Revista Opinión

El discurso del Papa y las falacias de Richard Dawkins

Por Beatriz
autor: blog Agua Viva
Ahora al parecer Richard Dawkins está ofendido porque el Papa Benedicto XVI en su discurso dirigido a la reina de Inglaterra hizo un paralelo entre ateos y nazis.
Esto fue lo dijo el Papa:
“También ahora, podemos recordar cómo Gran Bretaña y sus dirigentes se enfrentaron a la tiranía nazi que deseaba erradicar a Dios de la sociedad y negaba nuestra común humanidad a muchos, especialmente a los judíos, a quienes no consideraban dignos de vivir. Recuerdo también la actitud del régimen hacia los pastores cristianos o los religiosos que proclamaron la verdad en el amor, se opusieron a los nazis y pagaron con sus vidas esta oposición. Al reflexionar sobre las enseñanzas aleccionadoras del extremismo ateo del siglo XX, jamás olvidemos cómo la exclusión de Dios, la religión y la virtud de la vida pública conduce finalmente a una visión sesgada del hombre y de la sociedad y por lo tanto a una visión "restringida de la persona y su destino" (Caritas in veritate, 29).”
(pueden leer el discurso completo aquí)
Dawkins le responde al Papa:
“Adolf Hitler era católico. Fue bautizado, nunca renunció a su bautismo. Como mínimo, creía en una providencia personificada”
Esto es un Non Sequitur. Que Adolf Hitler haya sido bautizado católico no se sigue que haya sido un creyente convencido.
¿Cuántos ateos hay bautizados católicos que tampoco han renunciado a su bautismo?
El dios de Hitler era Alemania, y su religión el nacionalsocialismo:
“Hitler nació y fue educado como católico romano. Pero pronto perdió la fe y no asiste a servicios religiosos de ningún tipo. Su catolicismo no significa nada para él; es impermeable incluso al consuelo de la confesión. Al formarse su gobierno, inició casi inmediatamente una feroz guerra religiosa contra católicos, protestantes y judíos.
¿Por qué? Tal vez el motivo no sea fundamentalmente la religión, sino la política. Para Hitler, la primera tarea de la revolución nazi es la “unificación”, la Gleichschaltung (coordinación) de Alemania. Tiene una pasión motriz: la eliminación de todos los competidores del seno del Reich, de cualquier tipo que sean. El Vaticano, al igual que el judaísmo, es un organismo profundamente internacional (o sea, no alemán). Por tanto: fuera con él.
La base de gran parte de la locura del hitlerismo es su deseo increíblemente drástico y severo de purgar a Alemania de los elementos no alemanes, de crear una Alemania exclusivamente destinada a los alemanes completos. No le gustan los banqueros ni las grandes empresas comerciales –como señaló Dorothy Thompson-, porque representan fuerzas no alemanas, internacionales. Detesta a los socialistas y a los comunistas porque están afiliados a grupos mundiales que pretenden internacionalizar el trabajo. Odia, sobre todo, a los pacifistas, porque los pacifistas, al oponerse a la guerra, son de hecho internacionalistas.
Considera el catolicismo como una fuerza competidora particularmente peligrosa, porque exige dos compromisos por parte del ciudadano y el doble compromiso es algo que Hitler no puede soportar. De ahí, la campaña contra las “manchas negras”, como llaman los nazis a los sacerdotes.
El protestantismo es –teóricamente- una cuestión más simple, porque la iglesia luterana seguramente es alemana y nacionalista. Hitler creyó que con la simple colocación de un capellán del ejército, un feroz nazi llamado Mueller, como obispo del Reich, podría “coordinar” la iglesia evangélica en Alemania y ponerla a su servicio. La idea de una iglesia protestante unida atraía a su mente arquitectónica. Estaba equivocado. La cuestión eclesiástica ha sido fuente de problemas a partir de entonces.
Es bastante natural que, después del fracaso del confuso protestantismo nazi, algunos seguidores de Hitler se hayan vuelto hacia el paganismo. Los mitos nórdicos son un sustituto nacionalista de primera clase. Llevado hasta su extremo lógico, el nazismo exige de hecho la creación de una nueva religión nacionalista. Hitler lo indicó en un discurso pronunciado en Nuremberg en septiembre de 1935. “El cristianismo –dijo-, logró unir durante un tiempo a las antiguas tribus teutónicas, pero la Reforma destruyó esta unidad. Alemania es ahora una nación unida. El nacionalsocialismo ha triunfado allí donde ha fracasado el cristianismo”. Y Heiden ha citado la observación de Hitler: “No queremos otro Dios que la propia Alemania”. Este es el punto vital: Alemania es la religión de Hitler.
Una de las quejas de Hitler contra Dios es el hecho de que Jesús fuera judío. No puede perdonárselo ni a los cristianos ni a los judíos. Y muchos nazis niegan que Jesús fuera judío. Otra queja tiene origen nacionalista. La base de la revolución nazi fue la derrota de Alemania en la guerra. Por esto tenía que nazificarse la religión, porque ningún Dios que permitiera que los franceses y otras razas “inferiores” ganaran la guerra podría ser un Dios satisfactorio para Alemania.”
John Gunther, Líderes del Siglo XXI, Ed. Grijalbo S.A., 1968
Pero Dawkins prosigue:
“Incluso si Hitler hubiese sido ateo, como Stalin es seguro que era, ¿Cómo se atreve Ratzinger a sugerir que el ateísmo tiene alguna conexión con sus horribles acciones?”
Resulta realmente asombrosa esta pregunta ya que Dawkins se atreve a sugerir que por la atrocidad cometida por unos locos terroristas musulmanes contra los Torres Gemelas en Nueva York  (en el colmo de la simplificación)  “un mundo SIN religión” sería un mundo mejor:
"Imaginad, con John Lennon, un mundo sin religión. Imaginad: no más suicidas portadores de bombas, no más 11 de septiembre”
El discurso del Papa y las falacias de Richard Dawkins
y que recibió el rechazo de un ateo serio en su propia página web.
(para el que no entiende inglés, aquí hay una traducción mía)
“Al margen de la falta de creencia de Hitler y Stalin en duendes y unicornios, más allá de si tienen un bigote, como Franco o Sadam Hussein, no hay ninguna relación lógica entre su ateísmo y su maldad.”
Además de la infaltable burla hacia nuestras creencias comparando a “duendes y unicornios” con Jesús, Dawkins responde al Papa demostrando su nula formación sobre la fe católica:
“El pecado original significa que somos malvados, corruptos, maldecidos, a menos que creamos en su Dios, o a menos que caigamos en la trampa del premio del cielo o el castigo del infierno”
Lo que dice la enseñanza católica del pecado original es que todos nacemos privados de la comunión con Dios (santidad y justicia original), con palabras sencillas, nacemos bajo un estado de separación de Dios y para recuperar la unión con Dios es necesario el bautismo, sin embargo, la inclinación al mal, a pecar,  perdurará hasta el final de nuestros días, porque nuestra naturaleza está herida mas no totalmente corrompida (catecismo n.405).
Por favor, ¿me pueden decir qué persona conocen que en toda su vida no cometió ni una sola obra mínimamente mala? Es evidente que no existe tal persona. ¿Por qué no reconocen que TODOS tenemos esa inclinación a obrar mal? Por eso el Cohelet dice: “Cierto, no hay justo en la tierra que haga sólo el bien y no peque” Ecl. 7, 20. Claro que de la inclinación, al obrar, hay un gran trecho, y de obrar mal, a monstruo, también. Tampoco generalicemos, unos pecan muy poco y otros demasiado. Para nosotros los católicos sólo existieron dos personas que nunca pecaron: Jesús y su madre. Y, por supuesto, los niños son inocentes (no son unos monstruos ni malvados) empiezan a obrar mal después cuando crecen, por eso Jesús los pone de modelo para entrar al reino de los cielos "Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos. Mat 5,13-14
Y como Dawkins parte de un concepto falso, la conclusión también es falsa:
“Eso, señoras y señores, es la despreciable teoría que los lleva a asumir que fue la falta de creencia lo que hizo de Hitler y Stalin los monstruos que fueron. Todos somos monstruos a menos que Jesús nos salve”
Jamás ningún Papa ni la Iglesia ha enseñado que los ateos son "monstruos”. Esto es una exageración y una falsedad.
El Papa habló de “tiranía” y de “extremismo”, no mencionó la palabra “maldad” o “monstruosidad”…Benedicto cuando dijo “al reflexionar sobre las enseñanzas aleccionadoras del extremismo ateo del siglo XX” se refería al saldo que han dejado TODOS los gobiernos comunistas ateos del siglo XX, SI, ateos, que excluyeron a Dios y a la religión de la sociedad, por qué quieren ocultar esto?
La crítica del Papa fue contra la ideología, no contra la persona: “jamás olvidemos cómo la exclusión de Dios, la religión y la virtud de la vida pública conduce finalmente a una visión sesgada del hombre y de la sociedad y por lo tanto a una visión "restringida de la persona y su destino"”
La Iglesia rechaza ideologías, nunca a personas. Es fiel a Dios quien condena el pecado, y ama al pecador. Es que ni siquiera de Judas el traidor, el que entregó al Señor por unas monedas, se dice que es un “monstruo” y nadie se atreve a asegurar que está en el infierno…
Este es un intento más de hacernos creer que la Iglesia Católica es “la gran delincuente social”, con sus Papas a la cabeza, buscando provocar en nosotros los laicos sentimientos de culpabilidad malsanos.  Les recomiendo leer “El libro negro del comunismo” cuyos autores calculan cien millones de muertos a manos de esta ideología (sin dejar de reconocer nuestros propios errores, la Inquisición parece un bebé de pecho). Incluye los crímenes cometidos no sólo en Europa y Asia sino también en América Latina y Africa.
Pueden descargarlo para leerlo aquí:
Por eso prefiero la honestidad intelectual de ateos serios como André Comte-Sponville, quien no tiene ningún problema en reconocer los crímenes de sistemas comunistas ateos en el siglo XX y dice una gran verdad: no es la fe o la ausencia de fe lo que impulsa las masacres, es el fanatismo, el odio, la intolerancia.
"Dejo de lado, deliberadamente, todo lo que se pueda reprochar a las religiones o a las Iglesias, ciertamente siempre imperfectas, ciertamente detestables a menudo, criminales a veces, pero cuyos extravíos no tocan el meollo de la cuestión. La Inquisición o el terrorismo islamista, para usar estos dos ejemplos, ilustran claramente la peligrosidad de las religiones, pero no dicen nada acerca de la existencia de Dios. Toda religión, por definición, es humana. Que todas tengan sangre en sus manos, podría convertirlas en misántropas, pero no bastaría para justificar el ateísmo, el cual, históricamente, ha sido merecedor de reproches, especialmente en el siglo XX, y con crímenes. No es la fe la que impulsa las masacres. Es el fanatismo, sea religioso o político. Es la intolerancia. Es el odio. Puede ser peligroso creer en Dios. Ved la noche de San Bartolomé, las Cruzadas, las guerras de religión, la Jijad, los atentados del 11 de septiembre de 2001... Puede ser peligroso no creer. Ved Stalin, Mao Tsé-tung o Pol Pot...¿Quien hará los totales, por una parte y por otra, y qué podrían significar? El horror es innumerable, con o sin Dios. Ello nos enseña más sobre la humanidad, ¡ay!, que sobre la religión. Pues hay entre los creyentes, por lo menos tanto como entre los incrédulos, héroes admirables, artistas o pensadores geniales, humanos conmovedores. Sería traicionarles condenar en bloque lo que ellos creen. Tengo gran admiración por Pascal y por Leibniz, por Bach o por Tolstoi —sin hablar de Gandhi, d'Etty Hillesum o de Martin Luther King— para poder despreciar la fe a la que ellos apelan. Demasiado afecto para muchos creyentes, muy próximos a mi, para querer herirles en nada. El desacuerdo, entre amigos, puede ser sano, tonificante, alegre. La condescendencia o el menosprecio, no. Me gustan poco, a fin de cuentas, los panfletos y las polémicas. Es la verdad lo que importa, no la victoria. Es este Dios, en este capítulo, el que me interesa, no sus fieles o defensores. Vamos, pues, a él, o mejor a mis razones para no creer" [48].
Dawkins finaliza su discurso así, que Benedicto XVI “es enemigo de los niños porque permite que sean violados”; “es enemigo de los homosexuales dirigiendo contra ellos su intolerancia”; “es enemigo de las mujeres al no permitirles el sacerdocio”; “es un enemigo de la verdad al promover que los condones no protegen contra el sida”; “es un enemigo de la gente más pobre de la tierra”; “es un enemigo de la ciencia obstruyendo investigaciones vitales sobre células madre”. Sobre esto último, al parecer Dawkins no está informado que el Vaticano está financiando la investigación de células madre que se pueden obtener, por ejemplo, del cordón umbilical, sin tener que destruir vidas humanas. La Iglesia se opone y siempre se opondrá a que la vida humana sea tratado como un ratón en un labotorio. Y sobre la pederastia el propio Dawkins escribió enThe God Delusion en el 2006 que no podía dejar de preguntarse si la Iglesia Católica no "ha sido injustamente demonizada sobre este asunto"
También dice que Benedicto XVI es un "enemigo de la educación. El y su iglesia han impuesto la perniciosa doctrina educativa de que la evidencia es una base que merece menos confianza para la convicción que la fe, la tradición, la revelación y la autoridad. Su autoridad."  Otra falacia del hombre de paja....  Fue Lutero quien rechazó la razón, en cambio a este Papa ya se le está llamando "el Papa de la razón" porque insiste mucho en ello, y no hay que olvidar la encíclica de Juan Pablo II "Fe y Razón".
Tiempo atrás hubiera pensado que Dawkins es un ignorante de la fe católica que se está dejando llevar por el odio, pero ahora tengo que reconocer que el padre Lombardi tenía razón, una persona que cobra quinientos euros (aprox. 600 dólares) por conferencia necesita “prenderse” del Papa y de Dios para obtener un poco de atención de los medios y conseguir publicidad. 
Esta será la última vez que le dedico espacio en mi blog. Dawkins no es serio y no sabe nada sobre nuestra fe católica o quizás sí sabe y disfruta al presentar  una grotesca caricatura.

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