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El efecto pigmalión: Tu sistema de creencias

Por Dlodestro @dlodestro

Pigmalión rey de Chipre, además de ser sacerdote y rey, era también un magnífico escultor. Su obra superaba en habilidad incluso a la de Dédalo, el célebre constructor del laberinto. La primera estatua fue la de una joven, a la que llamó Galatea, tan perfecta y tan hermosa, que Pigmalión se enamoró de ella perdidamente. Tan fuerte era su deseo por Galatea que según poetizó Ovidio en su obra Metamorfosis la besó en los labios mientras soñaba y “le parecieron templados”, hasta llegó a orar a los dioses para que ella cobrara vida. Un día luego de despertar se encontró con Afrodita en persona que le decía: “Mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado”. Y la estatua cobró vida.

Esta historia mitológica da nombre al fenómeno que lleva el nombre del celebre escultor: efecto Pigmalión. Dicho fenómeno da cuenta del poder que tienen las creencias a la hora de crear la realidad.

Vemos el mundo a través de nuestras creencias. Estas configuran el mundo en que habitamos, las relaciones que desarrollamos, los vínculos que forjamos, etc. Detrás de cada elección, ya sea de pareja, laboral o recreativa está condicionada por el sistema de creencia.

Lingüísticamente reconocemos algunas creencias mediante relaciones de causa y efecto y equivalencia compleja. Cuando hablamos de causa y efecto estamos vinculando dos fenómenos sucedidos en una breve relación temporal vinculados por un nexo causal: porque, entonces, por lo cual, pues. Algunos ejemplos:

  • El no tiene trabajo porque no estudió.
  • Tuvo un accidente, por lo cual había bebido de más.
  • Si te casas entonces serás feliz
  • Eres feliz pues tienes trabajo

Las equivalencias complejas son muy similares, solo que en lugar del nexo causal solo se encuentra una “coma”, es decir una pausa más o menos larga dependiendo del hablante.

  • El no tiene trabajo, no estudió.
  • Tuvo un accidente, había bebido de más.
  • Si te casas, serás feliz
  • Eres feliz, tienes trabajo

Al igual que Pigmalión las creencias esculpen nuestra vida, ser conscientes de las creencias que tenemos nos permite elegir las que nos son útiles y desechar las que no lo son.

En definitiva los verbos creer y crear se conjugan de la misma manera en la primera persona del singular: “yo creo”. Creas tu vida de acuerdo a los sistemas de creencias que  sostienes.


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