Con lo exclusivo que me veía yo como habitante de las tierras donde vaga la Santa Compaña recolectando vivos. Pero todo está inventado y las leyendas beben unas de otras, o los humanos con nuestra simpleza siempre acabamos inventando la misma. Misma o parecida cosa: Santa Compaña, Cacería Salvaje....Mesnada Hellequin que es aquí la leyenda que Fred Vargas toma como hilo conductor de esta aventura de Adamsberg nuevamente fuera de París, y nuevamente en Normandía.
Pues ese es el "ejercito furioso" que amenaza a varios habitantes de un pequeño pueblo normando, y en el que acaba nuestro comisario aunque esté fuera de su jurisdicción: un ejército de espectros que atrapa a una sarta de cabrones que lo merecen y tras cuyo paso van cayendo homicidios más terrenales.
Ya hace tiempo que sabemos que Adamsberg no se rige por la deducción ni por el método científico puro, sino por sus pulsiones internas, canalizadas a través de largos paseos y garabatos en cualquier papel: el culpable no siempre -o casi nunca- es el que se presume, sino el que, al cabo del tiempo, su mente acaba decantando. Porque sí, porque así tiene que ser. Es el componente fantástico que progresivamente vamos percibiendo, al tiempo que de consumimos de nuevo estas drogo-historias.
El otro, cada vez más importante, es la familia del Comisario que no deja de crecer , y promete acabar dejando en nada a Con Ocho basta: A su equipo cada vez más complejo y variopinto (Danglard, Veyrenc, Estalère y sobre todo la cuasi-diosa Retancourt) se van sumando su manco vecino español, algún presidiario cuasi médium que viene del caso anterior y su hijo nacido a los veintitantos. Ah y no quiero dejarme al gato de la Brigada.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure