Revista Cocina

El desastre de la génoise au chocolat…

Por Soniaif

Soy una persona tremendamente inquieta. Si habéis hecho alguno de mis cursos, sabéis que tengo una inclinación enfermiza hacia el experimento fotográfico arriesgado. Y así me va. Esta es la crónica del desastre de la génoise au chocolat

desastre anunciado

1.-

Tengo una génoise de chocolate en el horno. Cuento con 25 minutos para montar la estructura de mi nuevo experimento, cuyo fin no es más que crear una imagen con un claroscuro extremo. Extremísimo.

Decoraré la génoise, una vez horneada, con un corazón de azúcar glas en su superficie, y simulando un escenario, un foco de luz incidirá sobre ella como una estrella de cine negro.

Para ello tendré que crear una estructura especial, arriesgada, peligrosa… Pero sé que soy una persona muy meticulosa en mis procedimientos, y que nunca, nunca, dejo nada al azar…

En la foto un poquito más arriba, podéis ver como coloco mi portafondos, una superficie de madera, y un fondo de madera también, apoyado sobre el portafondos. Parece que el fondo se inclina un poquito hacia delante, pero no creo que sea ningún inconveniente…

Experimento fallido 2

2.-

Comienzo a crear el escenario y sitúo un reflector negro a la izquierda del set. Para sujetarlo, nada mejor que una pinza de estudio en un extremo, que se apoya sobre la superficie. El otro extremo… bueno, seguramente permanecerá estable si lo apoyo en mi fondo de madera, que sigue inclinado un poquito hacia delante. Pero yo continúo…

Experimento fallido 3

3.-

Mi génoise todavía está en el horno, así que coloco un doble en el set. No estoy muy acertada en la elección del doble. Es un bote de vidrio con hojas de laurel. No tiene ni el mismo color que mi génoise, ni la misma altura. Y encima, la luz se refleja sobre el vidrio. Pero ¡Qué demonios! Yo sigo a lo mío…

Experimento fallido 4

4.-

He llegado a la parte más complicada. Corto un trozo de cartón que colocaré a la derecha de mi set, frenando el paso de la luz. Pero aquí llega el truco. Con una cuchilla, recorto una ventanita en el cartón por donde entrará la luz, que se dirigirá directamente a mi protagonista.

Para mantener el cartón en su sitio, coloco más pinzas sujetándolo al fondo de madera y a la superficie de madera ¡Ostras! ¡Si que es difícil pinzar el cartón junto con la tabla del fondo y de la superficie! Con el más mínimo roce, puedo hacer saltar las pinzas y creo que la tabla se ha inclinado todavía un poco más hacia delante, pero sé que aunque el equilibrio es escaso, nada va a salir mal. Además de perfeccionista y meticulosa, soy positiva ¡Qué diantres!

Experimento fallido 5

5.-

Bajo persiana, cierro cortina, coloco unidad de luz continua a la derecha del set. No puedo arriesgarme con la luz natural. Ya os dije que no dejaba nada al azar. Hoy el día está nublado, y las nubes hacen que la luz cambie constantemente.

Solo tengo que tener cuidado de que la unidad no roce la pinza que sujeta el cartón que está pegado al fondo de madera que permanece inestable y que se inclina hacia delante mientras que se apoya ligeramente en mi portafondos

Experimento fallido 6

6.-

Como toque final, coloco unos mini-reflectores del lado opuesto de la luz, para que vuelquen un poquito de luminosidad sobre mi protagonista. Además, subo la unidad de luz y la inclino hacia el set, para que el rayo de luz incida sobre la parte superior de mi génoise ¡Qué me va a quedar preciosa!

Suena el timbre del horno. Los 25 minutos han pasado. Me dirijo al horno, saco la génoise, espero un poquito a que se enfríe, la desmoldo, espero otro poquito más, y coloco una cuerdecita roja alrededor. Solo me falta llevarla al set, y espolvorear el azúcar glas sobre la superficie como punto final. Todo está listo, preparado, dispuesto…

Estoy llegando con mi génoise, la coloco sobre la superficie en el mismo sitio en el que estaba el doble. Me coloco delante de ella para hacer el estilismo.

¡Jope, este cable de la unidad de luz me molesta! Lo voy a mover un poquito hacia abajo. Solo un poquito, sin que roce la pinza que sujeta el cartón que está pegado al fondo de madera que permanece inestable y que se inclina hacia delante mientras que se apoya en mi portafondos ligeramente

¡Vaya por Dios, he rozado el cable!

Experimento fallido final


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