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El Dios poco rentable de Spinoza

Publicado el 18 abril 2020 por Blogmejorvendedor
  • El Dios poco rentable de SpinozaBaruch Spinoza (1632 – 1677)

Llevo bastantes años como ateo, ya prácticamente pensando que nada ni nadie podría cambiar mi forma de pensar. Eso hasta hoy. La diferencia entre un ateo y una persona que profesa una religión es sólo el camino para llegar a un fin. El camino me lo hago yo y no acepto que nada ni nadie piense por mi. La fe es algo demasiado importante para dejarlo en otras manos, sobretodo si hay intereses creados.

Hoy en la mañana, mientras revisaba mis redes, apareció en Facebook un texto, que sin querer, terminé leyendo completo. Parece que estaba hecho para mi, porque reunía parte de mi camino ya recorrido. Hay “algo” que arranca a toda explicación lógica, algo más grande que la verdad y el orden perfecto, algo en estado puro, sin la manipulación de género, política o social.

Baruch Spinoza fue un filósofo del siglo XVII que se adelantó a su tiempo. Su obra se perdió en el olvido hasta que llamó la atención de filósofos alemanes del siglo XIX. Junto con ser considerado uno de los 3 grandes racionalistas de su siglo, sin quererlo, captó el interés de uno de los genios más importantes de nuestra historia: Albert Einstein, que como buen ateo, se sentía cómodo en decir que él creía en el Dios de Spinoza. Dios no nos dirige ni castiga, sino que simplemente forma parte de todo y se manifiesta a través de este todo.

  • El Dios poco rentable de Spinoza
Una de las mentes más brillantes en la historia de la humanidad.

Hoy en día, entre paréntesis, es fácil abanderarse por una religión y pagar el diezmo por transferencias por internet. Pero una cosa es pertenecer y la otra es actuar con coherencia con lo que se cree. En estos momentos nos encontramos viviendo una pandemia que no es una película de Hollywood, al contrario, ya es parte de nuestra realidad, aunque nos cueste asumirla. Me cuesta ver cómo las personas que dicen tener más fe, son las más asustadas. ¿No debería ser al revés?. La fe de cartón no sirve, porque es una fe sin ganas, sin cojones, sin valentía ni optimismo.

Volviendo al tema, Einstein en una oportunidad fue entrevistado por un rabino, Herbert S. Goldstein, sobre si creía en la existencia de Dios, este le contestó:

“Creo en el Dios de Spinoza, quien se revela así mismo en una armonía de lo existente, no en un Dios que se interesa por el destino y las acciones de los seres humanos”.

En 1930, durante una entrevista publicada en el libro Glimpses of the Great de G. S. Viereck, el Premio Nobel se explayó aún más sobre este tema:

“Tu pregunta es la más difícil del mundo. No es algo que pueda responder con un simple sí o no. No soy ateo. No sé si puedo definirme como un panteísta. El problema en cuestión es demasiado vasto para nuestras mentes limitadas.¿Puedo contestar con una parábola? La mente humana, no importa que tan entrenada esté, no puede abarcar el universo. Estamos en la posición del niño pequeño que entra a una inmensa biblioteca con cientos de libros de diferentes lenguas. El niño sabe que alguien debe de haber escrito esos libros. No sabe cómo o quién. No entiende los idiomas en los que esos libros fueron escritos. El niño percibe un plan definido en el arreglo de los libros, un orden misterioso, el cual no comprende, solo sospecha. Esa, me parece, es la actitud de la mente humana, incluso la más grande y culta, en torno a Dios. Vemos un universo maravillosamente arreglado que obedece ciertas leyes, pero apenas entendemos esas leyes”.

  • El Dios poco rentable de Spinoza
    Muchas religiones, muchos caminos. Pero ¿cuál es el correcto?

“Nuestras mentes limitadas no pueden aprender la fuerza misteriosa que mueve a las constelaciones. Me fascina el panteísmo de Spinoza porque él es el primer filósofo que trata al alma y al cuerpo como si fueran uno mismo, no dos cosas separadas”.

Tal como pensaba Einstein, la ciencia y la religión no chocan, sólo se complementan y explican, porque ambas son importantes. Pero vamos al grano, a continuación les dejo el texto que leí en la mañana, que para mi, insisto, es un antes y un después, es como una iglesia que está en todas partes, no rentable para negocio, por si algún emprendedor de la fe quisiera transformarse en su pastor.

  • El Dios poco rentable de Spinoza
¿Somos coherentes con lo que creemos?, ¿nos atrevemos a cuestionar o a editar lo que no corresponde?, ¿Dios era machista?

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