EL HÁBITO DE LA INFELICIDAD (y III)

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Ante las dificultades, como ya he dicho anteriormente, uno siempre puede seguir hacia su propósito de ser feliz… o abandonarlo, dejándose vencer por las circunstancias! Seguramente es ese el único sentido que tienen las adversidades en nuestra vida. Despiertan Conciencias dormidas, comprueban nuestra firmeza interior y nos ayudan a aceptar la realidad, aunque tenga poco que ver con lo que deseábamos para nuestra vida! Y uno es libre para dejarse abatir por la vida torcida o bien resurgir gracias a las dificultades, encontrar su sentido y crecer como ser humano! El ser humano es libre para ser feliz o infeliz, para amar o temer, son diferentes y opuestas opciones de vida!

No hay que juzgar las adversidades como justas o injustas, ni intentar evitar el encuentro con el dolor, por intenso que sea. Sí, en cambio, hay que aceptar que la vida es riesgo, que hay que confiar en ella olvidando nuestras anteriores experiencias y creer firmemente que, a pesar de todo, se puede ser feliz… y la felicidad depende de cómo sintamos las cosas! Al fin y al cabo, como he mencionado antes, la felicidad es una opción libre y personal, un modo de vida, como lo es también la infelicidad! ¿Crees -y, sobre todo, sientes- que en tu vida no hay razones suficientes para ser feliz?

En la vida de todo ser humano hay razones y momentos para ser feliz o infeliz, por igual! Lo que no hay son suficientes razones, situaciones ni momentos para ser siempre feliz o siempre infeliz! La vida cambia constantemente y no hay que amarrarse a uno de los dos extremos, pues la propia vida contiene a ambos! Seguramente la clave de vivir con valentía y dignidad ambos polos opuestos -que se van alternando, continuamente- sea buscarle el sentido profundo e invariable que tienen en nuestro interior! En nuestro interior se encuentran ambos y hay que aprender a integrarlos, como partes indivisibles de una misma vida, pero ya entonces plena! Aceptar solo uno de ellos es vivir sesgadamente la realidad, vivir una vida a medias! Y, ni que decir tiene, que es en la realidad plena donde hallamos la paz, el amor y la felicidad, que tanto buscamos fuera en nuestra vida, sin saberlos ni poderlos encontrar!

Cuando vives ya esa vida plena, eres capaz de ver color en la vida, muchas veces a pesar de las circunstancias, y se acercan a ti personas que viven la vida de la misma manera! Si en tu vida aparece alguien así, mira en tu interior porque quiere decir que algo en ti resuena… o sea que hay también color en tu interior y, si lo dejas, fluirá desde ti! El mundo que nos rodea no es más que un espejo que refleja lo más luminoso y, a la vez, lo más sombrío, que hay en nuestro interior! Y para eso existe la libertad, para que elijamos qué queremos en nuestra vida y qué personas nos reflejan -luego, nos aportan- todo eso que nos ayuda a ser cómo queremos ser, sacando lo mejor que tenemos en nuestro interior! Nadie puede sacar algo que no tienes, pero sí puede darte lo mejor que es y siente y, así, invitarte a que tú hagas lo mismo con los demás y con tu vida!

Los hábitos, con confianza y con constancia, pueden cambiarse! Deja que la vida te brinde la oportunidad y siéntela como tal, dejando fluir lo que ya tienes en tu interior! Quizás en un primer momento sentirás miedo de hacerlo, pues los malos hábitos están a veces muy arraigados en nosotros a través de la memoría de las experiencias pasadas y, frecuentemente, sobrevuelan nuestra mente! Pero, aún en estos casos, no permitas que solo la mente y el pasado dominen tu vida entera, hoy! El corazón y la mente son servidores que están al servicio de ti y de tu vida… y nunca al revés! Propónte firmemente ser feliz y lo serás, solo debes dejar que la felicidad fluya desde tu interior… donde siempre estuvo -quizás escondida bajo tus pensamientos y malos hábitos- y siempre lo estará, esperando a que la dejes salir y tengas el valor de vivirla… como siempre habías soñado!

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