Tanto se habla de esta película como el paradigma del cine romántico, que una vez vista, la decepción es tremenda. Cae en todos los errores de este tipo de cine, está esquematizada siguiendo los cánones, sin pizca de originalidad, y alcanza un nivel de previsibilidad ridículo, con un final esperado por todos desde el minuto dos. La ambientación es correcta, y la dirección de actores no es del todo mala, aunque hay que decir, que Rachel McAdams siempre hace lo mismo en todas sus películas, vista una, vista todas. En resumen, se espera mucho más y la sensación de vacuidad es enorme.
Mi Puntuación: 5.5