Revista Política

El discurso que se muere

Publicado el 22 mayo 2015 por Alejandropumarino

El discurso que se muere

Bescansa abrió el fuego descalificando a los representantes en el debate de PP, PSOE y Ciudadanos, por tratarse de partidos que deben dinero a los bancos que desahucian a los que no pagan su hipoteca. “¿Por qué Ciudadanos, el PSOE o el PP no explican cómo se financian, cuánto dinero piden prestado o a quién se lo deben?”, se preguntaba en voz alta Carolina Bescansa, insinuando que había un camino de ida y vuelta en los favores entre esos partidos políticos y las entidades financieras.

Eduardo Inda le recordó entonces que “el señor Errejón reconoció que tenía una cuenta corriente en un banco de los que desahucian y que vuestros principales dirigentes, Errejón, Monedero e Iglesias, se han visto envueltos en casos de corrupción”. Bescansa respondió visiblemente nerviosa espetándole al periodista “¡Pero cómo puedes tener la caradura de decir eso” y a continuación seguía exclamando “las cosas que hay que aguantar“.

La Sra. Bescansa empieza a alarmarse contemplando el declive de su formación en las encuestas sobre intención de voto. Dos argumentos absolutamente inválidos para la defensa de su partido son el referente a la inocencia de quienes están siendo deshauciados por no pagar su hipoteca y lo tocante a la corrupción entre sus dirigentes.

En primer lugar, muchos de los ciudadanos que ahora se ven comprometidos para hacer frente al pago de sus deduas, adquirieron la vivienda que alcanzaban a poder pagar a duras penas, solictando un ciento veinte por cieto de su importe, toda vez que las continuas subidas del mercado parecían respaldar la posibilidad de, en el peor de los casos, devolver el principal. La crisis, el incremento del paro y la bajada en el importe de la vivienda condujeron a la situación actual, pero considerando que no había “inocentes” detrás de las operaciones inmobiliarias, sino gente de la calle, más o menos “normal” que se animó a partidicpar en el negocio inmobiliario; muchos de ellos ganaron dinero con las operaciones y otros, se quedaron atrapados por la crisis. No parece muy lógico, y mucho menos progresista, dejar que las ganancias las acumulen los particulares y socializar, o pretenderlo, las pérdidas.

En segundo lugar, es falaz el argumento, ampliamente utilizado desde la izquierda que se autoarroga el poder de repartir carnets de demócrata, sobre la corrupción o los asesinos. He oído en numerosas ocasiones, que el régimen franquista cometió crímenes; estoy seguro de que sí; pero lo estoy también de que los republicanos hicieron lo propio, y lo que no parece lógico es que a unos se les considere asesinos porque mataron a más gente y quien lo critique argumente su defensa en que él mato a solo unos pocos. Sucede lo mismo con la corrupción: Errejón cobraba indebidamente dos mil euros mensuales, que es mucho menos de lo que trincó el Sr.Bárcenas, pero que le quita toda autoridad moral para criticarle, pues con toda probablidad, de haber estado él en lugar del tesorero del PP, el desfalco hubiese sido aún mayor. Y lo mismo sucede con la factura del Sr. Monedero o la financiación irané del Sr. Iglesias.

En definitiva, a pocos días de las elecciones, tendremos para elegir entre “casta” y más “casta”, siguiendo el principio esgrimido por el partido violeta desde hace meses. Que cada cual tome la opción que considere más oportuna, incluida, por supuesto, la del voto en blando, pero que se llenen las urnas con el encanto o el desencanto de la población. La solución el lunes.


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