Revista Cultura y Ocio

El éxito de la educación

Publicado el 02 enero 2015 por Santi
¿Qué hubiese sido de nosotros si todo aquello que verdaderamente nos apasionaba no se hubiese considerado como ‘hobby’ o ‘pérdida de tiempo’? ¿Qué significaría el éxito para nosotros hoy? ¿Y la felicidad?

Yo aborrecía la escuela y la aborrezco todavía. Adoro aprender, no es contradictorio. No he sido buena estudiante, pero he estudiado mucho. Mucho, muchos años. Simplemente, el programa educativo no me motiva, lo que me sitúa como una perezosa innegable. Totalmente equivocado. Durante muchos años lo pensé así; si fracasaba en los estudios, si no triunfaba académicamente, ¿no era, pues, por perezosa? ¿Inepta, mediocre?El éxito de la educaciónMe cuesta decir, en voz alta, todavía, que me siento artista. Me suena ridículo. Ni siquiera he dedicado todo el tiempo necesario a tal empresa para poder condecorarme con tan distinguido título. Siempre pienso que tengo otras cosas que hacer, necesarias para la vida de hoy. Dónde me lleva escribir, dónde me lleva dibujar, dónde me lleva construir con mis propias manos. Mi pregunta incesante es ‘¿por qué no se cobra por todo eso que a mí me apasiona?’ –se acabarían intensos dolores de cabeza–. Porque es un hobby, apto para el tiempo libre, como complemento a un trabajo de verdad, serio. Al menos, yo me eduqué así. ¿No somos todos calificados bajo los mismos parámetros? ¿Dónde caben, pues, las vías personalizadas? ¿Por qué se niega la expresión desde la infancia? ¿Realmente creen que la humanidad puede sobrevivir sin su mayor forma de expresión, su máxima representación, el arte? ¿Puede verdaderamente ser algo complementario?En qué momento explicas que esto no es un pasatiempo sino una necesidad vital. ¡Incluso un trabajo! En qué momento cortas con lo esperado y asumido. Hay quien lo tiene muy claro desde etapas tempranas, incluso hay casos que han recibido verdadero apoyo desde sus familias… pero eso no resuelve el problema. Qué hacemos con el sistema educativo. 

Hoy he visto una conferencia de Ken Robinson, acerca de cómo la educación anula la creatividad. Así es, es lo que ocurre con los moldes. Se preguntaba por qué se estudia matemáticas y no se estudia danza. Por qué tan sólo se motiva un tipo de inteligencia, ¡por qué no se educa con el arte! Por qué realmente no podemos vivir de las pasiones. 

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