El embarazo como aberración del sistema

Cuando el ser humano pasa a considerarsele sólo desde la perspectiva biomédica, desde la que el cuerpo es tenido en cuenta en términos de un organismo que poner a punto como si de una máquina se tratara, mientras que se suspende al hombre -o en este caso a la mujer- como una hipótesis secundaria (que se referiría David Le Bretón), es cuando aparecen, desde una perspectiva holística, las incongruencias.El deber de ejecutar una orden desatendiendo al ser humano que tras de sí existe (aunque tienda a ocultarse, esconderse, ignorarse) convierte a quienes la ejecutan en máquinas. Máquinas autómatas desconectadas de su realidad, sin reflexión, sin experiencia, ignorantes de las repercusiones de sus actos.Ver una mujer embarazada como eso que desestabiliza el sistema, llegando incluso a forzar un parto - para cumplir con la norma impuesta- es sólo el caso radical que desvela ahora de forma fugaz una concepción deshumanizada del ser humano, como simple pieza que debe funcionar dentro del sistema.Fuente:http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/06/15/actualidad/1339795188_173006.html