El coronel no tiene quién le escriba de Gabriel García Márquez

El coronel no tiene quién le escriba de Gabriel García Márquez
Editorial Debolsillo ~ 9788497592352
Gabriel García Márquez durante su estancia en París, a donde había llegado como corresponsal de prensa y con la secreta intención de estudiar cine, a mediados de los años cincuenta. El cierre del periódico para el que trabajaba le sumió en la pobreza, mientras redactaba en tres versiones distintas esta excepcional novela, que luego fue rechazada por varios editores antes de su publicación. Tras el barroquismo faulkneriano de La hojarasca, esta segunda novela supone un paso hacia la ascesis, hacia la economía expresiva, y el estilo del escritor se hace más puro y transparente. Se trata también de una historia de injusticia y violencia: un viejo coronel retirado va al puerto todos los viernes a esperar la llegada de la carta oficial que responda a la justa reclamación de sus derechos por los servicios prestados a la patria. Pero la patria permanece muda...
Cokys emocionados
Leer un libro de Gabo siempre me da felicidad. Sera porque somos compatriotas, pero no lo creo así. Este libro andaba por casa desde hace ya mucho tiempo, una edición muy vieja y deteriorada, de hojas amarillentas y algunas palabras emborronadas. Luego de leerlo pude establecer cierta analogía con el libro. Como suelo leer mientras viajo en metro, sabía que lo leería en pocos días dada su extensión. Y me alegra tantísimo reencontrarme con las letras de uno de mis autores favoritos.
Conoceremos a un anciano que nunca sabremos su nombre, sólo se le llama El Coronel. Él y su esposa lo están pasado mal, no tienen dinero para comer y la única esperanza que les queda es el gallo de pelea de su hijo fallecido, que es el mejor de la región. El Coronel va cada viernes al muelle del pueblo, a esperar la lancha del correo con una carta que nunca llega. La carta donde el gobierno le otorga su pensión.
Tiene apenas 114 páginas (con letra grande) y voy a ser honesta: Me ha encantado. Mucho, mucho. En lo que concierne a Gabriel García hay opiniones encontradas: he conocido gente que simplemente no le gusta y le aburre su literatura. En cambio, yo soy de las que todo lo que lee de él le fascina, si ya se ganó todo mi amor con Cien años de soledad. Si bien esta historia tiene cierto punto donde conecta con la historia de la familia Buendía, no es demasiado relevante.
Este libro es hermoso y trágico en muchos sentidos: sabemos que lo que cuenta Gabo es con sabor a pueblo, su narrativa en cierta forma cambia: en este libro es sencilla más no simple, sigue teniendo ese bonito encanto. Hay mucho diálogo lo que logra que sus personajes destaquen y se queden en el recuerdo. Creo que nunca voy a olvidar al anciano coronel, tímido, mentiroso, conformista y huraño que prefiere darle de comer al gallo antes que él mismo y a su pobre esposa, que tenía que hervir piedras en la olla para que las vecinas creyeran que tenían comida en la casa.
No tengo más que decir, recomiendo con los ojos cerrados este libro. Es corto, es triste y da hasta risa por ciertos momentos. Imposible pérderselo.