Una posible respuesta, extraída exclusivamente de mi experiencia personal, es el poder de estas historias de tomar temáticas conocidas y contarlas de nuevo de una forma extraña, ajena a la vida cotidiana y a las lecturas más tradicionales. Temas como la amistad, el amor, la vida y la muerte, la ambición, el poder, los desafíos personales y la búsqueda por la verdad se vieron bajo una nueva luz con estas historias. Pintados con colores nuevos y brillantes, mérito de la magia, mundos alternos y personajes extravagantes que los rodeaban, estos temas sufrieron un proceso al mejor estilo del extrañamiento que propone el formalismo ruso. La distancia con la vida propia y el mundo conocido hizo que se pudieran ver y considerar de otra forma, tomando otro peso y otra dimensión. Así es también, considero, como se facilitó la identificación con los personajes: la atemporalidad y neutralidad espacial que presentan simplificó la conexión.
La Saga de los Confines, la apuesta argentina al fenómeno.
La pregunta queda abierta. Un hito literario de esta magnitud despierta preguntas y reflexiones acerca de sus causas. Quizás, si nos animamos a tomar en serio este fenómeno y no lo clasificamos como una mera casualidad o una simple éxito editorial, podamos responderlas y formular nuevas teorías. ¿Por qué no?