Revista Medio Ambiente

El deber de cuidar de ti misma

Por Valedeoro @valedeoro

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Todos sabemos, a nivel teórico, lo importante que es cuidar de uno mismo. El cansancio, el estrés crónico, la impaciencia, los bajones (mensuales) y esta sensación persistente de que la vida está pasando delante de tus narices, son sólo síntomas. No te definen ni son parte de ti. Simplemente son un aviso de que es el momento de tomar en cuenta tus propias necesidades.

No tengo tiempo para mimarme

Seamos realistas: a nadie nunca le sobra tiempo. Por mucho que esperas que un día tengas menos cosas que hacer, este día no llegará. ¿Y sabes por qué? Porque eres tú quien planifica tu día. Eres tú quien decide con qué pasar las horas (los minutos), aunque admito que esta decisión no siempre es consciente ni siempre dependa todo de ti. Aún así, salvo que seas esclavo, nadie te impone cómo vas a pasar cada minuto de tu día a día .

“No tengo tiempo para mi” es una excusa, y además es una excusa que a largo plazo te hace daño, literalmente. Puedes esperar que te avise tu cuerpo de la necesidad de cuidarte. Te avisará con un infarto, con una depresión o con una crisis de nervios. O puedes tomar una decisión consciente y permitirte de leer aquel libro de ficción, de pasar tu hora de comer en el parque, de irte hoy a dormir a las 21h o de escaparte a un spa, a la peluquería o a tomar un té sin prisas con una amiga.

Hay otras personas que están peor que yo

Es correcto, siempre hay personas que están peor que tú. Así como también siempre habrá personas que están mejor que tú. ¿Por qué te tomas como ejemplo las personas que lo pasan mal y no las personas que lo pasan bien?

Si tu apoyo puntual puede aliviar la situación, adelante. Si se trata de un problema estructural, ten cuidado. Si tú te ocupas de resolver siempre las problemas de todo el mundo (incluyendo tu familia, tu jefe y tus compañeras de la asociación) y además lo haces a costas de tu propio bienestar, entonces lo único que consigues es fomentar un entorno que depende de ti. Es una cosa ayudar a alguien en apuros y otra cosa completamente distinta es ayudar a mantener en pie un sistema que no funciona.

Si tu estrés es necesario para que las cosas funcionan, ahora es el momento de imaginar que pasaría si no estuvieras y cambiar los procesos de acuerdo. No esperes que te colapses para buscar soluciones.

No quiero ser egoísta

Entiendo que no quieras ser mala persona, no quieres ser egoísta (o ser acusado de ello) ni quieres que otros sufran por tu culpa. ¿Y si no se tratara de egoísmo sino de autopreservación? ¿Y si por no recargar nunca tus energías te enfermas o te deprimes? ¿Y si por falta de amor propio empiezas a resentir los que te rodean y que te exigen tanto?

Tienes el deber de cuidarte a ti misma, de tomar el tiempo que necesites para recargar las pilas, para soñar, para andar por el mundo sin rumbo, para leer aquel libro que no te aporta “nada” salvo de incitar tus fantasías. No eres una máquina (por mucho que intentan convertirlo en cumplido), eres una persona y tienes un alma que necesita volar.

Así que hoy te doy permiso. Te doy permiso de leer un libro que no sea de auto-ayuda. Te doy permiso de llenar la bañera hasta arriba con espuma y velas alrededor para sumergirte en tu propio mundo durante una hora. Te doy permiso de pedir ayuda a tu pareja para que se lleve los niños al parque para que tú puedas hacer lo que te apetece, aunque sea dormir, pintar, mirar el cielo o hacerte las uñas. Te doy permiso de respirar profundo.

¿Qué estás esperando?


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