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El fútbol no es un juego

Publicado el 29 junio 2011 por Marianofusco

El fútbol no es un juego

A mí no me van a convencer fácil. Ningún filósofo, sociólogo o analista que tenga cualquier tipo de título ha podido explicar este fenómeno, por eso reducirlo a “es un juego” es casi una falta de respeto a los especialistas y a los fanáticos, claro.

Existen decenas de juegos como el truco, el Monopoly, el Wining Eleven o el GTA, pero ninguno causa tanto júbilo al ganarlo o clamor al perderlo. Hay algo especial en el fútbol, pero mi fin no es encontrarlo, sino demostrar que el fútbol no es un juego.

No hay explicación lógica para que 40.000 personas se reúnan a ver un espectáculo. Ni la sala de cine más grande, ni la mejor obra de teatro generan un ambiente similar. Justamente el ambiente, creo que es uno de los principales factores de todo lo que ocurre en el fútbol.

El sentimiento de pertenencia pasa por cantar la misma canción que todas las personas de tu alrededor, por estar unidos frente a una misma causa, sin importar diferencias entre todas esas personas. Ir seguido a la popular de un equipo y no terminar siendo hincha de ese club, es muy complicado. Tal vez, imposible resistir ante aquella batahola o tal vez yo sea demasiado joven para entender algunas cosas.

El descenso, una eliminación de una Copa o una dura derrota duelen en serio. Pero, está mal visto y no sólo por mi abuelo que cree que “el fútbol es para los que no miran para arriba”. El chiste del lunes, molesta y no resuena igual que al del lunes anterior. Pero, uno no se puede enojar, “porque es un juego”, porque sino está demostrando que su vida no vale nada y se agarra del fútbol. Y no. No es así. Una vida puede valer un montón y en esas 24 horas diarias, tenga espacio para el fútbol.

Dentro de esa masa de gente que añora los colores, la institución y la gente, están los barras bravas. Porque en este “juego” (cuando nos conviene, usamos el término), son los dueños. Se enojan cuando el club desciende porque se les cae abajo su negocio, tienen acceso a la zona de vestuario y en ese ataque de locura, de arrojo de maderas y de enfrentamiento a la policía, llevan por el mal camino a algún hincha de verdad, enojado con la vida.

Pero ahí están, muchos hinchas de verdad tristes por el descenso de su club, mientras todos se le acercan e intentan consolarlo: “es un juego”, y se sienten más estúpidos porque piensan “¡no puede ser que me importe tanto!”. Pero sí, le importa tanto y está triste. Porque piensa algo que nadie piensa: el fútbol no es un juego.


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