Revista Psicología

El estigma

Por Blogsmtenerife
Hace meses llegó a mis manos un artículo del Doctor Jerónimo Saiz ( Presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría) que a mi entender realiza unas precisiones que no tienen desperdicio.Describe con mucho acierto la realidad actual en las consultas de psiquiatría; nombra los cambios funcionales y estructurales realizados en la asistencia psiquiátrica en España en los últimos 30-40 años; así como los avances en la psicofarmacología a partir de los años 50.Por último, recalca con énfasis el principal impedimento para el avance en la salud del paciente psiquiátrico (sobre todo el trastorno mental grave): EL ESTIGMA. Es por lo que apoya las acciones coherentes que se hagan para eliminar dicha lacra.Ahora os dejo con el profesor Jerónimo Saiz:
El estigma
"Los trastornos mentales constituyen hoy una causa muy frecuente de discapacidad, pérdida de años de vida saludable, sufrimiento, aislamiento social, estigmatización y hasta mortalidad por suicidio. Uno de cada cuatro españoles ha padecido, padece o padecerá un trastorno mental a lo largo de su vida. Las mujeres son más proclives a este tipo de patología y también las personas de edad. En los últimos años, se han acentuado determinados problemas que plantean desafíos a la salud mental, ligados a los cambios sociales y que es preciso afrontar. Por ejemplo, los trastornos de conducta y el déficit de atención e hiperactividad en la infancia y adolescencia; el consumo de alcohol y drogas, siendo el cannabis y la cocaína los más utilizados e incidiendo en capas de edad cada vez más juveniles; la anorexia, bulimia y otros comportamientos afines, como la vigorexia; la ludopatía y otras adicciones comportamentales; las enfermedades neurodegenerativas en la tercera edad; los problemas psiquiátricos en los emigrantes, los sin techo, la población penitenciaria...Además, la petición de ayuda a la Psiquiatría ha ampliado sus límites a situaciones de conflicto generadoras de malestar, tales como problemas laborales, relaciones afectivas insatisfactorias, pérdidas o situaciones desfavorables. Por ejemplo, las repercusiones de la actual crisis económica, especialmente el desempleo, se estima pueden producir un aumento considerable de este tipo de pacientes. Sin embargo, no es seguro que considerar como «enfermedades » estas situaciones y aplicarles un abordaje dentro de un modelo médico sea capaz de proporcionar mejores soluciones.En las enfermedades con mayores consecuencias sobre la autonomía y desempeño funcional de los afectados, la claudicación de los familiares como cuidadores habituales informales es patente. La incorporación de la mujer al mundo laboral y otros cambios en el modo de vida imposibilitan este patrón de ayuda que ha sido tan eficiente como injusto. Ello requiere contar con recursos psicosociales alternativos de rehabilitación y apoyo.¿Cuál es la situación de la salud mental en España? En las últimas décadas, se ha experimentado un progreso evidente en cuanto a la asistencia a los problemas psiquiátricos, debido en gran medida al proceso de reforma psiquiátrica que ha venido llevando a cabo desde los años ochenta. Este modelo propuso desplazar el eje de la asistencia desde los viejos hospitales psiquiátricos –los «manicomios»– hacia centros ambulatorios de salud mental comunitarios y unidades de internamiento en hospitales generales. Con ello se pretendía un proceso terapéutico integral, cercano al entorno del enfermo y que facilitara su reinserción y rehabilitación psicosocial.Desde hace cincuenta años, se están descubriendo medicamentos útiles para el tratamiento de las enfermedades mentales más graves y prevalentes (depresión; ansiedad; esquizofrenia; trastorno bipolar; ...). A veces, la eficacia se restringe a determinados síntomas o los efectos adversos son considerables. Aún así, el balance es más que satisfactorio y el pronóstico y evolución de muchos enfermos cambia dramáticamente según sigan o no las pautas de medicación necesarias.Hay mucho por hacer en la investigación de nuevos productos aplicables a las enfermedades mentales. El más notable de nuestros científicos, Santiago Ramón y Cajal, afirmaba hace un siglo que «la vida seguiría siendo un misterio, hasta que no se desvelara el funcionamiento del cerebro ». Y lo cierto es que nuestro conocimiento al respecto es todavía muy limitado. A pesar de las modernas técnicas de neuroimagen funcional y de los progresos de la genética y biología molecular, el órgano responsable de nuestra actividad mental se resiste tozudamente a dejar ver la complejidad de su estructura y función.Pero quizá el mayor obstáculo que debe enfrentar el enfermo mental sea el estigma. Llamamos estigma a un prejuicio que hace que su portador se incluya en un grupo que despierta rechazo y es contemplado como inferior. Existen estigmas físicos o de apariencia, como la raza o las deformidades, y psicológicos o del comportamiento, como la delincuencia o la prostitución. Al estigmatizado se le aplica un estereotipo, en el caso de la salud mental es la consideración primaria, de que el afectado, por encima de cualquier otra faceta de su vida –aun las más positivas, es un simple «loco». Además, se le atribuye impredictibilidad, debilidad de carácter, propensión a la violencia, incapacidad para llevar una vida normal, imposible curación... afirmaciones que no están basadas en la realidad y despiertan temor, exclusión y discriminación. El estigma es irracional. Si preguntamos a cualquiera por su postura personal negará su existencia. Sin embargo, a la hora de dar trabajo, admitir como miembro de la familia o tolerar la instalación de un centro de tratamiento cercano, aparecerá implacablemente. También los medios de comunicación reflejan el estigma, como parte de la sociedad que son. Las noticias que informan sobre conductas criminales especialmente inhumanas, señalan ya previamente que el autor no estaba en tratamiento psiquiátrico anterior, como si ésta fuera la condición esperable en tales situaciones.En esto no hemos progresado. El estigma es una barrera más difícil de derribar que las tapias de los manicomios. Se sustenta sobre una percepción colectiva ancestral plagada de desconocimiento e incomprensión que es injusta y cruel, además de falsa. Provoca en los enfermos y sus allegados desesperanza, aislamiento social y pérdida de autoestima. Por ello es preciso poner en marcha todos los esfuerzos posibles para su eliminación, exigiendo el respeto y los derechos que las personas con problemas de salud mental merecen".
 Gloria Bello. Psiquiatra.

Volver a la Portada de Logo Paperblog