El final de las tiendas online

El final de las tiendas online…

Internet ha democratizado los negocios, haciendo posible el sueño de pequeños emprendedores, los cuales ha visto que con pocos medios podían competir al mismo nivel que los más grandes.

Siento ser yo quien de esta noticia, pero creo que ha llegado el fin de las tiendas online. No de todas las tiendas online, el comercio online crece cada día. Pero sí ha llegado el fin de aquellos pequeños distribuidores, que gracias a la red podían ver como su facturación aumentaba de forma exponencial.

Los tiempos han cambiado:

Hace casi una década, la red era territorio inexplorado para las grandes compañías. Pocas tenían presencia en la red, y si la tenían, no iba enfocada  a la venta. Poco a poco, multinacionales y grandes corporaciones han visto el negocio que supone vender a través de internet, y por supuesto no han perdido el tiempo. Todo el mundo quiere llevarse un trozo del pastel. Y si es el trozo más grande, mejor que mejor.

Los pequeños comerciantes que tenían presencia en la red, han visto como sus proveedores montaban tiendas online y les hacían directamente la competencia en la red. En algunas ocasiones incluso con precios mucho más competitivos e imposibles de igualar.

Podría entrar en valorar cuestiones morales y éticas, pero el objetivo de mi post no es este. Simplemente quiero dar mi visión sobre la situación actual de la venta online. Como te decía, fábricas que venden directamente al consumidor final a través de tiendas virtuales y grandes superficies que se han puesto al día en este tema, suponen una gran competencia para el pequeño comerciante.

Desigualdad de condiciones:

Pero por si esto no fuera poco, debemos sumar a la competencia desleal y los precios, la gran capacidad publicitaria de estas grandes empresas. Google es el buscador más usado, y por tanto, es el buscador donde todos nos “peleamos” por salir en primera posición.

Hace unos años, una inversión razonable (y asumible) cada mes, te permitía que una empresa especializada posicionara tu negocio en la red. Esto te aseguraba un volumen de ventas sustancial y convertía tu tienda online en una máquina de billetes. Te podías ganar muy bien la vida.

Ahora Google exige mucho más. Las labores de posicionamiento deben ser mucho más refinadas. Hay mucha más competencia para las mismas palabras clave (por ejemplo: papel pintado). Y a todo esto, se han añadido dos obstáculos más. Las redes sociales y el PPC (pay per click).

Google tiene muy en cuenta todo lo que se cuece en la red. Así que al trabajo de posicionamiento se le debe sumar un trabajo en las redes sociales. Tu negocio debe estar en Facebook, en Twitter, en Pinterest, etc… Y además debes generar contenido, fans, seguidores, comentarios. Y suma y sigue. Este trabajo “extra” supone invertir o tiempo o dinero. Tu tiempo, si decides manejar tú mismo las redes sociales o blogs. O tú dinero, si contratas a alguien para que gestiones las redes sociales de tu negocio.

Las grandes compañías disponen de recursos suficientes para contratar gente experta en redes sociales (community managers). Sus cuentas rápidamente generan fans, seguidores y comentarios. Pueden realizar sorteos, regalar cosas a sus seguidores… y todo con el mismo objetivo que tu, pero con otros resultados, mucho mejores, por supuesto. Supongo que ves la gran diferencia.

Y por si no tuvieran suficiente con todo esto, también juegan con ventaja a la hora de publicitarse a través del PPC (pago por click). Google cada vez está dando más relevancia a los anuncios pagados, que aparecen en las primeras posiciones, desplazando los negocios que han conseguido a base de años y esfuerzo, estar en primera línea sin pagar. Esto supone que los que más dinero tienen para gastar, cada vez van a estar más presentes en las búsquedas. Mientras que los pequeños comercios online, van a ir desapareciendo del mapa. Las campañas de PPC suponen una inversión demasiado elevada para los pequeños. Si pagar una campaña supone que Google se quede con gran parte de tus ganancias, el negocio deja de ser rentable. Todo el esfuerzo realizado para estar presente en la red, no se ve recompensado.

Esto nos plantea la pregunta de si vale la pena seguir la batalla en la red, ya que Google cada vez nos lo pone más difícil a los que no disponemos de grandes capitales ni infraestructuras.

Hacia dónde va el nuevo comercio online:

¿Quiere decir esto que el comercio online va a desaparecer? Por supuesto que no. Cada vez va a ir más en aumento. Lo que sí creo que va a pasar es que van a ir desapareciendo la gran mayoría de tiendas online, de pequeños comerciantes y emprendedores. El comercio en internet va a quedar monopolizado por grandes corporaciones y fabricantes.

¿Que futuro nos espera a los pequeños? Todo dependerá de con que cartas juguemos en la red. Desde mi punto de vista, sólo van a ser viables los negocios especializados y con producto propio.

Sólo van a sobrevivir aquellos que ofrezcan algo con lo que no puedan competir los grandes. Productos muy concretos y muy especializados. Productos no dirigidos a la gran masa social, sino a aquellos que buscan algo muy concreto y que les es difícil de encontrar offline. O bien, productos personales, que se aprecien por su originalidad o porque son artesanos. En cualquier caso, sólo va a sobrevivir todo aquello que los grandes no puedan ofertar. El resto desaparecerá de forma natural, puesto que la inversión en tiempo y dinero de una tienda online ya no será rentable para el comerciante medio.

Espero no haberte desanimado si estás leyendo este post y tenías pensado abrir un negocio en la red. Normalmente me gusta escribir post más positivos y que animen a emprender, pero no puedo engañar con este tema. Así es mi visión, pero quizás me equivoque. Lo mejor es que cada uno saque sus propias conclusiones.

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