Revista Solidaridad

El hambre en los tiempos del desamor: el canibalismo humano consentido

Por Iñaki Iñaki Alegria @InyakiAlegria

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El hambre en los tiempos del desamor: el canibalismo humano consentido

El mundo huele a almendras amargas, a desamor.

Hay algo peor que no tener nada que comer, y es no tener nada que comer en los tiempos del desamor, cuando a nadie le importe que te mueras de hambre.

Se mueren de hambre, no uno ni dos ni tres, a centenares día tras día, y no nos sentimos responsables, cuando lo somos, y mucho. Cada niño que muere de hambre muere por nuestra culpa, por nuestro silencio cómplice.

Hambrientos. Nada que comer. Un cuerpo que se come a sí mismo, canibalismo consentido, sin sentido.
Silencio internacional.

Cuerpos que se comen a si mismos, hasta desaparecer, hasta la muerte.

“Un niño que muere de hambre, muere asesinado”
Jean Ziegler

El hambre mata más personas cada año, cada día, que el sida, la tuberculosis y la malaria juntos, y no existe, la muerte silenciosa, invisible…

Será que el hambre no se contagia. Será que no interesa. Será que lo que interesa es precisamente esto, que se sigan muriendo de hambre.

Una persona con hambre es una persona que no molesta, que está ocupada en alimentarse, que dedica todos sus esfuerzos en buscar comida, en lo más básico.

El hambriento no se revoluciona.

Una cosa es tener hambre hoy. No comer hoy. Pero otra bien distinta es no comer bien nunca, vivir con hambre constante, un hambre que te va comiendo  a ti día tras día, existiendo sin que te des cuenta, sin que nadie se dé cuenta, es el hambre invisible, la desnutrición crónica.

Son millones de personas las que pasan hambre día tras día, pero las sentimos lejanas, no lo sabemos ni lo queremos saber, ni lo queremos imaginar.

Lo peor es la desnutrición crónica, cuando ya hemos normalizado que pasan hambre cada día y por tanto no existen ni se dedica ningún esfuerzo a ellos.

El primer objetivo de cualquier hombre es comer.

Me puedo dedicar a escribir todo esto porque no tengo que ocupar todo mi día a cubrir mi primera necesidad, buscar comida, comer.

Viven cada día al borde del abismo, una lluvia tardía provocara miles de muertes.

Todo gobierno niega el hambre, la oculta, la hace invisible, es evidente que a ningún gobierno le gusta admitir que su gente muere de hambre, que no tiene ni puede alimentarla.

El hambre, aunque la neguemos, sigue existiendo.

Etiopía, sequía, emergencia, el gobierno no solicita la ayuda que debiera. Después de todos los esfuerzos por hacer crecer y mejorar la imagen del país, cómo admitir y pedir ayuda para lo más básico, para alimentar a su gente.

Si falla lo más básico, el agua y el alimento, falla todo.

Precisamente por eso, por no admitir que falla todo.

La ONG Alegría Sin Fronteras  (www.alegriasinfronteras.org) en colaboración con la Fundación Pablo Horstmann  (www.fundacionpablo.org) han inciado un proyecto de intervención nutricional a través del manejo de la desnutrición aguda basado en la comunidad con el objetivo principal de combatir la hambruna causada por el fenómeno de El Niño en Etiopía.

Ayúdanos a combatir la hambruna en Etiopía realizando una donación a través de http://www.mgda.es/r/1/10913

(Fotografía cortesía del gran fotógrafo y persona Ignacio Marín, gracias por saber capturar el alma y compartir en primera persona los proyectos en Etiopía)


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