El fuerte lazo del amor

Por Hogaradas
Sй que no te extraсarбs si te digo que ayer ъnicamente echй de menos tu voz, y ese “hola guapa” con el que solнas iniciar nuestra conversaciуn. Pero no quisiste que pasara mi dнa sin hacer acto de presencia, y lo hiciste, en el autobъs, casi llegando ya a mi parada, cuando de repente y sin ni tan siquiera presentir tu presencia, pude verte por el rabillo del ojo, sin girarme, sin mirar nada mбs, sin permitir que la magia del momento se rompiera porque mis ojos, cargados de avaricia, quisieran verte tal y como eras, tal y como sй que sigues siendo ahora. Allн a mi derecha estabas tъ, aunque en otro cuerpo, por eso no quise romper el hechizo. La misma estatura, quizбs hasta una edad cercana, pero jamбs tu porte, tu elegancia, porque eso no se hace, sino que con “eso”, se nace, y tъ lo tuviste desde el mismo momento en el que llegaste a este mundo. Tu pequeсa estatura nunca fue ningъn inconveniente para que brillaras allб donde ibas, para que tu presencia resaltara sobre cualquier otra, quizбs con mayor estatura, quizбs con mejores galas… pero eso nunca importу, la cabeza alta, tu elegancia, innata, y una buena dosis de carбcter eran suficientes para conseguir eclipsar a cualquier otra estrella que pretendiera brillar en tu mismo firmamento.
Echй en falta tu voz, y tu presencia, por eso creo que por la maсana fue tu anillo el elegido para adornar uno de mis dedos, hoy pienso que de una manera totalmente inconsciente, buscando tu compaснa del ъnico modo que puedo conseguirla ya, a travйs de tus cosas, de tus fotos y de tus recuerdos.
En un momento del dнa mi madre mirу mi mano, lo vio y no dijo nada, pero estoy segura que en ese mismo instante ambas pensamos en lo mismo, en ti, y en cuбnto te echamos de menos, porque sigo diciendo una vez mбs que ni la distancia hace el olvido ni el tiempo constituye un borrador para la memoria. Hay personas que formarбn parte de tu vida siempre y para siempre, y tъ, cуmo no, eres una de ellas.
Hoy habrнa sido tambiйn el dнa perfecto para hablarte de mi ramo de flores, de cуmo llegу a casa de manos del amor, ese al que tъ tanto querнas y sй que siguen queriendo tanto, de las ausencias de ayer, tan poco importantes, de la prуxima cena de Nochebuena…
Darнa lo que fuera por poder darte un abrazo, por cerrar los ojos y al abrirlos comprobar con alegrнa que este tiempo solamente ha sido un mal sueсo, y que sigues ahн, con tus brazos abiertos, siempre dispuestos a recibirme.
Darнa lo que fuera por volver a verte, pero sй que al final del camino volveremos a encontrarnos, que ahora me toca vivir, seguir viviendo y contбrtelo, y que a ti te toca velar por nuestra vida, protegernos y ayudarnos. Todos tenemos nuestro papel, pero sabemos que estamos ahн, de otro modo, pero al igual que siempre, unidos por el mбs hermoso y fuerte de los lazos, el del amor, ese que hemos ido construyendo con tanto esmero y que perdurarб en nuestras vidas, indestructible, para siempre.