El ente palestino, y la corrupta organización burocrático-terrorista que la administra, la Autoridad Palestina por una parte y Hamas por otra, se muestran como auténticas dictaduras de apartheid que propugna la limpieza étnica de judíos y criminaliza a quienes tengan trato con ellos.
Como por ejemplo la simple venta de tierras e inmuebles a personas de origen judío, máxime si son ciudadanos de Israel.
Esto es lo que le ha pasado al ciudadano estadounidense Isaam Akel que ha sido condenado por la venta de propiedades de titularidad árabe en la sección Aqaba Darwishm de la Ciudad Vieja de Jerusalém a judíos israelíes.
El susodicho Isaam ha sido condenado a cadena perpetua y trabajos forzados, y todavía ha tenido “suerte”, en otras circunstancias habría sido ejecutado.
Fuente: Arutz Sheva