Cuento
Cuenta una leyenda oriental que un viajero fue en busca de un sabio anciano que vivía en la calle. Se acercó a él y le dijo:
—Dicen por ahí que eres la persona más sabia de aquí..,
¿es verdad?
—Sí, lo soy —respondió el sabio.
—Entonces, contéstame:
¿qué puede hacer un sabio como tú que no pueda hacer cualquier otra persona?
Sorprendido por la pregunta del viajero y porque además ponía en duda su sabiduría, el anciano le contestó:
—Cuando yo como, solo como. Cuando duermo, solo duermo. Y cuando hablo contigo, solo hablo contigo. Eso es todo.
—¿Y ya está? —volvió a preguntar el viajero, incrédulo—.
Eso también puedo hacerlo yo y no soy ningún sabio —añadió.
—Lo dudo mucho. Respondió el sabio, y continuó:
Seguro que cuando duermes, piensas en lo malo del día o en lo que te espera la mañana siguiente. Cuando comes, estás pensando qué harás más tarde. Y cuando hablas conmigo, estás pensando qué respuestas me darás y qué me dirás en vez de escuchar lo que te digo. Para ser sabio, el secreto está en vivir cada momento del presente, ser consciente de lo que vives y así poder disfrutar de cada minuto de la vida.