El derecho a salir a la calle

Soraya Sáez de Santamaría es el ojito derecho de Rajoy porque encarna precisamente el descaro, la desvergüenza y el  cinismo en el que nuestro presidente de gobierno, el huidizo Rajoy, se mueve como pez en el agua.
Se necesita tener mucha cara para salir y decir que si ella hubiera hecho todo lo que hicieron los del Psoe cuando mangoneaban la política española, y hubieran dejado al país como ellos lo dejaron, no  se atrevería a salir a la calle.
Pero, vamos a ver, coño, vamos a ver.
España no es más que un país cualquiera de los que ahora están acogotados por la crisis, pero la puñetera crisis ¿quién la originó? ¿Tengo que recordarle a esta especie de aspirante a prostituta, véase, si no, su magnífico reportaje en El Mundo, con poses de auténtica sex symbol, mucho más insinuante que nunca estuvo la mismísima Marilyn Monroe, coño, que es que quieren todos estos abominables cínicos desvergonzados que nos olvidemos de todo, incluso de cuando el supremo jefe de esta putilla en ciernes se paseaba por todo el mundo diciendo que el milagro, aquel enorme milagro de la multiplicación de los panes y los peces que acabaría convirtiéndose en la peor de las burbujas inmobiliarias de todo el mundo, el milagro, el puñetero milagro que había originado todo aquel esplendor era precisamente él, el jodido, el puñetero Aznar?
El jodido, el puñetero Bambi, no hizo el pobre sino recoger los frutos de aquel formidable milagro que asombraba al mundo y que, entonces, el más cínico de todos los genocidas del universo, se achacaba como único dios a sí mismo, si al jodido Zp, que ha pasado a ser el culpable de todo lo que sucede en el orbe, se le hubiera ocurrido tan sólo dudar de que aquello no nos llevaba directamente al mayor desastre de la historia, no lo hubieran tolerado de ninguna manera y yo creo sinceramente que incluso habrían volado La Moncloa con el jodido Zp dentro, claro.
De modo que la madre de todas las batallas, la culpa de todo lo que nos pasa no la tiene en puñetero Zp y sus secuaces sino el genocida irakí y los suyos, aquel ministro de Economía que decían todos ellos, los del PP, que era el mejor ministro de la historia, el inefable Rato, pero esto sólo a nivel local, porque a nivel universal, la culpa fue de aquel maldito tango, de la locura que se apoderó de todos aquellos economistas superliberales, el jodido Milton Friedman y demás de la puñetera Escuela de Chicago, que convencieron al mundo de que no  había que hacer nada más que el famoso “laisser faire, laisser paseur”, o sea, dejar que las fuerzas naturales libres de la economía mundial actuaran a su antojo, maniatando íntegramente al Estado que, como la infame Thatcher y el canallesco Reagan dijeron no sólo no eran capaces de solucionar nada sino todo lo contrario crear todos los problemas que hay en el mundo, de manera que lo que había que hacer era cargarse el famoso Estado del bienestar.
Y eso estáis precisamente ahora, vosotros, mi querida Sorayita, bombón, que eres un auténtico bombón, o, por lomenos, a mí me lo pareces, en destruir hasta el fondo ese Estado por conseguir el cual millones de trabajadores de todo el mundo lo dieron todo, incluso su sangre y su vida, de modo que si a alguien ahora le tuviera que dar vergüenza de salir a la calle sería a vosotros.
Pero no os dará, porque para que a uno le dé vergüenza algo es preciso tener la facultad de tenerla y vosotros carecéis de ella hasta el fondo, si no, que te lo pregunten a ti que, además de posar de tan descarada e insinuante manera, eres capaz de enchufar a tu propio marido en la Asesoría Jurídica de la Telefónica, sin oposiciones ni leches, sino únicamente por tirarse casi todas las noches a una de las mujeres más atractivas del mundo, o que, por lo menos, eso se cree ella.
Saludos,