Revista Cultura y Ocio

El diablo en cada esquina. Jordi Ledesma

Por Mientrasleo @MientrasleoS
El diablo en cada esquina. Jordi Ledesma
     "El hierro corta la hierba que aguanta la bola, el golpe suena diseminado y el eco lo devuelve de inmediato. La pequeña esfera sube. Una nube espesa y oscura le da a la mañana un aire de tarde terminada. Un soplo helado golpea los árboles. A la bola le falta un empujón para atravesar esa racha de cierzo envenenado, la carencia la hace bajar antes de lo necesario y es engullida por el lago. Con ella se desvanece la posibilidad de ganar dinero. Solo queda esperar a que llame Mariscal, el argentino."
     Tras leer Narcolepsia hace ya tiempo me fijé en este autor, por eso no me costó decidirme a acercarme a su segunda novela. Y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El diablo en cada esquina.
     Conocemos a Esteban, un niño de esos que vienen de una familia con dinero y que opta por una vida sin futuro ni porvenir. Las malas compañías y peores decisiones hacen que termine en los bajos fondos alejado de sus propios hermanos. Así es como conoce a Mariscal, un hombre peligroso que le llama de vez en cuando para realizar algún trabajo. El último es un robo que parece bien orquestado y dinero fácil; sin embargo algo más hay porque nada sale como le habían dicho a Esteban, muere gente y él termina por huir.
     Es fácil al comenzar la novela pensar que hay muchos casos como el de Esteban, y automáticamente sentir una corriente negativa hacia él y la vida que lleva. No es una buena persona, está claro. Sin embargo, a medida que avanza la historia nos damos cuenta de que no es el único malo, ni siquiera tiene por qué ser el peor del puñado de personajes que pueblan esta historia. Ledesma escribe una historia coral en la que los destinos de sus personajes se entrelazan hasta constituir una buena historia.No hay caso peligroso sin policía, ni mafioso sin matón peligroso y ninguno de sus personajes buscan excusar lo que hacen. El peso femenino de la historia lo lleva Dulce, una mujer convertida en prostituta que, lejos de vendernos un drama (que también lo hay) convierte la supervivencia en ambición. Y así, y con estas voces y un Esteban huido arranca la nueva novela de Jordi Ledesma. Lo hace además con un buen ritmo, que permanecerá constante a lo largo de la novela, y sin perder el tiempo en grandes descripciones. El autor opta por ir al grano para no perder el interés de un lector que ya en el primer capítulo, se ha preguntado qué ha sucedido realmente en esa casa que iban a robar.
     Ledesma puede decirse que escribe un pequeño tratado sobre la naturaleza humana y lo fácil que le resulta corromperse ante algo tan habitual como el dinero. Dicho así parece sencillo, en realidad toda la novela se esconde bajo una sencilla apariencia, cuando en realidad hay un gran trabajo depurando la historia, recortando para conseguir un texto efectivo. Un lenguaje cuidado y una prosa llena de afirmaciones casi categóricas sobre decisiones ya tomadas, nos revelan que la maldad es algo que está apenas escondido a pie de calle en el interior de las personas.
     Hay una remesa de autores que parece empeñada en mostrarnos que la novela negra se escribe dentro de nuestras fronteras, y cada vez somos más los lectores que nos acercamos a este grupo de escritores sabiendo que es, además, novela de calidad. Me ha gustado este segundo título del autor, no me cabe duda de una cosa: repetiré con él.
     Y vosotros, ¿os gusta la novela negra?
    Gracias

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