Revista Cine

El festín de Babette

Publicado el 24 octubre 2012 por Igork

pelicula festin babette Ha estado lloviendo a cántaros este final de octubre y vuelve El festín de Babette, desde el año 1987. Vuelve porque la recuerdo. He olvidado casi todas las películas. En cambio, este film rebota en la negrura, como El Sur, Doctor Zhivago o Blade Runner. Cuenta una historia. A un ritmo indecentemente lento sino fuera porque esa lentitud acaba por ser narcótica, al estilo París-Texas, por decir algo. Belleza, poética y una reflexión sobre la vida que sirve en cualquier momento, en cualquier situación. Puede ser un remedio. La película se basa en un relato de la escritora danesa Isak Dinesen o Karen Blixen, sí, la autora de Memorias de África. festin babbete El festín de Babette Babette es una cocinera francesa que huye de París. De hecho, es una notable cocinera. Quizá esta premisa interese a Madame y sus Dioses y Héroes, aunque dudo que vaya a sorprenderla. Babette acaba con sus huesos en una aldea aislada y puritana, grisácea, en algún rincón perdido e inhóspito de Dinamarca, frente al belicoso Mar de Jutlandia. Donde es bien acogida. Babette, por un golpe de la fortuna, recibe una fuerte cantidad de dinero con la que costea una auténtica cena, que quizá remita a la Santa Cena. Una cena cuyos ingredientes hoy no serían políticamente correctos, pero que más da eso. Cuando pierdo el apetito o me desanimo, pienso en Babette.
Y allí donde Babette huyó y recaló, el viento es el señor del mundo. Como dejó escrito Ted Hughes en Wind:
The woods crashing through darkness, the booming hills, Winds stampeding the fields under the window Floundering black astride and blinding wet (...)
   (...) and the wind wielded Blade-light, luminous and emerald, Flexing like the lens of a mad eye.
La desbandada de los vientos por los campos, bajo la ventana Vagando a horcajadas, negros, cegadores y húmedos (...)
   (...) y el viento empuñaba Una espada de luz, con un brillo negro y esmeralda, Arqueándose como las pupilas de un loco furioso.
      Fragmento de El azor en el Páramo, traducido por Xoán Abeleira.
Será que Ted Hughes era de cerca de Yorkshire, esa Inglaterra norteña por la que se pasearon tantos daneses, el hacha en la mano, justo de donde tiene su orgien El festín de Babette. ¡Bon Appétit!

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