Revista Cultura y Ocio

'El cuento de Navidad de Auggie Wren', de Paul Auster

Publicado el 25 noviembre 2013 por Carm9n @Carmenyamigos
'El cuento de Navidad de Auggie Wren', de Paul Auster
El pasado sábado por la mañana estuve hojeando, como de costumbre, la prensa cultural que se publica los fines de semana y me encontré con el pequeño artículo que Jesús Nieto Jurado le dedica a El buen hijo, de Ángeles González Sinde, finalista del cada vez más desprestigiado Premio Planeta de este año. Y dice de la novela el crítico, "Casi como en un boceto de comedia española insulsa, la escritura tira de tópicos, de un humor cuestionable y de una propensión excesiva al estereotipo que acaba por generar una temperatura de previsibilidad en el lector. Todo bajo una prosa sencilla, que roza lo plano, que al lector habituado le genera el interrogante de a qué viene tanta pobreza expresiva en esta especie de Manolito Gafotas que roza la cuarentena". Si me permitís, añadiré, con una expresión muy del norte, era visto.   Y por esto, y frente a esta literatura de botellón, es siempre un verdadero placer poder volver a los buenos, a las autoras y autores de calidad. Pongamos, por ejemplo, volver a la obra de Paul Auster.
Tras la lectura de El cuaderno rojo y La historia de mi máquina de escribir, vuelvo a leer a este autor en la misma edición de La historia de mi máquina de escribir, la cuidada edición de Booket, que a la prosa  de Auster le añade el atractivo de las ilustraciones de Isol.     'El cuento de Navidad de Auggie Wren', de Paul Auster
Sigue sorprendiéndome cómo con una prosa sencilla y un estilo aparentemente poco elaborada logra Auster crear narraciones tan personales, tan austerianas. Hay en sus historias un ensamblaje de realismo cotidiano, de  humanidad y de ese toque mágico de las relaciones personales que las convierte en cercanas, posibles, y al mismo tiempo casi irreales, en cuentos cuya natural frescura penetra por los poros de la piel y acaba produciéndonos un ligero estremecimiento.
"Le oí contar este cuento a Auggie Wren. Dado que Auggie no queda demasiado bien en él, por lo menos no todo lo bien que a él le gustaría, me pidió que no mencionase su verdadero nombre. Aparte de eso, la historia de la cartera perdida y la anciana ciega y la cena de Navidad es exactamente la que él me contó."
En El cuento de Navidad de Auggie Wren, una cámara de fotos, como en el otro relato lo fue la máquina de escribir, es el objeto que da pie a la historia. Una réflex que, como testigo mudo y silencioso, logra captar en recurrentes imágenes, tomadas a la misma hora y en el mismo lugar, el paso del tiempo. Pero esa máquina de Auggie Wren, que trabaja en el estanco de la calle Court, en el centro de Brooklyn, frecuentado por Auster, esa máquina tiene también un pasado. Será Wren el que le relate al Auster-narrador la historia, el cuento.  Pero, ¿es verdad la historia de Auggie o tan solo un modo de ayudar a Auster ante el encargo que le ha hecho el New York Times de una historia de Navidad? Quizá sea eso lo de menos...
'El cuento de Navidad de Auggie Wren', de Paul Auster
Auster, sin Scrooges ni fantasmas, logra en este breve cuento de Navidad iluminar con un potente foco, con un intenso halo de luz, esos momentos, quizá instantes, que dan sentido a una vida y convierten en pequeños y anónimos héroes al hombre corriente. Y lo cuenta además con su habitual naturalidad y sencillez en una historia alejada de forzado sentimentalismo.  Por cierto, existe una versión cinematográfica de este cuento, dirigida por Wayne Wang y el propio Auster y protagonizada por Harvey Keitel y William Hurt. Por si os animáis, digo.  

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