"El guerrero a la sombra del cerezo" de David B Gil

Japón, finales del siglo XVI. El país deja atrás la Era de los Estados en Guerra y se adentra en un titubeante periodo de paz. Entre las víctimas del largo conflicto se halla Seizo Ikeda, único superviviente del clan regente de la provincia de Izumo, huérfano a los nueve años tras el exterminio de su casa. Hostigado por los asesinos de su familia y condenado al destierro y al olvido, inicia un largo peregrinaje al amparo de Kenzaburo Arima, último samurái con vida del ejército de su padre, convertido ahora en su mentor.

En el otro extremo del país, Ekei Inafune, un médico repudiado por aplicar las artes aprendidas entre los bárbaros llegados de Occidente, se ve implicado en una conjura urdida a la sombra de los clanes más poderosos del país. Una conspiración capaz de acabar con el frágil periodo de calma que da comienzo.

Una novela cruda y bella, cargada de matices, que nos hace viajar a través de un Japón devastado por más de dos siglos de guerra, entre cuyas cenizas, sin embargo, florecen los más hermosos cerezos.

Encuadernación: Rústica con solapas / Ebook

Una historia como pocas. Hacía tiempo que no me embargaba una lectura de esta forma.

Es cierto que es extensa y que tiene un ritmo pausado, lento (pero no me malinterpretéis, no es que ese " lento" haga a la narración aburrida, es su tempo, contada de otra forma no se podría saborear de la misma forma) Es el ritmo que podría decirse lleva la naturaleza en formarse, en florecer. Nos
transporta a Japón, a otra época, donde las explicaciones, la contemplación, la vida... eran de otra forma, más reposada, pero a la vez más meditada.

Toda la narración es una enseñanza en sí misma, porque podemos aplicar muchas de sus enseñanzas a nosotros mismos.

Pero no deja de ser un viaje, tanto interior como de peregrinaje, una aventura, caminos que se entrecruzan, misterios, venganza, y por qué no amor, aunque sea casi místico.

Obviamente no todo es tan idílico, no olvidemos que nos habla de samuráis, por lo que habrá episodios más sangrientos, explícitos, pero no soeces.

Cuando el lector cree tenerlo todo atado da un buen giro argumental que dejará sorprendido.

Está narrado de forma natural, en tres partes y a su vez dividido en capítulos(49 para ser exactos); estas partes no coincidirán exactamente con los clímax o puntos de giro de la historia, más bien es la división por épocas o fases que han de pasar los personajes. Nos narra la historia de dos personajes principales que se van entremezclando. La narración abarca la vida entera de ellos por lo que la evolución será notable y nada desdeñable, la misma evolución la encontraremos en los secundarios más importantes. Pero desde el más simple, como puede ser un personaje que le enseña a jugar a Ekei al Go, están perfectamente caracterizados, vives las situaciones con ellos, les acompañas.

Particularmente la parte que más me ha gustado es la que narra las cuestiones médicas, la investigación de la enfermedad. Pero sin lugar a duda el peregrinaje y crecimiento de Seizo es la parte más aventurera, en la que se ve la vida de un samurái. Empatizas con Seizo niño a la primera; eso unido a las descripciones sublimes te dan ganas de llorar casi cuando le dejan "a su suerte" en sus primeros años, sintiendo el desprecio de la familia que le cuida

Son los libros que a los lectores neófitos en cuanto a autopublicados se refiere deberían leer, dado que sus comienzos fueron así y demuestran que la calidad existe.

Me vienen muchas novelas al uso para compararlas, pero así una relativamente reciente que también tuvo mucha aceptación fue El valle del asombro de Amy Tan. En temática no tiene nada que ver, pero en relación a inmersión en la narración, la atmósfera que te envuelve, y unas magnificas descripciones sí que me atrevo a compararlas un poco para que los lectores sepan que se pueden encontrar.