Revista Cine

El hijo; La enfermedad como macguffin narrativo

Publicado el 02 marzo 2023 por La Henryteca @LaHenryteca
Por Victor Fernández.

Tras su alabada ópera prima, El padre (2020), Florian Zeller regresa con una secuela espiritual que aborda, nuevamente, el drama y la afectación de un núcleo familiar a partir de la entrada en rutina de una enfermedad. El hijo (2022) pone en el centro de su historia un tema, por desgracia, de lamentable actualidad. Todos los días nos encontramos con diferentes titulares que abordan la depresión como uno de las más crecientes epidemias de nuestra sociedad, afectando de manera mucho más agresiva en adolescentes y jóvenes.El hijo; La enfermedad como macguffin narrativo"El suicidio es la principal causa de muerte en España entre los 15 y los 29 años"; "El suicidio entre niños y adolescentes se multiplica por 26 en una década"; “Hay un crecimiento alarmante tanto de autolesiones como de prácticas suicidas entre adolescentes”... Estos son solo algunas de las noticias que podemos encontrar en internet al buscar juntas las palabras depresión y adolescencia. No es de extrañar, ante tal situación, que los medios de narración artísticos quieran indagar en las entrañas del problema.El hijo; La enfermedad como macguffin narrativo
Nicholas (Zen McGrath) es un joven de diecisiete años que ha decidido no acudir a la escuela. Se pelea con su madre (Laura Dern), resulta agresivo, distante e inaccesible a la hora de comunicarse. Peter (Hugh Jackman), su padre, vive con su nueva pareja (Vanessa Kirby) e hijo recién nacido en una ajetreada, pero idílica vida. La aparición de Kate, su ex esposa, rogándole ayuda para reconducir a Nicholas, dará un vuelco a su rutina y a la noción de paternidad con la que había construido la relación con su hijo.Al contrario que ocurría en El padre, donde el punto de vista estaba claramente anclado en su anciano protagonista, cuyo alzhéimer funcionaba como motor narrativo y estructural de la película, en El hijo esta visión es mucho más difusa. Aunque la película se centre en la depresión de Nicholas como eslabón emocional de la trama, el punto de vista muchas veces divaga entre el del joven adolescente y el de su padre, sin quedar del todo claro cual es la visión que Zeller quiere dar sobre el problema.El hijo; La enfermedad como macguffin narrativo
Esto no solo afecta al desarrollo del argumento, si no que provoca una tramposo juego de máscaras que desencadena en un calibrado suspense en torno a la depresión que sufre su protagonista. Al igual que ocurría en El padre, donde el alzhéimer se convertía en macguffin de la cinta, El hijo vuelve a  emplear los mecanismos de la enfermedad para generar tensión narrativa, algo de moralidad bastante criticable, al menos para quien esto escribe.La conversión de una enfermedad en elementos narrativos de tensión y melodrama, vuelven a convertir la película de Florian Zeller en un pobre ejercicio de teatralidad y lacrimógena manipulación. La dirección resulta bastante plana y artificial en la construcción de los escenarios, secuencias e incluso en la interpretación de sus actores, que no alcanzan en ningún caso el tono requerido (el joven Zen McGrath no da la talla y su interpretación saca mucho de la película).El hijo; La enfermedad como macguffin narrativo
Allí donde en El padre se hacía uso del alzhéimer, a través del montaje, para elaborar un discurso de suspense y giros narrativos, El hijo utiliza el cambiante punto de vista, empleando incluso el punto de vista externo del cineasta para precipitar acontecimientos, como pobre obviedad y dudosa consideración. Uno no sabe, finalmente, si había algún interés en hablar sobre la depresión o en utilizar dicha enfermedad como elemento de estremecedor y tramposo impacto.En su rutinarias formas, tanto visuales como narrativas, uno no encuentra ningún tipo de reflexión. Incluso, podríamos decir, que en su provocada búsqueda de impacto emocional, la película acaba lanzando un mensaje algo confuso sobre la culpabilidad familiar de dicha enfermedad, sin bucear realmente en ello con argumentos, preguntas, luces y sombras. Todo parece dirigido, desde el primer minuto, hacia un desenlace final que la propia planificación anticipa, volviendo a utilizar el engaño narrativo (hacernos creer al espectador lo que no es, para quitárnoslo y provocar más conmoción) como macguffin de una historia que no requiere de dichos elementos.

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    • ##check## Lo bueno
      • Algunos actores que intentan sacar adelante la función... Aunque incluso los mejores no llegan a dar la talla en una dirección demasiado telenovelesca.
    • ##times## Lo malo
      •  El empleo de los mecanismos de una enfermedad como generador de tensión narrativa.

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    • Ambientación 3.5
      • Pobre y muy televisiva. Los apartamentos respiran teatralidad, pero luego la película no juega con ese aspecto en la puesta en escena.
    • Desarrollo de Personajes 3.5
      • Muy pobre y tramposo. Todo el desarrollo que podemos encontrar va destinado a un final de muy dudosa estrategia dramática.
    • Argumento / Guion 3.0
      • Muy flojo. El no anclar el punto de vista, ni el interés, en aquello que aparentemente quiere narrar el cineasta, convierte la historia en una simple excusa para la manipulación.
    • Banda Sonora 4.0
      • No sirve para otra cosa que para subrayar emociones de manera abusiva. La escena del baile en el salón, con la marcada concepción de la cámara y la escena, o el plano final, son claros ejemplos.
    • Entretenimiento 3.5
      • La película resulta plana y aburrida, desconcertante en el mal sentido de la palabra.
    • Montaje / Innovación técnica 3.5
      •  Una propuesta muy añeja y un montaje que no hace nada más allá que avanzar la trama sin añadir capas.
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    • Puntuación Total  3.5 / 10
      • EstrellaEstrellaEstrella

Trailer:Fuente Imágenes: Diamond Films


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