Revista Opinión

El extraño caso de Siena Greco – Capítulo 4

Publicado el 24 febrero 2020 por Carlosgu82

Capítulo 4. Secretos

BRASIL. Belo Horizonte. 01 abril 2005
(Clínica del Doctor Catriel Da Costa)

Amaranta y Donato estaban leyendo unas revistas que les entregó el Dr. Rinaldi antes de retirarse para ver un paciente. Es que él sabía que el primer escaneo duraría treinta minutos, y el segundo una hora. Así que les facilitó esos escritos para que no se aburrieran, ya que el estaría ausente y Paulo organizando los resultados dentro del lector energético.
Cuando terminó el segundo escaneo Paulo llamó por teléfono al Dr. Rinaldi para notificarle que la exploración indicada se había efectuado sin ningún contratiempo y que los resultados ya estaban listos. Después activó el micrófono para hablar con Siena:

— Siena. Tus escaneos se han realizado con éxito. Por favor, vístete y siéntate en la camilla que dentro de poco llegará el Dr. Rinaldi para hablar contigo.
— Ok.

Siena tomó su ropa y se vistió para esperar al Dr. Rinaldi. Sin embargo, se dio cuenta que sería mejor tener la puerta del decodificador abierta, porque allí dentro había muy poca luz y estaba casi en oscuridad. Esto no le era agradable, ya que le recordaba las experiencias que había tenido con algunas entidades sobrenaturales en su casa.
— Paulo ¿Me escuchas?
— Si. Preciosa dime.
— ¿Pudieras abrir la compuerta?
— Si. No hay problema. Acuérdate que el Dr. quiere hablar en privado contigo. Así que espera en la camilla. No salgas hasta que lo indiquemos.
— Ok. Gracias Paulo por comprender mi situación.
— De nada Bella dama.

Paulo activó el sistema para abrir la compuerta y aunque se escuchó un sonido muy fuerte, a Siena no le dio miedo, más bien le trajo tranquilidad, ya que después de ese ruido entraría luz dentro del decodificador y podría sin ningún inconveniente salir de la máquina si le diera un ataque repentino de asma.

Cuando se abrió la compuerta en su totalidad Siena decidió acostarse de nuevo en la camilla para esperar al Dr. Rinaldi y cerró los ojos. En cambio, Amaranta de una manera efusiva opinó:

— ¡Oh Mamma mia! Primera vez que veo que unos exámenes duran tanto tiempo en realizarse.

Donato la miro fijamente por unos segundos y comenzó a sonreír: Luego le dijo:

— No te quejes Amaranta. No eres ni la que está dentro del decodificador, ni la que va a pagar la cuenta.
— Donato. ¡Cuando será el día que no estemos peleando!
— Ja, ja, ja. No peleo. Estoy bromeando contigo para ver cómo vas a responder. Es que a veces me gusta escucharte hablar.

Donato continuó observándola con mucha atención, para no perderse ningún detalle de su reacción. En cambio, Amaranta estaba conteniendo algunas posibles reacciones causadas por las palabras de su viejo conocido. Es que cuando Amaranta escuchó a Donato decir «me gusta escucharte hablar», volvieron en ella sensaciones que había reprimido por mucho tiempo por respeto a la memoria de su hermana. Y aunque en ese momento alejó esos pensamientos, su cuerpo reflejó sus sentimientos hacia Donato casi sin darse cuenta. Ella se tocó el cabello, separó sus labios con lentitud, lo miro de manera tímida al mismo tiempo que sus mejillas se sonrojaron y le habló con un volumen bajo:

— ¡Oh Mamma mia! Si así es una broma, como será cuando te enojes. Además, soy tu payasa particular. No se vale.
— Viste. Me gusta esta Amaranta.
«Por favor. No continúes», pensó Amaranta, «no lo hagas difícil».
— Te perdono, porque te pareces al modelo Giulio Berruti.
— No Amaranta, él se parece a mí. Ja, ja, ja.

En realidad, Donato si se parecía mucho al modelo, ya que tenía treinta y cinco años, ojos azules claros, cabello corto de color marrón y barba completa media. Lo que los diferenciaba era que Donato era moreno y tenía 1.80 m de estatura, en cambio el modelo, era blanco y medía 1.90 m.

Después de esta charla interesante entre Donato y Amaranta, estos tomaron las revistas y continuaron leyendo. Sin embargo, se dejaba ver por sus rostros que habían disfrutado ese pequeño instante de paz entre ellos.

Paulo organizó los resultados de los dos escaneos en una carpeta para dárselo al Dr. Rinaldi. Cuando iba a salir del lector energético, pudo observar con lujos de detalle desde la ventana la figura esbelta de Amaranta.

«Que mujer tan hermosa. Dios mío», pensó Paulo, «¿Será Donato su esposo? Voy a averiguarlo. Algo se me ocurrirá».

Así que sin pensarlo dos veces. Paulo se acercó dónde estaba Amaranta para satisfacer su curiosidad. Era claro que le llamaba mucho la atención. Y no era el único que se había cautivado con su silueta. Ella en realidad tenía muchos pretendientes en Florencia. Y no se les puede culpar de ciegos, ya que Amaranta era una mujer de treinta años, elegante, trigueña, 1.60 m de estatura, cabello largo, ojos marrones y busto muy pronunciado, quizás la característica que agregaba admiradores a su lista, a pesar de ser madre de tres hijos.

Paulo se sentó en el sillón y dijo:
— ¿Cuánto tiempo tienen casados?
— ¡Oh Mamma mia! El no es mi marido. Yo estoy sola. Es como dicen por allí, es mejor estar sola que mal acompañada.
— Ja, ja, ja. Ella está loca por mí, lo que pasa es que no lo admite.

Amaranta volteó a mirar a Donato y comenzaron a reírse los dos. Luego dirigió la atención a paulo y dijo:
— Mira Paulo, para que nos conozcas. Donato era esposo de mi hermana Antonella. Cuando ellos estaban juntos, llegó a sus vidas Siena, quien era hija del tío abuelo de Donato Alessandro Greco y una pasante de sus empresas Beatrice Berlusconi quien murió cuando ella tenía siete años.
— ¿Como es que llegó Siena a la vida de Donato y Antonella?
— Déjame que te explique Paulo. Alessandro Greco y Donato Greco además de ser familia eran muy buenos amigos. Cuando el cáncer de huesos que tenía Alessandro Greco hizo metástasis, como no podía hacerse cargo de Siena, le dijo a Donato que la hospedara en su casa hasta que él mejorara. Pero nunca mejoró, más bien su salud empeoró. Y cuando Alessandro se dio cuenta que iba a morir le hizo prometer a Donato que llevara a Siena para su casa y la criara junto a su esposa para que su hija no quedara desprotegida. Debo aclarar que Siena fue presentada por su padre como un Greco, a pesar de la oposición familiar que decían que ella no era su hija.
— ¿Pero era su hija?
— Por supuesto. Siena y Alessandro, tuvieron que hacerse una prueba de ADN, donde se confirmó su parentesco. Por lo tanto, Siena y Donato son primos segundos.
— Ah, entiendo. Pero ¿Por qué ella les dice tíos?
— Te lo voy a explicar yo Paulo. Creo que Amaranta debe descansar un poco su musculo principal.
— Ja, Ja, Ja — responde Amaranta con sarcasmo.
— Bien. Escucho — dijo Paulo mientras se acomodaba sus lentes.
— Cuando mi esposa Antonella murió. Vino a vivir con nosotros Amaranta y sus hijos. Y ellos me decían tíos, porque estuve casado con su tía. Siena se acostumbró a decirme Tío y con el tiempo también le dijo tía a Amaranta.
— Ah. Ok. ¿Cuántos años tenía Siena cuando comenzó a vivir con ustedes?
— Diez años muchacho — contestó Donato
— Y ¿Cómo era ella?
— Era una niña un poco retraída, pero muy hermosa — dijo Amaranta — Recuerdo que a veces mis hijas se sentían un poco celosas. Es que le daba mucha atención para compensar la ausencia de su madre. Trate de ser la mamá que necesitaba.

«Creo que la belleza de Siena se ha incrementado. La enfermedad no le ha quitado brillo a su personalidad», pensó Donato, «Pero… porque pienso esto. Que estoy diciendo. Yo Donato Greco, hablando así de una muchachita… ¡Claro! es por la promesa que le hice a mi amigo. Por eso siento que la quiero proteger. Porque soy un hombre de palabra».

— Buenas — saludó el Dr. Rinaldi, mientras entraba en el consultorio y se colocaba al lado de Paulo — Espero que se hayan divertido con mi colaborador
— Hemos tenido una conversación agradable con el — respondió Donato
— Qué bueno ¡Disculpen! Voy al lector energético.

El Dr. Rinaldi entró en el lector para ver los resultados, mientras que Paulo, Donato y Amaranta continuaron su conversación, pero esta vez contaban chistes y cosas graciosas y Siena… se había quedado dormida.

A esta joven le habían hecho dos exploraciones profundas. La primera, consistía en un monitoreo por treinta minutos de signos vitales, química sanguínea, hormonas, marcadores tumorales y cualquier valor del cuerpo que pudiera ser medida; y la segunda, también era un monitoreo, pero esta vez con el propósito de ver el funcionamiento de los órganos principales durante una hora.

Zacarías pudo observar que cada diez minutos ocurría un mal funcionamiento en algunos órganos. Esto hacía que algunos signos vitales y valores de cuerpo se desbalancearan y de esta forma aparecía la intermitencia de síntomas.

El Dr. Rinaldi miró al final del informe el diagnóstico que concluyó el lector. Siena Greco sufría de Lupus Eritematoso Sistémico intermitente. Esta es una enfermedad donde el sistema inmunológico no diferencia entre los patógenos externos (Virus, bacterias, hongos) y el mismo organismo, y por lo tanto comienza a atacar y destruir su propio cuerpo. Tejidos sanos, piel, articulaciones, riñones, cerebro y otros órganos son las víctimas de este terrible mal.

Lo intermitente de la enfermedad hizo imposible su diagnóstico, ya que al realizarle los exámenes convencionales siempre salían los valores normales y como los síntomas iban y venían, creyeron que la enfermedad que sufría Siena era causada por su propia mente. El Dr. Rinaldi comenzó a leer uno de los últimos informes del Psiquiatra que la trató:

“En vista que los resultados de los exámenes practicados a la paciente Siena Greco han salido con valores normales, sin ninguna patología encontrada; y en virtud de que ella admite haber experimentado visiones, aparición de espectros, voces en su cabeza, concluyo sin temor a equivocarme que la paciente sufre de Esquizofrenia severa, por lo que aconsejo el control de sus síntomas de manera inmediata”

El Dr. Rinaldi, le desconcertaba lo intermitente de su enfermedad en una frecuencia fija. Nunca había visto un caso así. Sin embargo, sabía de antemano que el Dr. Catriel Da Costa la había escogido para hacerle todas las exploraciones por considerarla un posible caso especial. Después de leer todos los informes de los médicos que la trataron. Recogió el diagnóstico y se fue hacia donde estaba Siena en el lector energético.

— Buenas – dijo el Dr. Catriel mientras entraba en el decodificador — Siena. ¿Me escuchas?

Siena se había quedado dormida y el Dr. Rinaldi no quiso despertarla. Más bien se le ocurrió la idea de aprovechar la oportunidad de hacerle otro escaneo. Este era más rápido que los otros. En realidad, duraba como cinco minutos. Este consistía en saber si su alma, había intentado salir de su cuerpo. Así que salió del decodificador y le dijo a Paulo que le hiciera otro escaneo.
— Paulo. Necesito que le hagas a Siena el escaneo de entrada y salida de alma.
— Ok Dr. Activaré el sistema.

El fuerte sonido para cerrar el decodificador se escuchó en todo el consultorio, pero Siena no se despertó con este ruido. Ella Seguía durmiendo.

— ¡Oh Mamma mia! ¿Más escaneos?
— No se preocupen. Son cinco minutos — respondió el Dr. Rinaldi — Es que está dormida y estoy aprovechando la oportunidad.
— Dr. Rinaldi. Amaranta y yo deseamos con todo el corazón saber qué le está pasando a Siena. ¿Cree usted que eso es posible?
— Si. Yo creo que es posible. Después de finalizar este último escaneo por hoy. Hablaré con ustedes para darle un diagnóstico.
— ¡Oh Mamma mia! Gracias a Dios que los conseguimos a ustedes.

Después que pasaron los cinco minutos, se abrió la compuerta y el lector energético comenzó a compilar los resultados. El informe arrojó un resultado que nunca se esperó el Dr. Rinaldi y mucho menos su colaborador. Paulo miró la conclusión del informe y no entendió lo que se decía allí, por lo que hizo señas al Dr. Rinaldi para que viniera, ya que el informe del Lector estaba listo.

El Dr. Rinaldi fue averiguar los hallazgos que había encontrado el lector y para su sorpresa observó varios datos sorprendentes:

  1. Se evidencia entrada de un alma intrusa al cuerpo de la paciente. Fecha aproximada de la intrusión: octubre 2004
  2. Esta alma intrusa se desactivó del cuerpo de manera parcial. Fecha aproximada: noviembre 2004
  3. Se evidencia de manera clara un segundo cordón de plata.

Conclusión: Nuevo huésped permanente.
— ¿Qué significa Dr.?
— Paulo. El alma intrusa desea permanecer en el cuerpo de Siena.
— Pero ¿Por qué?
— Eso es lo que vamos a averiguar.


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