Revista Cultura y Ocio

El Corazón Helado

Publicado el 04 enero 2010 por Carmina
El Corazón Helado
Comencé este libro un poco por recomendación, un poco por cabezonería. Conocí a la autora hace algunos años cuando era una muchachita que salía de la edad del pavo, por aquel entonces cayó en mis manos Malena es nombre de tango, y literalmente me enamoró. Los libros de lectura obligada en bachillerato eran tantos, que no me podía permitir el lujo de leer por placer durante el curso, y cuando lo terminé faltaban dos días para empezarlo. Eso impidió que buscara otra novela de Almudena Grandes , porque tengo un vicio enorme, cuando una lectura me ha gustado mucho, corro a buscar algo del mismo autor y a veces me doy unos peñazos tremendos.
Pasados algunos años, en una coleccion de estas de kiosko de RBA a la que tambien soy aficcionada salió Atlas de geografia humana, y recordando la grata experiencia de Malena, corri a comprarlo, a la décima página si no antes se me atragantó y lo deje para mejor tiempo, que todavía no ha llegado, y no volví a leer nada de la autora.
Sin embargo durante el 2009 me encontré en algunos blogs esta novela, la reseña y los comentarios de gente que la había leido y le habia gustado mucho. Isi e Ismael Cruceta me la recomendaron vivamente, eso unido a la espinita que llevo clavada desde mis años de estudiante, en la que ningún profesor tuvo valor para encarar el tema, te hinchaban de bibliografía y con tono duro añadían, el tema es una herida abierta en el corazón de España y de algunos españoles, si tienen curiosidad consulten la bibliografía, hagánse su propia idea de las cosas, pero no va para examen. Esa misma cantinela un año tras otro. Así que decidí que ya era hora de ir leyendo sobre el tema, y como tiempo para historia sesuda no tengo y busco en mis lecturas entretenimiento a la par que ilustración decidí adentrarme en El corazón helado.
Comienza con una cita de Antonio Machado, " Una de las dos Españas ha de helarte el corazón", quizás estoy susceptible desde hace un tiempo, pero a mi me helaron el corazón las dos Españas, la de los vencedores y la de los vencidos. Porque si alguien perdió entonces, fue España como nación, como unidad, como una sola voz. Nunca entendí como fue posible tanto odio, para que hermanos se delataran entre sí, para que familias enteras se resquebrajaran, y despues de la lectura de este libro me queda un poco más claro, pero sigo sin ver la sinrazón que llevó a los españoles a una guerra civil, a un férrea dictadura, y a una posguerra igual de dura que los años de conflicto.
El corazón helado es la novela más ambiciosa de Almudena Grandes, que reconoce que es una obra de ficción salpicada de historias anónimas, historias reales que ha ido recabando, a las que ha cambiado nombres y ubicaciones, existen muchos de los episodios más aridos de esta novela como el pozo de las almas, y las cárceles en la que murieron de tifus y otras enfermedades hombres y mujeres por el simple delito de pensar de forma diferente. Realmente existen muchos carriones y muchos fernandez en este mundo y muchas historias que no por anónimas y escondidas dejan de erizar el vello de quien se adentre en sus sórdidas entrañas. "La mayoría de los episodios más brutales que narro en El corazón helado no me los he inventado, pasaron de verdad. La novela es ficción porque los personajes no existen, pero casi todos los hechos concretos del pasado de los personajes son reales y están documentados".
A través de sus novecientas páginas que a veces llegan a pesar como una losa, y otras duelen cual herida abierta, Almudena Grandes narra la historia más o menos reciente de España, arranca poco antes de la II Republica, profundiza en la guerra civil, en los dos bandos de la contienda, a traves de dos personajes que daran continuidad a todo el hilo de la novela. Julio Carrion y su familia en el bando de los vencedores y Ignacio Fernandez y la suya en el de los parias de la tierra, en el bando de aquellos que fueron traicionados una y otra vez, incluso por los suyos, la posguerra de los vencedores, el enriquecimiento ilicito, el exilio de los vencidos, la vuelta a empezar de aquellos que marcharon con lo puesto, que añoraban su país tanto como lo habían llegado a odiar, esa tierra que pensaban que nunca volverían a pisar, como llegaban las noticias hasta ellos, y como las interpretaban, las visicitudes de unos frentes que poco tenían que ver con aquellos españoles rojos que pretendían destronar al dictador, y que al final fueron de nuevo traicionados por cuanto no vieron cumplidas sus expectativas, la transición con la vuelta de los exiliados y el temor de aquellos que se habían enriquecido ilicitamente y la democracia.
Un largo periodo de nuestra historia contado con una prosa sencilla y fluida, a ello contribuyen la presencia de tres narradores, dos narran en primera persona, Alvaro Carrion Otero, a través de él vamos descubriendo ciertos aspectos de su familia, de su padre, lo vemos como alguien extraño, como alguien ajeno a sus progenitores que desdeña el dinero para dedicarse a lo que es su pasión la ciencia, sin embargo a través de las páginas del libro lo vemos enfrentarse primero a su vida, después a lo que es y quién es, y por ultimo cuestiona a todo su entorno, una metamorfosis que se produce mientras se desarrolla la trama, en forma de revelaciones que lo arrancan cruelmente de ese desconocimiento en el que su padre había protegido su infancia e incluso madurez. La segunda narradora aunque ensombrecida por Alvaro seria Raquel Fernández Perea, que tambien va sufriendo una metamorfosis que la enfrenta a su forma de pensar y llega incluso a cuestionarse si no estara traicionando a su abuelo ella también. El ultimo narrador y para mi el más importante, el más arido y el más cruel, es omnisciente, es aquel que en forma de flash back va desgranando episodios del pasado, retazos de historia sin los que no hay forma de entender los cambios que experimentan sus protagonistas, y que son dosificados en pequeños sorbos, que mantienen al lector expectante.
La novela esta divida en tres partes, para mi las dos últimas fueron las más dificiles de digerir, aquellas que me hicieron entender a aquel profesor de sociologia que repetia una y otra vez, duele ese periodo y seguira doliendo, mientras que a otros posiblemente les avergüenze su pasado, sera dificil durante un cuarto de siglo más encontrar a gente valiente capaz de tomar partido por ambas causas y ser imparcial con ellas. La autora toma claramente partido por los Fernández, por aquellos que sufrieron en sus carnes las represiones, las prisiones, los campos de concentracion, el exilio, la traicion... en boca de Ignacio Fernandez Muñoz, los parias de la tierra, los últimos de los últimos. Quizás por ello el personaje de Julio Carrión González se me hizo infumable, conecte mejor con toda la familia Fernández, con Alvaro, e incluso con el cabeza loca de Julio Carrión Otero. Pero si un personaje fue tratado con dureza por la autora y salio mal parado, ese fue el de Angelica Otero Fernández, a la que envuelve en unos matices de grises y sombras, a la que no dispensa, ni explica su comportamiento. Es la que se cierra en banda y prefiere no dar explicaciones, dejar con la duda, no le ves ni una pizca de humanidad en el trayecto de la narración.
Más indulgente fue Almudena Grandes con Julio Carrion Gonzalez, tratando de explicar a la minima de cambio su comportamiento, pero a mi se me atraganto tanta chuleria, tanta prepotencia, y tanta maldad. Pude conectar bien con casi todos los personajes y me reconocí en los rasgos de algunos de ellos, a pesar de la infinidad de personajes que desfilan por esta novela, estan todos descritos con guante blanco, de forma que te puedes hacer una idea de ellos e incluso a veces las escenas pasan como fotogramas ante tus ojos de lector.
Como habreis podido entrever el argumento gira en torno a dos familias unidas por lazos de parentesco y por un pasado lleno de sombras, en el que se dan las manos la traicion y el amor. Los Carrión representan a los vencedores de la guerra, a los que se enriquecieron ilicitamente en la democracia expoliando de sus pertenencias a los vencidos, dejandoles tan solo la dignidad y a veces ni eso. La autora cuestiona la moralidad de todos aquellos que ejercieron el pillaje y tambien la de aquellos que incluso hoy prefieren mirar hacia otro lado... como decia Clara mejor no saber.... Los Fernandez son los hijos de la Republica de aquellos que vieron cumplido un sueño que les fue arrebatado, de aquellos que sufrieron la traicion de su propia gente, de aquellos que fueron carne de cañon y tuvieron que dejar su tierra para abrirse un futuro en otro país, aquellos que perdieron todo por el camino y en cada traicion un poco de dignidad y esperanza. La de aquellos que insuflaron en su descendencia el amor por España al tiempo que desdeñaban en que se había convertido, que renegaban de su país y se morían por ganas de volver. La de aquellos que marcaron a sus hijos con historias y rencores de unos episodios que no habían vivido.
Y en el centro una historia de amor, contra natura, sin esperanza de futuro, que amenazaba con destruir a los dos partes. Una historia que nace de forma casual, sin pretenderse, una historia que nace del desconocimiento de una de las partes y el afan de venganza de la otra, para encontrarse devorados por una pasión que termina haciendoles mucho daño. Llevandolos a cuestionarse sus vidas y sus familias. Hábilmente la escritora contraresta el dolor que siente Alvaro al enterarse de aspectos de su pasado y de su familia que le haran sentirse cada vez mas solo y más lejos de aquellos que consideraba los suyos, con el dolor que sufren los exiliados en tierra ajena, va intercalando episodios, que hacen más llevadera la lectura. El amor de Raquel le ayudara a ir sobrellevando la situación, al tiempo que lo va hundiendo cada día un poco más, pero en contrapartida lo hace más fuerte. Al final de la novela se le ve angustiado, por el peso que le viene encima, empezar de nuevo enfrentado a su familia, pero con una gran entereza moral que le da fuerzas para continuar adelante.
Esta es una de las lecturas que dejan poso, que sigue removiendose en el interior del lector pasados unos dias, deja una huella indeleble. El saber que las historias son ciertas y que tienen nombre propio, que hay cientos y miles de historias anónimas, gente que un dia pueda ver destruidos los cimientos de su familia por revelaciones poco afortunadas que no llevan a ningun lado y gente con tanto rencor, tanto odio acumulado y heredado a su vez, dejan un sabor agridulce, que se dulcifica en aquellos pasajes en los que la lealtad y el amor toman el control de la narración.
Almudena Grandes cierra la novela con otra cita de Antonio Machado para mi muy significativa.
"Para los políticos, para los historiadores todo estará claro: hemos perdido la guerra. Pero humanamente no estoy tan seguro. Quizá la hemos ganado."
Yo creo que la ganaron, aunque solo fuera porque no traicionaran sus creencias, poco a poco resarciran su memoria

Volver a la Portada de Logo Paperblog