Revista Diario

El final del verano, ¡llegó!

Por Belen
Aunque todos los ojos apuntan al nuevo curso que está por comenzar yo sigo estando en modo verano. Será que este calor que no cesa no me permite pasar al modo colegio o al modo otoño. ¿No os pasa a vosotros? Sigo pensando en organizar planes en la piscina o hacer picnics para cenar en los grandes parques de mi ciudad. Pero a más de 30 grados a la sombra, mi mente no se sitúa y andamos perdidos. 
Ha sido un verano largo, donde hemos hecho muchas cosas y Rayo ha disfrutado muchísimo. Hoy me gustaría hacer resumen y balance de este extraño verano que hemos tenido. Comenzamos la estación con la mala noticia del despido de papá sin complejos. No voy a decir que no lo esperábamos, pero desde luego llegó en el peor momento. No somos conformistas y no pasaba por nuestras cabezas disfrutar del verano y luego veríamos, sinceramente esa postura -en los tiempos que corren- me parece irresponsable. La búsqueda de trabajo comenzó de inmediato y sorprendentemente dio sus frutos a no mucho tardar: entrevistas, procesos de selección y nuevas esperanzas aparecieron ante nuestros ojos. 
Todo ello repercutió, como era normal, en nuestras vacaciones. Planes trastocados, anulaciones, complicaciones. Arañamos unos días a principios de julio para disfrutar de la playa. Descubrimos un pequeño paraíso, sin mucha gente, aguas cristalinas, tranquilas, una gozada. Rayo lo pasó en grande, disfrutó como siempre, mi pequeño delfín: piscina, mar, juegos, agotamiento extremo, lo propio de cualquier niño de su edad. 
Todo iba de maravilla pero de repente un contratiempo inesperado nos recordó que en cualquier momento todo se puede estropear. Una nueva operación para arreglar una leve complicación, un par de días en el hospital y un costurón que le impidió disfrutar de su medio preferido, el agua, durante todo el mes de julio. Otra vez revisiones, médicos y miedo, ese que se empeña en aguarme la fiesta cada vez que tiene oportunidad. 
El final del verano, ¡llegó!
Pero con nosotros no puede nadie, y como lo que no te mata te hace más fuerte, decidimos superar la adversidad y planear unos días en el norte, ¡Cantabria nos esperaba! En cuanto nos dieron la buena noticia, papá sin complejos volvía a tener trabajo, decidimos hacer una nueva escapada de muy poquitos días (antes de que papá se incorporara) para que Rayo no tuviera esa sensación de falta de vacaciones. ¡Cuánto disfrutamos! Tuvimos playa, montaña, lluvia que nos encantó y para colmo dos días en una compañía de Trastadas de mamá y su familia. ¡Cómo se lo pasaron los peques!
El final del verano, ¡llegó!
Esos pocos días nos sirvieron para cargar pilas porque Agosto en Madrid pasa muy despacio. Pero a pesar de todo, ha sido un mes estupendo y lo hemos pasado de maravilla. Rayo se ha hecho el dueño y señor de Aquopolis, disfrutando de sus toboganes. Hemos tenido muchos días estupendos de piscina, tardes de picnics y parques. Y como colofón un fin de semana largo de playa para despedir el verano. 
El final del verano, ¡llegó! El final del verano, ¡llegó!
Mi delfín ha dado un nuevo paso hacia adelante y nada aún mejor que el pasado verano. Le encanta el agua y eso a mi me da una tranquilidad infinita, aunque desde luego nunca podemos perderles de vista. Al menos yo no lo hago, él nada muy bien, bucea ya como yo, pero no por ello debemos despistarnos. 
Hemos empezado septiembre a casi 40 grados, dándonos largos baños en la piscina, disfrutando como enanos y tanto a mi chico como a mi se nos hace raro pensar que quedan pocos días para retomar horarios, rutinas y comenzar las clases.
Todo ello aderezado por un puntito de nerviosismo por mi parte debido a un problemilla que hubo con su profesor del año pasado cuando el curso acabó, pero de eso ya os hablaré en otro momento. Queda por ver quién será su nuevo profesor o profesora, cómo se adaptará Rayo y cómo organizamos sus actividades extraescolares.
Preparados, listos, ¡¡YA!! La carrera ha comenzado.

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