Revista Cine

El Crédito

Por Ronoa Y Hans Beckert @1AntesYDespues
Antes de El CréditoEl Crédito
Una nueva obra que vamos a ver en el Teatro Maravillas, El Crédito, reestreno en el que cambian actores y director.En esta nueva versión vamos a ver actuar a Antonio Pagudo (al que le podemos ver en La Que Se Avecina) y Vicente Romero (al que ya vimos en obras como Losers), en la dirección, un habitual en la cartelera madrileña, Gabriel Olivares (Burundanga, La Madre que me Parió, El Secuestro, El Nombre).
En el cartel llueve dinero, ¿lloverán también las risas y los aplausos? Siempre llevo sombrero por si acaso.
Después de El CréditoEl Crédito
Primera versión.
Necesitas dinero. No ganas suficiente, tu cuñado no te presta ni un duro y tus padres ya no te dan la paga.
Solo te queda esa opción. Ésa. Con los señores trajeados, los bolígrafos atados antirobos y el papeleo indescifrable.
Y uno de esos papeles es el que te deniega el crédito. Y un encorbatado te lo da sin pestañear ni tener la más mínima empatía. Igual es hora de tomárselo un poco personal y favorecer y acelerar un poco el procedimiento para que el dinero pueda moverse y conocer mundo.


Segunda versión.
Viene un cliente a la empresa en la que trabajas y te pide algo que por protocolo interno te es imposible de conceder.
Ah, un pequeño detalle, es usted (ahora yo me acojono y ya no le tuteo) trabajador de banca, y pese a ello duerme aceptablemente bien. Pero ese cliente viene dispuesto a joderle el sueño por 3.000 cochinos euros. Maldita sea, y parece que tiene un plan meticuloso, elaborado y dentro de la legalidad para conseguirlos.
Y ahora, la mejor versión.
Pillas entradas para ver una obra de teatro que te apetece. Te acomodas en la butaca, te expandes por todo el asiento teniendo cuidado para evitar el contacto físico con los otros espectadores y miras hacia el escenario mientras esperas que levante el telón. Apuestas a que te va a molar.
Empieza cuando una persona pide un crédito y no se lo conceden. Algo tan natural en nuestra sociedad como esto puede dar lugar a una obra de teatro para partirse de risa. De cómo una persona puede arruinarte la vida si no la ayudas previamente. O quizá haya sido el karma, aunque mejor no lo culpes por lo que te pasa por empleado de banca.
Desde tu butaca lo ves todo, juzgas, te ríes y sobre todo, disfrutas con las actuaciones maravillosas de los dos genios de la interpretación. Has hecho bien tu envite, sabías que te iba a gustar y relames esos momentos de risas explosivas.
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