Los tiempos han cambiado, y no tanto, a la hora de organizar un funeral. Si bien existen diversas modalidades, existe un factor común: despedir de la manera más emotiva a un ser querido.
El espíritu del evento dependerá mucho de la interpretación que se haga de la muerte, hay quienes viven el funeral como una despedida despojada, mientras que otros enfrentan la despedida como un viaje más del ciclo de la vida. A pesar de las significaciones, lo cierto es que se trata de una despedida y, como tal, hay que vivirla llenos de emoción.
Los tipos de ceremonia pueden ser de tipo civil o religioso, la diferencia recae en la forma en que se organiza la ceremonia. En un funeral civil, tiende a hacerse entre familiares y amigos, donde cada uno puede dedicar unas palabras de despedida; mientras que un funeral religioso existe un protocolo por el cual el ataúd es llevado hacia el altar en brazos de sus seres queridos y se desarrolla la ceremonia con un marcado tono religioso.
Existen alternativas menos convencionales que proponen funerales marcados por fiestas, viajes en honor del fallecido, entre otras. Se trata de formas diferentes de despedir a un ser querido.
Al organizar la ceremonia, ésta puede tener un matiz más religioso, especialmente si el funeral se realiza en una iglesia. Sin embargo, es en este momento donde los familiares y amigos pueden dedicar unas palabras o pensamiento al difunto. A la hora de seleccionar los discursos más acordes, pueden cogerse fragmentos de la Biblia o bien escritos de reconocidos escritores o bien propios. Tras el funeral, viene el momento del entierro o la incineración.
Las despedidas son duras, el duelo es un porceso íntimo y personal. Os dejamos información acerca de cómo explicar a un niño sobre el fallecimiento de un ser querido
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