Revista Ciencia

El gas, una solución tan mala como el carbón

Por Karlosv9

El gas natural se está queriendo presentar como una alternativa al petróleo, como una solución a la escasez y a los altos precios que vamos a sufrir en un futuro inmediato. En muchos países, incluyendo Espańa, se están llevando a cabo estudios para, en un plazo no muy lejano, comenzar a realizar prospecciones en zonas donde se sabe que hay gas. El proceso de extracción de este combustible fósil no solamente es extremadamente peligroso para el medio ambiente y para las personas que viven cerca de estos yacimientos sino que, una vez analizado todo el proceso, el balance final de emisiones de CO2 del gas resulta igual o superior al del carbón.

24.08.2012, ladyverd.com
El gas de roca o de esquisto tiene un gran inconveniente que le impide ser una alternativa válida al petróleo: los dańos medioambientales de su extracción resultan de una enorme magnitud. Además, según unos recientes análisis científicos, a los dańos causados por su producción hay que ańadir un balance total de emisiones de gas de efecto invernadero igual o superior al del carbón. Esto se explica teniendo en cuenta que el gas natural (CH4) posee un coeficiente de calentamiento 25 veces superior al del CO2 (72 veces más durante los 20 primeros ańos desde su emisión) debido a que el gas tiene un tiempo de permanencia en la atmósfera diferente al CO2. A esto hay que ańadir que la producción de gas conlleva una fuga importante de metano a la atmósfera. Cuando los fluidos utilizados para fracturar la roca durante el proceso de fracking son bombeados para devolverlos a la superficie, estos arrastran consigo burbujas de gas natural que se dispersan en la atmósfera. Además, cuando se abren los pozos se producen fugas suplementarias de metano que, unidas a las fugas de los gaseoductos y demás equipamientos técnicos, hacen que la producción de gas sea mucho más contaminante y nociva de lo que nos presentan.
En 2011, un equipo de investigadores de la Universidad de Cornwell, en Estados Unidos, llegó a la conclusión de que, durante su explotación, los pozos de gas de esquisto dejaban escapar un 8% de metano hacia la atmósfera. Según estos científicos, “Desde el punto de vista medioambiental, el gas de esquisto es peor que el gas convencional, pero también que el petróleo y el carbón.”. Más recientemente, en febrero de 2012, se llevaron a cabo análisis del aire en la región estadounidense de Denver-Julesburg, donde se explotan 20.000 pozos de gas de esquisto. Este análisis  permitió constatar que las fugas de metano se producen en una horquilla de entre 2% y 8% del gas producido. Este análisis no tiene en cuenta las fugas que puedan darse en los gaseoductos.

Según el director del estudio, Gabrielle Pétron, “Estamos llevando a cabo otras mediciones en Utah cuyos resultados esperamos publicar antes de final de ańo y tomaremos más muestras incluso desde un avión.” Otros estudios están ya en marcha tanto en Texas como en Pensilvania, el debate científico se intensifica y el gas de esquisto comienza a ser visto como un problema más que como una solución.

En lo concerniente a la salud y a los dańos que causa esta contaminación, numerosos estudios revelan que no sólo hay que tener en cuenta el metano, sino otros hidrocarburos tan nocivos como el benceno. Estos hidrocarburos volátiles están catalogados como cancerígenos y suponen una grave amenaza para los vecinos de este tipo de explotaciones.
Sin embargo, todos estos estudios no parecen ser suficientes para los responsables políticos, que aún no han dado a conocer ninguna respuesta oficial. Lo que sí se está generando es una opinión cada vez más favorable a llevar a cabo una revisión de la actual legislación. Según Jesse Coleman, de Greenpeace EEUU, “la normativa con respecto a la fracturación hidraúlica se ha delegado a los Estados debido a que son más débiles, respondiendo a una estrategia de la industria para evitar una ley federal”.
Uno de los retos a los que se enfrenta una posible revisión de las leyes consiste en obligar a las empresas a revelar el tipo de productos químicos que utilizan durante el proceso de fracturación hidráulica y la limitación de las fugas de metano. La Agencia estadounidense por la Conservación del Medioambiente (EPA) presentará durante el verano de 2012 un proyecto de ley que contendrá medidas para limitar estas fugas y que se prevé aplicar en 2015.
Fuente
Fotografía de portada de J. Henry Fair en Industrial Scars
http://www.wikio.es
  

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