Revista Humor

'El gran Dictador'

Por Cooliflower

¿Eres varón y tienes más mala leche que los micos? ¿Te gusta compartir tu exceso de testosterona a balazos? Aprovechando la falta de empleo y las nuevas vacantes disponibles de tirano, Cooliflower te ofrece la posibilidad de encauzar tu carrera con los seis consejos prácticos del buen tirano. Aprovecha la oportunidad. Trabajar de tirano es divertido, vitalicio y está muy bien pagado. ¡Una carrera en la que sólo tú pones el límite!

1 – Inventa un 'espíritu nacional'

Exaltar lo patriótico ciega, pero sobre todo entretiene.

Consejos del buen tirano

Satura al pueblo con bailes y canciones tradicionales, organiza torneos deportivos, cuelga banderitas a discreción, repite que 'lo nuestro es mucho mejor que lo de fuera', haz marqués al selecci… (perdón, un lapsus, esto no es necesario). Cuando todo falle saca a pasear el 'espíritu nacional', que es tan intangible y gratuito como el místico. Colgar banderitas es mucho más barato que crear empleos o infraestructuras. El dinero que te ahorres y no repartas entre tus acólitos, mándalo a un paraíso fiscal, naturalmente.

2 – Utiliza la religión en tu beneficio

Un buen tirano sabe utilizar adecuadamente la religión porque el fanatismo embrutece. Un ejemplo básico: ¿Queremos mano de obra barata? 'Dios quiso que fabricáramos niños como conejos'. Enarbolando proclamas religiosas está permitido prometer un futuro mejor (y gratis) para cuando nuestros súbditos estén criando malvas. Podemos adornar el paraíso como queramos: prados verdes, vírgenes encantadoras (dejarán de ser vírgenes), paz infinita, partido en abierto Barça – Madrid cada semana, tapas gratis o una máquina de café italiano. Invertir en promesas para la vida eterna nunca falla; a día de hoy, nadie ha pedido el libro de reclamaciones.

3 – Usa el miedo

Todas las madres utilizan la frase 'Y si Pepito se tira a un pozo, ¿tú también lo harías?'. Pero Pepito nunca aspiró a ser tirano, de otra forma hubiéramos contestado: 'claro, mamá, Pepito me ha explicado que es el modo de salvarse de los zombis que acabarán con el mundo'. Hagamos como Pepito, el pequeño tirano, e introduzcamos el miedo en la vida de nuestro pueblo: terror a lo extraño, a lo nuevo, a lo extranjero… a cualquier elemento o pensamiento que amenace nuestra tiránica forma de vida. Consejo trendy: Las ejecuciones públicas siempre han sido muy del gusto de las masas y nunca pasan de moda.

4 – Sé codicioso, pero no tonto

Mira el ejemplo negativo de Mubarak, con el pueblo muerto de hambre se lleva 70.000 millones de dólares. ¡Mubarak, hombre, disimula un poco! Sabemos que para un dictador que se precie, menos de 10.000 millones es calderilla, pero mejor ser de la clase media tiránica con mil milloncejos que tener a toda la comunidad internacional encima. Ahora, por su mala gestión, le han bloqueado las cuentas de Suiza… Por codicioso, nuestro amigo Mubarak tendrá que pasar el resto de sus días con unos pocos cientos de millones, viviendo como un adinerado cualquiera.

5 – Controla los medios de comunicación

Internet, internet… todo lo que está ocurriendo en oriente viene por ese agujero. Si uno del gremio cae y el pueblo es testigo de la caída, tarde o temprano te podrá arrastrar esa siniestra ola de libertad. El control total se consigue poco a poco. Lo primero es bloquear internet, después, crea nuevas cadenas de televisión al servicio del régimen e intenta comprar las restantes. Si no es posible la compra, húndelas con todas tus armas al alcance ('arma' no tiene porque ser una metáfora). Hazte con el control de los medios más liberales y elimina los programas informativos sustituyéndolos con, por ejemplo, un reality 24 horas… ¿mmh… De qué nos suena esto?

6 – Sé mala persona

  Es lo más complicado, pero es un requisito absolutamente indispensable. Y no nos referimos a 'malo de robar el catálogo de Ikea del buzón del vecino', sino malo malísimo, un tipejo despreciable al que no importe bombardear a su pueblo si la cosa se pone fea. Y si siendo malo no llegas a tirano, siempre podrás aspirar a alto directivo sociópata, la tercera mejor profesión del mundo en la escala melapela, tras masajista de las cheerleaders de los Lakers.

¡Suerte en tu nuevo empleo! ¡Arriba tú!

Discurso de un tirano impostor


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