estómago al salir del ayuno: el proceso de realimentación a veces tiene un gran poder curativo. Hay personas que durante eses días eliminan arena y piedrecillas por la orina. Ten en cuenta la posibilidad de darte un baño caliente para favorecer esta evacuación.
               

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