Revista Cultura y Ocio

El cuento de la criada: ¿realidad, ficción o posibilidad?

Publicado el 15 mayo 2017 por Sofiatura
Todos los regímenes totalitarios o dictatoriales se caracterizan por añadir a sus recetas el mismo tipo de ingredientes. Suprimir la libertad de pensamiento y expresión como primer paso. Instaurar un sistema político por la fuerza que muchas veces lleva por bandera el adoctrinamiento religioso. Ligado a ello, va una férrea represión sexual. Después se le agrega un patriarcado exacerbado en el que la dominación de la mujer se convierte en un aspecto clave en todos los ámbitos de la vida. Con algunos pocos elementos, el ser humano ideó un sistema de opresión que ha resultado brutalmente eficaz a lo largo de la historia. Pero todo eso es forma parte del pasado ¿no?
Margaret Atwood nos presenta una novela en la que Estados Unidos se han convertido en una teocracia puritana donde las mujeres son las protagonistas, aunque de una forma extraña. Sus cuerpos son sometidos con el único objetivo de procrear, pero eliminando cualquier vestigio de placer. Una sociedad obsesionada con la moral religiosa en la que el sexo es, literalmente, un pecado deleznable, un vicio sucio y soez que debe ser controlado por parte de las autoridades del país.
El cuento de la criada: ¿realidad, ficción o posibilidad?
Y cuando digo controlado, lo digo refiriéndome a que serán los del gobierno quienes estén ahí, en EL MOMENTO de copular, observando que el proceso se lleva a cabo como corresponde, como mecanismo puramente reproductivo. Lo sé, dantesco, cuanto menos.
El cuento de la criada era una obra que al menos en España se encontraba descatalogada (se publicó originalmente en 1984). Pero, desde que la cadena HBO lanzó la serie homónima, la novela se ha repopularizado notablemente en estos últimos meses. Tanto, que la editorial Salamandra ya ha sacado una nueva edición de la misma. Para que luego digan que la tele no tiene poder. Y así es como yo, movida por la curiosidad de un argumento tan prometedor, me hice con ella. Y he de he decir que no me arrepiento en absoluto
Han clasificado esta historia como una distopía, comparable a otras grandes obras de corte similar. No cabe duda  de que lo que cuenta Defred, la protagonista, nos hace pensar en un universo paralelo, en una realidad alternativa de opresión y angustia donde tus derechos mínimos tienen un valor nulo, donde cada centímetro de tu vida está decido por otras personas.
El cuento de la criada: ¿realidad, ficción o posibilidad?
Pero, lo que se plantea verdaderamente en El cuento de la criada es una posibilidad. Sabiendo que tal vez el público lector de esta novela viviese en un mundo moderno, occidental y relativamente acomodado, Atwood pensó (repito que esta obra fue escrita en los 80) que remover nuestra conciencia, nuestra ingenua certeza de que las cosas no pueden ir mal, podría hacernos pensar dos veces al respecto.
Y así es como, jugando entre los finos límites de la realidad y la ficción, la autora nos muestra la república de Gilead. Un lugar actual, moderno, donde sus habitantes practicaban la libertad de pensamiento y eran testigos de los beneficios del progreso y la tecnología, tanto como nosotros, hoy, aquí, ahora. 
Como digo, creo que uno de los puntos fuertes de esta historia es que juega tanto con la posibilidad remota -pero posibilidad, al fin y al cabo- como con la idea de que, aunque en nuestra sociedad no estemos actualmente bajo el yugo de un régimen de esta clase, sí existen regiones del planeta sometidas a sistemas similares al de esta distopía.
El cuento de la criada: ¿realidad, ficción o posibilidad?
Así lo pensé cuando la narradora contaba cómo habían obligado a las mujeres a portar esos ropajes que cubrían sus cuerpos y buena parte de sus rostros, demostrando una vez más cómo la vestimenta puede ser empleada como código de dominación sexual.
Y ya para terminar, dedicar una mención especial a Defred, la protagonista cuyo nombre real no sabremos nunca. Esperando encontrarme con una especie de heroína rebelde e inconforme, con una mujer que lucharía a viva voz por sus derechos, me topé con un personaje que me hizo comprender que todo era más fácil desde mi perspectiva. Que cuando te intentan doblegar a través del terror, comienzas a vivir entre el deseo de pelear y el aletargamiento de quien tiene mucho que perder contra las ideas retrógradas de la represión.
Por si aún no quedase claro, El cuento de la criada me ha parecido uno de los mejores libros que he leído últimamente. Una novela de trama y estructura complejas, de posibles escenarios aterradores y de un trasfondo que te hace devorar esta lectura con la desoladora idea de que, nos guste o no, todo puede pasar.

Publicado el 15/5/2017



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