Parecía que la crisis se había tomado un respiro con los eventos cinematográficos de nuestro país pero nos despertamos hoy con una mala noticia. Tristísima. El Festival Internacional de Cine Chico de Canarias, aka Festivalito de La Palma, ha informado mediante un comunicado que cancela su 10ª edición “hasta nueva orden por falta de apoyos financieros e institucionales suficientes“. Con este pésimo anuncio se pone freno a uno de los eventos más frescos, imaginativos y transgresores de nuestro país. Un Festival que apostó desde el principio por el cine en digital y de guerrilla que dio lugar a un manifiesto revolucionario que significaba toda una declaración de principios.
El Festivalito ha organizado decenas de sesiones, encuentros, charlas y mesas redondas siendo, además, un evento pionero en incorporar rodajes exprés a su programación donde invitaba a directores, actores y técnicos a participar en una Maratón de Cine que consistía en escribir, rodar, editar y exhibir un cortometraje durante la semana del Festival. Algo que con el paso del tiempo se ha popularizado extendiéndose como la pólvora por multitud de citas de todo el mundo.
El Festivalito apostó también en los últimos tiempos por las producciones hechas en exclusiva para internet y prueba de ello es el homenaje que realizaron el año pasado al colectivo Malviviendo. Con su cierre se pone fin a uno de esos eventos tan necesarios del panorama nacional, que se alejaba de grandes focos y lujosas alfombras rojas y se esforzaba en ser cercano y popular. El Festivalito se había convertido con el paso de los años en punto de encuentro para jóvenes artistas de visita casi obligada. Lamentablemente, el presupuesto según la organización “ha ido perdiendo fuerza hasta el punto de no llegar a los mínimos necesarios y suficientes para su buena marcha“. Honremos su memoria y recordemos el manifiesto del Festivalito. ¡Larga vida al Cine Chico!
Manifiesto del Festivalito
Ha llegado la hora de la revolución.
¡El celuloide ha muerto!
El sistema de financiación, producción, distribución y exhibición del celuloide está muerto.
Existe otra forma de hacer y de ver el cine. ¡El cine está vivo!
Ha llegado el momento de romper las cadenas de un sistema caduco, marchito y aburrido.
Estamos hartos de tanta pereza mental, de tanta falta de imaginación. Nuestros objetivos sólo podrán alcanzarse mediante la subversión del orden preexistente. No tenemos nada que perder, excepto las cadenas que nos atan. ¡Únete al Festivalito! ¡Viva el cine chico! ¡Viva la revolución!
¡Guerrilleros, salid de vuestros rincones!
¿A quién le interesa no mostrar que en el cine está ocurriendo algo?
¿A quién le interesa que el cine siga siendo un arte estático y que viva rumiando en el recuerdo?
¿A quién le interesa que las copias sigan costando tanto dinero?
¡No nos podemos quedar quietos!
El futuro es nuestro. Compañeros y compañeras, ¡ha llegado la hora de la verdadera revolución!
Es nuestra revolución, la de un pueblo al que nadie le va a impedir alzar sus voces y sus cámaras.
¡Levantémonos contra el sistema!
Rompamos las cadenas que oprimen a nuestra gente.
El Festivalito es el campo de batalla de la revolución.
Y una cámara pequeña, su arma más escurridiza.
¡Viva el cine chico!
¡El cine está vivo!
¡Arriba los hijos de la revolución!
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