Revista Religión

El frío de Sartre

Por Protestantes @periodistadigit

J.A. MONROY

El frío de SartreLa semana pasada me referí a los últimos escritos autobiográficos de Juan Pablo Sartre, recientemente aparecidos. Mencioné su primera obra en la que trata de sí mismo, LAS PALABRAS, donde arremete contra su abuelo, el hombre que lo crió al quedar huérfano. Dice de él que era un gran hipócrita. El abuelo ostentaba importantes cargos en la Iglesia Evangélica. Sartre lo acusa de doblez, fingidor y farsante, con un comportamiento místico en la Iglesia y un opresor en el hogar. En esto se escuda el filósofo francés para justificar su ateísmo.

La rigidez del abuelo proyectaba sobre el pequeño Sartre un concepto tirano y déspota de Dios; esta perversión de la personalidad le asqueó y la combatió a lo largo de toda su vida. Continúa diciendo en LAS PALABRAS: “Me era preciso un Creador, y se me daba un Gran Patrono. Ambos eran lo mismo… Charles Schweitzer era demasiado comediante para no tener necesidad de un Gran Espectador; pero casi no pensaba en Dios más que en los momentos de punta. Seguro de volver a encontrarlo a la hora de la muerte, lo tenía alejado de su vida”.

Puede leer aquí el artículo completo de este escritor y líder evangélico internacional, titulado El frío de Sartre


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