Revista Deportes

El día antes

Por Josemanuelfidalgogomez @josmafidalgo
EL DÍA ANTES Mucho se ha escrito, leído y, me atrevo a decir que todo suele versar sobre el día después de un partido de fútbol; análisis, crónica y conclusiones, todo gira en torno a qué ha sucedido en el partido pero...¿y del día antes?, ¿qué se sabe, cómo se gestiona, qué se siente?... Desconozco si existen estudios de investigación en profundidad respecto a estos momentos preparatorios (preparación mental), los mismos que requieren de tanta importancia como todo lo que haya podido ser vivido durante la semana de entrenos. Los protagonistas directos de lo que ocurrirá 24 horas más tarde son, sin duda, unos jugadores ejecutores de acciones sobre el campo y un entrenador que, desde fuera, tomará las decisiones que considere convenientes para obtener el mayor rendimiento posible en la competición. Seguro, ambas figuras dibujan jugadas en sus cerebros, visualizan sensaciones positivas vividas anteriormente o, si no existieran, las inventan; se ponen en situación de ventaja o desventaja y así "ver" cómo llegan a resolverlas, se preparan para vencer sus miedos o por lo menos afrontarlos, se hacen sentir seguros sobre aquéllo en lo que son buenos y se previenen para lo que se les da menos bien. Existe un protocolo de pensamientos (cada uno en órdenes en que los llegue a representar) que al día siguiente quedarán transformados en actuaciones o que dé lugar a la ausencia de ellos. El futbolista siempre espera impaciente que su nombre sea pronunciado para ponerse la camiseta de los que saltan de inicio; una gran dosis de adrenalina lo envuelve y una vez conocida su participación o no, su estado de ánimo hará que su contribución sea de una u otra forma en el partido. Mientras, habrá completado todo un ritual de comportamiento (si aquel día que gané llevaba esta camiseta, hice aquel gesto o me coloqué antes la bota izquierda, ahora lo hago igualmente y si por contra perdimos, desecho conductas previas para cambiarlas por otras). Todo en medio de un cosquilleo propio de la incertidumbre de lo que pueda llegar a ocurrir en un juego donde, tanto los aciertos como los errores, dependerán en gran medida de cómo afronte estas horas previas. Desde la perspectiva del entrenador, no difiere mucho de lo que pueda llegar a vivir un jugador (más si lo has sido en una época anterior). La incertidumbre es inevitable y las dudas, necesarias para acertar en las decisiones que hayas de tomar en pos de obtener el rendimiento máximo de tus jugadores y de su interacción con las circunstancias competitivas. Sin lugar a dudas, es una extraordinaria aventura que merece la pena vivir cada semana cuando a la vista de 24 horas se acerque el comienzo de una nueva batalla.  Cada uno construirá sus vivencias y sensaciones pero hay algo que, al menos en mí, permanecerá imperturbable, tanto si la situación es de bonanza como en horas bajas, los principios que uno tiene como filosofía de fútbol son y deben ser "santo grial", deben permanecer firmes, sea cual sea el envite que nos toque afrontar. Cualquier divagación sobre ello hará que el equipo tiemble en sus cimientos, como entrenador quedarás retratado ante tus futbolistas además de que suponga una traición a una convicción que te habrá costado años de preparación y esfuerzo labrarte.
Y, como suelo decir de vez en cuando, todos ganaremos y perderemos más o menos pero por lo que se te reconocerá es por cómo lo hiciste durante el tránsito.

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