Revista Educación

El enredo del Halcón Maltés

Por Siempreenmedio @Siempreblog

El lector y el espectador de El Halcón Maltés deben hoy recordar cuándo se publicó la novela de Dashiell Hammett (1930) y se estrenó la película que inauguraba la carrera de director del mítico John Huston (1941), para emitir una opinión más ajustada. El caso es que la versión cinematográfica calca el texto de Hammett salvo en el final, donde omite cierto juicio moral de uno de los personajes al protagonista, el detective Sam Space. Para quienes no conozcan la célebre historia, El Halcón Maltés cuenta la investigación que este hombre, con un carácter irónico y una misoginia apabullante, realiza tras el encargo de una mujer de encontrar a su hermana pequeña, huida con un hombre. En la intriga surge el halcón maltés, una escultura de oro y brillantes que es el centro de un inmenso lío que convierte la narración (y por ende el guión) en

El enredo del Halcón Maltés

Portada de El halcón maltés, de Dashiell Hammet, editado por Alianza.

un exceso enrevesado de giros que parece convertirse en una comedia de enredo, si no fuera porque el humor no aparece por ninguna parte. El continuo uso por parte de Sam Space de las palabras “cariño” y “encanto” para todas las mujeres con las que trata se vuelve insoportable. En cuanto a la versión cinematográfica resulta interesante el ambiente sórdido y, sobre todo, los planos que utiliza Huston para destacar el papel de uno de los personajes secundarios, Kasper Gutman, interpretado por Sydney Greenstreet y que fue nominado a un Oscar (igual que la película y el guión).  En mi modesta opinión, ni el libro ni la película aguantan el paso del tiempo, aunque para muchos supongo que lo que pongo aquí por escrito será un auténtico sacrilegio.

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