Revista Infancia

El efecto pigmalion

Por Celia Garabaya @britishbubbles

El efecto PigmalionHoy vamos a hablar del efecto Pigmalión. Si seguro que no te suena mucho. Pero, os puedo asegurar que abusamos de él. Aunque no sepamos ni lo que estamos haciendo. Y que consecuencias tendrá en el futuro del niño. Es una de las fuertes bases que nos dicen que el entorno, la educación, el trato que nos dan en nuestra infancia, tendrá todo que decir sobre nuestro futuro comportamiento y personalidad. Como padres y educadores, debemos ser conscientes de los efectos que puede tener algunas formas de educar, que hacemos sin darnos cuenta. Y que podríamos evitar sin mucho esfuerzo y a la larga, lo notariamos en el resultado y en la personalidad de nuestros niños. Así es que sin más dilación, vamos a adentrarnos en el mundo de Pigmalión. Y analizar un poco su teoria.

¿Qué es el efecto pigmalión?

La verdad es que a pesar de que poca gente que no se dedique a la educación lo conozca. No es por que no tenga años, ya que esta teoría viene desde un mito de los antiguos griegos.

El mito, cuenta que en una ocasión un gran escultor llamado Pigmalión, creo una de las esculturas más bellas de una mujer, “Galatea”. Fue tanta la devoción que le puso y tan asombroso el resultado, que el mismo se quedo prendado de su obra, hasta tal punto que la empezo a tratar como si estuviera viva. Pasado el tiempo, después de un sueño que tiene Pigmalión, “Galatea” cobrará vida gracias a Afrodita. Ya que vio que el amor que Pigamalión tenía por la estatua era del más puro. Y ahí nacio el efecto Pigamalión, donde el resultado superaba a sus espectativas, todo por un deseo y un comportamiento hacía la “Galatea”.

Es posible que aun no te haya quedado clara, la relación con la educación y los comportamientos alrededor de los niños que tenemos todos los días en nuestra época.

Simplificándolo todo. Podemos decir que el efecto consiste en que si juzgamos a los niños una y otra vez con lo mismo, los niños (o más bien sus cerebro) asumen el papel que los demás les están diciendo que son.

Un ejemplo Pigmalión de nuestros tiempos.

Podemos citar muchos casos en los que nos ocurre, pero me gusta destacar a una gran educadora de Iowa, nacida en el 1933 Jane Elliott. Y la cual ha dedicado gran parte de su carrera para demostrar los efectos que tiene el efecto Pigmalion, ya que al igual que pueden ir contra el niño. También puede tener muchos beneficios si lo sabemos utilizar en su medida.

Desde los años 1960, la profesora Jane, ha estado obsesionada con el efecto de la discriminación negativa y positiva hacia los niños. Realizando ell misma numerosos experimentos con sus alumnos. El estudio más revelador o el más llamativo, ya que todos tienen unos resultados sorprendentes.

Consistia en predigar en su clase que los niños con los ojos azules eran superiores intelectualmente. Esto día tras día. Curiosamente, en unos meses, los alumnos que ojos oscuros empezaron a bajar sus notas y su nivel. Frente a los niños con los ojos azules subieron sus calificaciones de forma sorprendente. Aunque este es solo un ejemplo. Lo ha demostrado cientos de veces, como la critica predispone a los niños a una conducta o acción. Lo mismo pasa con el racismo y como nos inculcan los prejuicios que tenemos que tener en un futuro y que tendremos aunque sea de forma innata. Y sin saberlo.

Los padres y las etiquetas.

La verdad es que no solo los padres. Todos somos propensos a poner etiquetas a los demás. Ese es el malo de clase, es el tonto, el bufón, el empollón… No nos damos cuenta, que cuando uno está en la infancia, nuestro cerebro es mucho más influenciable de lo que nos pensamos. Y sobre todo cuando la información que recibimos viene de alguien con mucho peso en nosotros tal como nuestros padres, abuelos, profesores.

Y de tanto repetírnoslo, vamos a asumir ese rol en nuestra personalidad y lo vamos a ver como lo normal y natural en nuestro comportamiento. No tratando de mejorarlo o solucionarlo. Si nuestro padre nos dice todos los días que somos tontos. Lo asumimos y no dudamos que nuestro padre se pueda equivocar. Si él lo dice, será verdad. Con lo que lo asumimos y tendemos nuestro comportamiento a lo que nos dicen.

Exactamente igual que nos pasa con los pensamientos y las etiquetas negativas nos ocurre con las positivas. Educar en la autoestima del niño, es un tema muy importante y que va a fortalecer la personalidad el niño. Es cierto que hay niños de todo tipo, pero os puedo asegurar que cuando llegan a la guardería, ninguno tiene maldad y son capaces de ponerse en el lugar de los demás. Además que todos tienen gran curiosidad por todo. De hecho, la curiosidad es lo que hace que avancemos durante los primeros años de vida, recopilando más información y conocimiento del que vayamos a adquirir en los siguientes 50 años después de la adolescencia.

Hay una parte en nuestra educación básica de la que no se habla mucho y que dedicaremos un artículo completo más adelante. Se trata de las expectativas que tiene un niños sobre si mismo. Algo que no tenemos desde el primer día de nacimiento y que vamos creando en función de lo que vivimos. Esas expectativas pueden no tener limites. Y sin embargo en otros casos, las expectativas que tenemos son encontrar un trabajo estable y no movernos el resto de nuestra vida. Si nos dicen nuestro padres que somos muy feos, que nunca vamos a encontrar a nadie que nos quiera. Cuando encontremos a una, nos conformaremos, no nos lo podremos creer y sentiremos gran dependencia a esa persona, por miedo a no encontrar a nadie más.

Las expectativas que nos marcamos en la vida, van en funcion de nuestra infancia y nuestra relación con las demás personas y nuestros padres. Debemos alentar al niño para que experimente, para que viva, para que no deje de aprender nunca, ya que el conocimiento es la mejor droga que pueden tomar.

Mis padres mi vida.

Los padres somos la pieza clave en la vida de nuestros niños. Somos su ejemplo y los que les vamos a enseñar las formas de actuación ante las diferentes situaciones. Además vamos a ayudarle a crear sus sueños y expectativas de futuro. Puede que tu niño sea geneticamente muy movido, pero, cuando decimos que un niño de 4 años no me obedece. Lo siento, ahí tienes tu casi toda la culpa. Has tenido 4 años para hacer algo y poner limites, además de potenciar su creatividad y su sueño por estudiar. Es fácil echar la culpa a los niños pequeños, al fin y al cabo, quien te va a llevar la contraria. En el mundo según nacemos y nos toca una u otra familia, al igual que depende del país que seamos, tenemos un destino marcado u otro. No nos olvidemos que según van creciendo los niños, interfieren muchos otros elementos en la educación que les damos. La tele, los amigos…


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