El corredor olímpico que enfrentó tiburones y sobrevivió a la guerra

Por Adam Toren

La historia de Louis Zamperini está llena de rasgos de los que todo emprendedor debe aprender.

Inquebrantable (Unbroken) es una película que retrata la vida de Louis Zamperini. ¿Qué tiene que ver una cinta sobre un campeón olímpico, bombardero de la Segunda Guerra Mundial y prisionero de guerra con ser un emprendedor? Si conoces la historia de Louis Zamperini entonces seguro ya lo sabes: este hombre tenía agallas.

Louie, como lo conocían sus amigos, es un ejemplo de perseverancia. De niño era frecuentemente molestado por otros niños por su origen italiano, lo que provocaba que se portara mal y bebiera alcohol para desencanto de sus padres. Su hermano mayor decidió intervenir y lo entrena para ser corredor de larga distancia, algo que ayuda a Louie a generar disciplina y enfoque. Se vuelve tan bueno que cuando crece se gana el apodo "El tornado de Torrence" (por la ciudad californiana en la que nació) y logra calificar para los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. En la justa, Louie logró colocarse en la octava posición a nivel mundial en la carrera de 5,000 metros.

Tiempo después, este increíble hombre decidió unirse al ejército y ser bombardero en un B24 Liberator para la Fuerza Aérea estadounidense en el frente del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. En 1943 su avión fue dañado severamente en combate y se estrelló en el océano durante una misión de rescate.

Louie y dos compañeros quedaron a la deriva en una balsa inflable durante 47 días, soportando tormentas, el ataque de un tiburón, la muerte de uno de los sobrevivientes y la falta de raciones (comían aves y pescado, y bebían agua de lluvia).

El atleta y el amigo que le quedaba fueron capturados por marinos japoneses y se convirtieron en prisioneros de guerra encerrados en diferentes campos de concentración. Louie fue tratado con crueldad por el jefe del campo por ser un exatleta olímpico y un soldado americano.

Un día dos periodistas japoneses ayudaron a Louie a mandar un mensaje a casa diciendo que estaba vivo (el gobierno lo había declarado muerto en el frente). Sin embargo, los japoneses tratan de forzarlo a grabar propaganda antiamericana a lo que el soldado se negó. El director del campo de concentración hizo que cada prisionero del lugar lo golpeara para enseñarle una lección.

Louie logró soportar los malos tratos y al final de la guerra logra regresar con su familia para contar su increíble trayecto.

Una vida de película que, de hecho, fue muy real. Tuvo una vida extraordinaria y se negó a rendirse sin importar la situación. La aventura de un emprendedor está basada en los mismos rasgos de carácter que definen a Zamperini.

Aquí hay cinco lecciones clave que puedes aprender de este gran personaje:

1. Agradecer a la buena suerte es difícil. Zamperini no creció con alguna habilidad o ventaja. De hecho, en muchas formas tenía desventajas. Su familia llegó a California cuando él era un niño y sin hablar nada de inglés, lo cual lo hizo un objetivo fácil para que lo molestaran. Se metió en muchos problemas en su juventud. Trabajó duro para entrenar y convertirse en corredor, una situación que eventualmente lo llevó a las Olimpiadas.

Ya sea verdad o mito, la línea que se repite en la cinta es: "Si puedes soportarlo puedes hacerlo". Esa habilidad para soportar los retos y obstáculos que te pone la vida es lo que define a un emprendedor. No lamentes las dificultades que te ponga la vida: acéptalas. Corre hacia el conflicto y supera todos los retos. La innovación viene de resolver los problemas del mundo, no al tener una respuesta fácil. Alégrate de que sea difícil: por esa razón serás extremadamente bueno.

2. Los grandes riesgos te llevan a grandes recompensas. Es importante que, como emprendedor, te involucres en pequeños y calculados riesgos. Tu habilidad para tomar y sobrevivir a los riesgos te ayudará a aumentar la confianza en ti mismo. Cuando hagas esto, podrás desarrollar el coraje que necesitas para enfrentar los futuros problemas.

Zamperini ciertamente entendió que tomar riesgos a veces te lleva a fallar, pero al final te dará grandes recompensas. Tomar riesgos es parte del camino de un emprendedor y entre más desarrolles la habilidad de estar cómodo con la incomodad, más grande será tu recompensa.

3. El fracaso es parte del viaje. Nunca dejes que tus fracasos te definan o perderás el juego. Desde niño, parecía que este campeón olímpico iba a ser un fracaso. Se metía en peleas, tomaba a los ocho años y robaba a extraños y vecinos. Cuando llegó a la adolescencia, sus padres conocían muy bien a la policía local.

Yo no llamaría a eso un gran inicio, pero con el apoyo de los otros y algo de iniciativa, Zamperini volteó las cosas. Hubiera sido fácil rendirse y ser definido como un fracaso, una causa perdida. ¿Por qué estás en el viaje emprendedor? No dejes que los demás definan tu éxito. Siempre podrás encontrar el apoyo adecuado y tomar la iniciativa para seguir mejorando. El camino de un emprendedor nunca es recto, simple o fácil.

4. El apoyo adecuado hace toda la diferencia. Hablando de apoyo, es debatible si Zamperini hubiera alcanzado el éxito en las Olimpiadas sin el apoyo de sus mentores. No sólo fueron sus padres lo que no se rindieron con él, su hermano, el entrenador de la escuela y hasta la policía se convirtieron en guías para llevarlo por un camino que lo llevaría eventualmente a las Olimpiadas. Asimismo, recuerda que puedes darle ese apoyo y motivación a otras personas que están comenzando.

5. Nunca te rindas. Zamperini no sólo tenía muy claro el mensaje de nunca rendirse, literalmente escribió un libro sobre eso. A los 97 años publicó un libro llamado "No te rindas, no cedas: Lecciones de una vida extraordinaria" (Don't Give Up, Don't Give In: Lessons From An Extraordinary Life). Si alguien está calificado para compartir consejos y sabiduría era este hombre.

Fuente: https://www.entrepreneur.com/article/267795

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