Revista Insólito

El cruel caso del niño que fue educado como niña

Publicado el 08 junio 2010 por Eko
La arrogancia con que la humanidad, amparada en un intelecto casi divino, moldea su entorno e incluso a los individuos que la conforman, lleva en la mayoría de los casos a experimentos brutales, impropios incluso de la fiera más terrorífica de la imaginación popular. Acostumbrados a leer todo tipo de noticias y entre estas de suicidios, muchos, desde la pequeña parcela de arrogancia que nos toca o desde las creencias más firmes, tendemos a hacer nuestro particular juicio moral. Eso mismo pasaría el 5 de mayo de 2004 cuando desde las hojas de los diarios y las noticias de las cadenas de televisión, se hablase del suicidio de David Reimer. Si rascamos un poco más en la historia de este hombre, que contaba con 39 años el día que se suicido, descubriremos que dentro de todo drama, de toda historia que da la vuelta al mundo, o incluso aquellas que son anónimas y que sólo son conocidas por vecinos, familiares y amigos, se encierran tragedias que por individuales pasan totalmente desapercibidas y olvidadas.David ReimerDavid Reimer, en realidad nació como Bruce Reimer, junto con un gemelo al que sus padres llamaron Brian. Ambos nacieron sanos aunque con un pequeño problema de fimosis. El 27 de Abril de 1966, a la edad de 8 meses, un urólogo procedió a corregir dicho problema de los gemelos. Pero quiso la mala suerte o la negligencia, que en el caso de David la cauterización fuera una verdadera chapuza, quemando su pene hasta tal punto que fue imposible, para la cirugía de reconstrucción de la época, salvarlo. Unos meses más tarde, la desesperación de los padres, ante la falta de expectativas felices para su hijo sin pene, parecieron encontrar solución en un show televisivo, donde John Money defendía a capa y espada las nuevas y radicales teorías sobre la formación del sexo. Este, aseguraba que es posible que los bebés tuvieran un sexo neutral al nacer, un sexo indefinido, que se puede cambiar en el desarrollo de su vida.
John Money era en aquel entonces un psicólogo que se estaba ganado una reputación como pionero en el campo del desarrollo sexual y la identidad de género. Así que vio la oportunidad ideal para resolver, de una vez por todas, el peligroso debate entre naturaleza y educación y demostrar que el sexo de una persona es tan incierto al nacer, que con un simple cambio en la práctica de su aprendizaje, junto con una sencilla operación quirúrgica, un chico podía convertirse en una chica, mientras su hermano gemelo se desarrollaba en su cuerpo de hombre. El médico confiaba ciegamente en que Bruce podía ser educado como una chica. Desde una perspectiva experimental, Brian Reimer sería el individuo perfecto para hacer de control: su herencia genética era idéntica a la de su gemelo Bruce.
Bruce Reimer comenzó su conversión a mujer el 3 de julio de 1967 cuando fue operado por los médicos del Johns Hopkins, practicandole una operación de castración, acabando, a través de la cirugía, con lo único que exteriormente lo encadenaba a su género original, los testículos. Pasando a llamarse Brenda.
Las cosas fueron mal desde el principio. Janet Reimer, la madre, recuerda lo que ocurrió cuando le puso a Brenda su primer vestido, justo antes de que cumpliese los dos años: "Intentó arrancárselo, romperlo. Recuerdo que pensé: ¡Dios mío, sabe que es un chico y no quiere que le vista como a una chica!". Se negó a jugar con muñecas y golpeaba a su hermano para apoderarse de sus coches de juguete y armas. En la escuela, era objeto de burlas por sus gustos y comportamientos totalmente masculinos.
Ante el público, John Money aseguraba que la experiencia había tenido un éxito arrasador. Hasta el punto que la revista 'Times' llegó a decir: "Este caso constituye un apoyo férreo a la mayor de las batallas de la liberación de la mujer: el concepto de que las pautas convencionales sobre el comportamiento masculino y femenino pueden alterarse", en un artículo que disparó las ventas de la revista. Pero la realidad era bien diferente, las cosas poco a poco se le iban de las manos. Brenda necesitaba asistir con regularidad a una terapia con Money en Baltimore, en compañía de su hermano. Según relata Colapinto (autor del libro "como la naturaleza lo hizo: El niño que fue criado como una niña"), aquello pronto degeneró en una especie de encuentros terroríficos que traumatizaron profundamente a los dos niños.
Cuando Brenda llegó a la adolescencia, la chica ya había intentado suicidarse al menos una vez. Se negó a que se le practicasen más operaciones pero aceptó, aunque de manera irregular, tomar estrógenos que favorecieran el desarrollo de sus mamas. El doctor John Money se fue alejando gradualmente de la vida de los Reimer, pero Brenda continuó en tratamiento psicológico.
En 1980, cuando Brenda tenía 14 años, un psiquiatra local convenció a sus padres que su hija debía conocer la verdad. David dijo más tarde acerca de la revelación: "De repente todo tenia sentido. Yo no era una especie de bicho raro. Yo no estaba loco". A las pocas semanas, Brenda optó por un cambio de sexo. Gracias a los desarrollos de la faloplastia, ella, que tomó el nombre de David, se sometió a un proceso quirúrgico durante cinco años para recuperar los órganos sexuales masculinos. A los 23 años se casó. En el año 2000, la historia de David se hizo pública. Pero su felicidad no duró demasiado ya que, terminaron separándose.
Dos años más tarde, Brian Reimer (el gemelo que sirvió de sujeto control en los terribles experimentos de Money) se quitó la vida con una sobredosis de los fármacos que tomaba para tratar su esquizofrenia. Según parece, David se sentía responsable de su muerte, por lo que visitaba a diario la tumba de su hermano. Los amigos afirmaron que cayó en un estado de angustia total. Llevándole a acabar con su vida el martes 5 de mayo de 2004.
Hoy en día los científicos afirman que la identidad sexual la da la genética y no la cultura. La idea que declara que la identidad de género se adquiere con la educación, dieron base falsa al feminismo de género y a la liberación de la mujer, y tuvo como "conejillos" a dos niños, que vieron destrozada de esta forma sus vidas hasta el punto de llevarlos al suicidio. Posteriormente y, en mi opinión, para mayor escarnio, la prensa atribuyó el suicidio a los problemas económicos, a su reciente divorcio y a la muerte de su hermano. Olvidaron en muchos casos, el rechazo total que siempre sintió a la imposición de ser mujer y las crueles y depravadas terapias, propias de la pederastia, a la que fueron sometidos.
Nuevamente entre tanto estudio del comportamiento humano, tanta investigación para demostrar lo que la naturaleza nos regala y que hay que asumir con toda naturalidad, tanta arrogancia, tanta manipulación e intereses particulares, tanto corporativismo, nuevamente, repito, olvidamos al individuo, y volvemos a considerar su vida, un precio bajo por el bien de la humanidad.
Contrariamente a sus "conejillos",  John Money, profesor emérito en la Universidad Johns Hopkins, murió el 7 de Julio del 2006, respetado y admirado por sus compañeros psicólogos y sexologos, siendo el primer miembro de honor de de la Asociación Española de Sociedades de Sexología (AEES).

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog

Revistas