Revista Cultura y Ocio

El desafío de la integración, desde el humor

Publicado el 15 septiembre 2017 por María Bertoni
El desafío de la integración, desde el humorEl film de este otro Verhoeven se proyectará el viernes 15 a las 19 en el Village Recoleta, y el sábado 16 a la misma hora en el Village Caballito.

El cine europeo le presta cada vez más atención al éxodo masivo que la prensa occidental llama drama o crisis “de los refugiados”, y que alimenta el temor ciudadano al terrorismo perpetrado en nombre de Alá y a las reacciones extremistas de la ultraderecha blanca. Entre los realizadores atentos a esta porción siniestra de realidad figura Simón Verhoeven, autor de la comedia Bienvenido a la casa de los Hartmann. La película más vista en Alemania en el transcurso de 2016 se exhibirá esta tarde y mañana sábado en Buenos Aires, en el marco del 17º Festival de Cine Alemán.

En Münich transcurre esta ficción que primero amaga con girar en torno al nigeriano Diallo Makabouri, pero sobre todo retrata a la deutsche Familie que lo alberga mientras el Estado germano resuelve acordarle o negarle asilo. Esta suerte de desplazamiento protagónico obedece a la aplicación de una conocida fórmula narrativa que consiste en describir los cambios que un grupo humano experimenta ante la aparición de un agente externo.

Aquí, el grupo en cuestión está conformado por el matrimonio Hartmann, una hija y un hijo treintañeros y un nieto pre-adolescente. El agente externo es un extranjero joven y soltero, flojo de papeles, subempleado y bajo la lupa policial. El desembarco del extraño de pelo mota en el hogar muniqués exacerba una crisis familiar pre-existente, hasta entonces silenciada.

Desde que empieza, la película sugiere que –como la familia protagónica– Alemania también atraviesa una crisis irreductible al problema que encarnan los refugiados. El paralelismo es tan evidente como tributario de las debilidades de los personajes principales: Diallo provoca situaciones confusas (algunas enojosas) sin querer; los esposos Angelica y Richard y sus descendientes tardan en reconocer las verdaderas razones de su infelicidad.

Verhoeven incluye en este panorama a los fundamentalismos árabe y (neo)nazi pero lo hace con sumo cuidado. Por un lado, ubica a los referentes de ambos extremismos fuera del nuevo círculo íntimo que los Hartmann conforman con el joven nigeriano. Por otro lado, les impone una suerte adversa al término del film, a modo de moraleja exculpadora.

A todas luces, Bienvenido… fue concebida con clara intención pedagógica o concientizadora. De ahí la condición arquetípica de sus personajes, y una constante bajada de línea a favor del amor, la diversidad y la integración. Algunos espectadores preferimos fábulas menos explícitas, o con más matices, por ejemplo El otro lado de la esperanza del finlandés Aki Kaurismäki.


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