Revista Historia

El encargo del Rey

Por Codiceeremita @codiceeremita

El encargo del ReyA pesar de haber sido el estado cristiano más importante de la Hispania medieval durante varios siglos, el Reino de León es un perfecto desconocido para la mayoría de la gente.

No son tantos, creo yo, los libros que prentendan divulgar la historia a personas de todas las edades, y especialmente para jóvenes a partir de doce años. Hacer algo así supone un gran acto de valentía y supongo que también tiene detrás un punto de locura, como todas las buenas ideas.

Creo que esta singular historia del Reino de León llega en un buen momento. Quizá parece pasado ya lo que recientemente se asemejaba a un boom de libros, películas y series de ambientación histórica, pero creo que este género goza de una salud excelente: nunca la perdió ni la perderá. Al menos tiene seguidores/as fieles, como yo.

Se trata de una obra muy especial. Como muy bien se describe, son en realidad dos libros en uno. Por una lado, unaEl encargo del Rey novela: un apasionado monje, fray Martino, maestrescuela y director del scriptorium y la biblioteca del monasterio de San Salvador de Torío que, únicamente acompañado de su mula Moura y equipado con todo su material de escritura, recorre los confines del Reino con el fin de encontrar todas las fuentes posibles para elaborar la Crónica General de la historia del mismo encomendada por el rey Alfonso IX.

Por otro, la propia crónica escrita del monje, que narra de forma sencilla y asequible para nosotros su historia a partir de los ástures.

El encargo del ReyComienzo con su lectura y el libro me hace un primer guiño. Vamos bien…

Una mañana el anciano lo condujo por un empinado sendero hasta la cueva. Tras rezar piadosamente, hablaron de la dureza de la vida de los eremitas, que se apartaban completamente del mundo para dedicarse únicamente a la oración.

Como cualquier crónica que es a su vez un libro de viajes, disfrutamos ya en las hojas de guarda del diseño de unos espléndidos mapas históricos y una línea cronológica que nos sitúan en el tiempo y en el espacio, así como una genealogía de los reyes desde Pelayo a Fernando III. Esa genalogía (como así me comentó su diseñadora, Mª teresa García Montes) sigue también una línea cronológica disponiendo a los sucesivos reyes en distintas alturas.

El encargo del Rey

Y es precisamente este diseño y las espléndidas ilustraciones las que terminan de configurar a este libro como una singular obra para revisar de forma permanente. Pronto una queda literalmente enganchada a sus personajes y a la revisión histórica que se hace de los mismos a partir de las crónicas más cercanas a los hechos, en contraposición al recuerdo de las gestas noveladas que han acabado en los propios libros de historia de una manera muy poco rigurosa.

Así, no es nada difícil sufrir ese “desenganche” de la realidad que ofrecen las buenas historias y acabar, de pronto, situado en plena Edad Media, en una capital que bullía de actividad y estaba llena de peregrinos, religiosos, comerciantes y artesanos; o en plena batalla de Golpejera, o el Cerco de Zamora… en donde ni el Cid es tan honroso caballero, ni Vellido Dolfos un villano traidor.

Porque para disfrutar del apasionante relato de toda una saga de Reyes guerreros y de varios siglos de historia, no hace falta irse lejos…

El encargo del Rey

Y, si no, que nos lo digan a mi sobrino David y a mí, que nos lo pasamos pipa recorriendo las salas de la exposición Raíces. El legado de un Reino, hace dos años.

Resistiré el impulso y no pondré aquí las fotografías que nos hicimos posando con trajes, armaduras, y demásEl encargo del Rey triquiñuelas para curiosos… pero todo ello prueba que, cuando la historia y la cultura se sacan de los archivos y se leen, se revisan y se divulgan como en este libro, pues eso: que se hace historia y se siente apasionante.

http://www.elencargodelrey.com

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Corazón de León, blog del autor Ricardo Chao.

Exposición 1100 aniversario del reino de León.

Aprovecho para dar las gracias nuevamente a su autor, Ricardo Chao, el generoso creador de las espléndidas tipografías Visigótica Leonesa y Leonesa Cancilleresca, que tanto me han servido para ilustrar mis libros, jugar y soñar.


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