El desapego en la relación de pareja I

¿Es posible el desapego en la relación de pareja? Sí, porque cuando hay desapego hay amor

El sufrimiento es una condición que experimentamos cuando no sentimos confianza y no compartimos plenamente.

Amar sin apegos es amar de manera independiente, sin posesión, sin angustia, sin miedos, siendo uno mismo cada segundo. Es querer al otro sin dejar de quererse uno mismo, es cuidar al ser amado y cuidarse uno mismo, es comprender que el amor no se suplica ni se exige y que es una experiencia personal que puede convertirse en una “maestría” plena, nutritiva, graciosa y saludable.

En esta entrevista Dalia Galindez Giannelli, Maestra de Un Curso de Milagros, nos explica cómo es la relación de pareja vista desde el sistema de pensamiento de Curso de Milagros. Aprenderemos a ver la diferencia entre “una relación especial y una relación santa”.

Un espacio para reflexionar y reencontrarse con la propia esencia del amor, en ese proceso donde las aspiraciones personales y los ideales de pareja habrán de converger en un estado de salud y bienestar mutuo. Por lo extenso del tema, publicaré la entrevista en dos partes.

¿Te atreves a amar sin apego?

Vivir una relación de pareja es fundamental en este mundo de ilusiones.

-¿Cómo mantener una relación de pareja sana, nutritiva, que no llegue al apego ni al sufrimiento?

-Desde el punto de vista de Un Curso de Milagros, la relación de pareja la puedes vivir de dos maneras: desde una relación especial o desde una relación santa.

-¿Cuál es la diferencia entre una relación que se convierte en especial y en una que se santifica?

-La relación especial se basa en que ninguno de los dos está completo y necesita de alguien que lo complemente. Por ejemplo, una persona insegura busca alguien seguro de sí mismo para que así se sienta “segura o en paz”. Una persona que siente que tiene mucha precariedad y vacío económico, aspira a tener una pareja que –mínimo- sea trabajador, productivo, con una base económica sólida. Es una relación que se basa también en la escasez, y piensa que la “media naranja” va a suplir sus faltas. Que el otro tiene el deber de hacerte feliz. En donde se busca prosperidad, paz, felicidad a través del otro. Entonces son relaciones ideales para el mundo, la sociedad. Porque uno siente que está ganando algo al tenerlas. Sentimos que aquella cosa que “nos faltaba” y que no veíamos en nosotros, está afuera y en el otro.

-¿Es decir que una relación de pareja especial no busca necesariamente amor?

-Probablemente lo que busca es sentirse feliz creyendo que la felicidad está afuera. Busca el amor desde el punto de vista del “mundo”. No el amor que desde la espiritualidad, es el amor del SER, del espíritu, de lo pleno… Es simplemente el amor de dos personalidades que se intercambian cosas, es una relación de intercambio.

-Si la pareja representa la alegría, que no puedo vivir por mi misma, la vivo a través del otro. Y entonces sentimos que todo está bien. Si no me siento inteligente probablemente buscaré a alguien inteligente y vivo la inteligencia a través del otro para sentirme inteligente…

-Sí, y entonces la pareja se vuelve como un tener. Tengo una parte de mi, porque es mía, y el otro se vuelve mío, y por supuesto, allí nace el apego porque es que aquel me está intercambiando algo valioso que estoy recibiendo y no quiero perder. Pero a la vez se pueden generar reacciones y se pierde el equilibrio porque si tu eres extrovertido pero estás en un momento de introspección porque te sucedió algo, entonces el otro te exige tu cuota de extroversión y entretenimiento que la relación y él o ella necesita. A la vez ese otro te exige porque te está dando la parte económica. Llega el conflicto porque no se está dando lo que se había acordado inconscientemente.

La relación santa

-Las relaciones santas son de trascendencia. Son reuniones que se establecen con el SER, no me enamoro de tu yo. Cada uno se potencia, aquel que le gusta lo extrovertido de su pareja lo empieza a cultivar en él mismo. La sensualidad que reprimieron en sí mismos, se cultiva individualmente, se enriquece y se comparte. Es una relación nutritiva donde no hay miedos.

-¿En una relación santa los miembros son como dos naranjas completas, no son “medias naranjas” o “medias personas” como en la relación especial?

-Exacto, cada miembro de la relación es un todo, es suficiente Cada uno se autorrealiza, es  pleno y juntos se potencian. No es que yo estando con el otro me hace ser o gano algo. No es que yo no soy alguien sin el otro. Sólo yo soy un ser, no necesito al otro para “ser”, sino que disfruto de mis potencialidades y las extiendo al igual que el otro.

-¿Es posible convertir una relación especial en una relación santa?

-Absolutamente. Y sucede cuando cada quien se da cuenta de lo que en esencia es. Somos seres individuales experimentando la vida, creciendo y compartiendo juntos. Tener la profunda fe en que la relación cada vez es menos oscura, y que poco a poco hay más luz. Y no es que no haya discusiones en una relación santa porque estamos y seguimos en este mundo, pero cada discusión la vemos con otro sentido, sin culpa, sin víctimas ni victimarios. No importa cuántos años tenga una pareja teniendo una relación especial porque pueden ir trabajando para santificar esa relación. Convertirla en algo nutritivo y amoroso.

Dar y recibir

-¿Dar es lo mismo que recibir?

-En una relación santa se experimenta la igualdad en estas dos acciones. En una relación especial el dar y el recibir se convierte en una exigencia, con muchos miedos a perder cosas. Surgen las preguntas: ¿cuánto estoy dando? ¿cuánto estoy recibiendo? es por eso que hay tanto control, tanta insatisfacción, el apego surge cuando lo confundimos con amor. Surgen afirmaciones como “si no me celas no me amas”, son pensamientos de relaciones especiales, no son del ser.

En una relación de pareja debemos aprender que el amor simplemente ES. Que sin necesidad de la otra persona que amo SOY, no es que el otro me hace ser. Frases como “sin ti no soy nada” y la letra de innumerables canciones románticas no tienen sentido.

Animémonos entonces  a disfrutar de relaciones empoderadas, nutritivas, donde ya no haya apego sino libertad, porque somos cada uno como queremos ser… pero JUNTOS.

En pocos días se publicará la segunda parte de esta entrevista.

¡Gracias!