Revista Coaching

EL EQUILIBRIO, DESDE FUERA (y II)

Por Mbbp

 

El equilibrio, desde fuera (y II)

Continuación…

Pero, ahora veo que intentar ayudar a los demás a encontrar su propio equilibrio no basta, que además debo respetar el momento vital de cada persona y no entrometerme en su vida, si ellas no lo permiten y lo piden. Aunque muchas veces eso me afecte personalmente, sobre todo cuando la persona es amada y me duela su dolor. Eso es algo que los padres debemos aprender necesariamente con nuestros hijos, que tienen derecho -como nosotros mismos- a aprender sufriendo y, sobre todo, aprender de sus errores y de sus propios aciertos. Y nosotros, por amor -y muchas veces en silencio y/o a distancia-, debemos respetar su momento y su crecimiento! Pero es verdad humana que el sufrimiento de los seres queridos genera un sentimiento de impotencia, sobre todo cuando no puedes hacer nada al respecto, por respeto o, lo que es lo mismo, por amor.

Supongo que esa experiencia para mí tiene un profundo sentido, en estos m0mentos, en que por primera vez estoy aprendiendo a confiar en la vida y en las personas que en ella están y a las que amo. No creo demasiado en el karma heredado, sino en las lecciones específicas que cada uno debe aprender en su vida, a cada momento. Y creo que una de las tantas mías es ésta. Nací en una familia convulsionada por la desgracia; además, tengo ese presunto don de ver más allá en las personas que me rodean y distinguir sus sombras y debilidades, en muchos casos, evidenciarlas con mi actitud ante ellas; o encontrarme con personas que me aman, pero sienten miedo de ese amor o en algunos momentos no creen merecerlo; tengo también como añadido esa curiosidad necesaria para no estar dormido y ser consciente en todo momento de la realidad, de las flaquezas humanas y de las injusticias, en un mundo que está repleto de ellas.

Y todo eso no es fácil de conciliar con la paz interior que cada día más logro en mi vida, que deseo para mí mismo y para las personas que amo y todas las demás, en general. Y esa es, tal vez, la gran lección a aprender ahora en mi vida. ¿El equilibrio? Sí, la vida es equilibrio, pero muchas veces en un entorno desequilibrado, inmerso en un loco mundo. Tal vez mi misión en la vida sea equilibrarme firmemente yo mismo, para luego ayudar a equilibrar a las personas que conmigo están si así lo requieren y, por ende, lograr un mayor equlibrio en el mundo… Recuerda que el mundo no es más que la proyección de nosotros mismos!

 


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