Revista Cultura y Ocio

El hormiguero de soraya, o el "zasca" que nunca fue.

Por Francisco Enrique Perez Ruiz-Poveda @PATXIPE
hormiguero soraya,


Últimamente en ambientes tanto culinarios como musicales es muy frecuente mencionar el mestizaje, al hablar de mezclas de conceptos en teoría lejanos. Unir, por ejemplo, el jazz con el flamenco, o la comida de alto nivel con las recetas, quizás, de la abuela.

Lo de ayer de la Vicepresidenta del gobierno, Doña Soraya Sáenz de Santamaría en El Hormiguero,  es como disfrazar a Mocito Feliz, espero que me perdone alguna vez, él naturalmente,  de mito erótico, o poner a un Cristo de nuestros días como representante de maderas, teniendo en cuenta cómo en su momento acabo “la cosa”.
Las mentes pensantes tanto de Antena 3 como las de El Hormiguero deberían tener en cuenta para la siguiente (que desgraciadamente la habrá, porque todavía quedan casi tres meses para unas elecciones, que visto lo visto se presentan como si fueran un circo de tres pistas con vistas interestelares) advertir al personal que no debiera ver ese programa sin haber hecho la digestión previamente, ni tener el testamento preparado, ya que las imágenes a ver van a ser realmente duras.
Y, en realidad, todo empezó hace unos meses con un Pablo Iglesias que ya, antes de presentarse a la política, previamente provenía de los medios de comunicación con los que había hecho grandes migas. El recién nombrado, entonces, “jefe socialista”, Pedro Sánchez, vio lo que se avecinaba e hizo ojitos a Jorge Javier Vázquez, durante unos comentarios de éste en su programa vespertino, no dudando en contactarle en el mismo momento. Y el resto, ya es historia. Y, como se suele decir, de aquellos polvos, y con perdón, vienen estos lodos.
Ya el baile de Miquel Iceta se ha quedado pequeño, y lo de Soraya es el equivalente a la niña del exorcista haciendo yoga. Algo difícil de definir y, por supuesto, de digerir.
Estos días hemos tenido que ver en los medios de comunicación cómo todo un Mariano Rajoy, que no es precisamente la alegría de la huerta, nos contaba el chiste, porque no se puede ver de otra manera, de que Pedro Sánchez se ha radicalizado.
En algunas esferas, y este vecino del mundo espera que se le entienda, uno no es lo que es, sino lo que representa, y con Doña Soraya Sáenz de Santamaría se puede ir a rezar una novena a la “Vírgenquesea” o pasar el día de la banderita en cualquier mesa de señoras que se precien, para obtener dinero para los niños ricos del mundo que están sufriendo la desgracia de que sus padres entren en prisión, por unos viajes de nada que han hecho a paraísos fiscales. Pero, precisamente a Doña Soraya, no le veo en una noche loca de discoteca, a no ser que sea celebrando una inopinada victoria electoral, por ejemplo, tras el 20 de Diciembre. Si eso ocurriera, se puede esperar hasta un streptease por parte de toda la cúpula del partido, aunque al día siguiente fueran en peregrinación a Santiago de Compostela descalzos y haciendo el camino de espaldas.
Uno no puede ser el máximo en todo. Y si ayer se le presentó en su entrada al programa como una de las mujeres más poderosas de Europa, que de antemano, ella ya entró en el plató como disculpándose, lo que no se puede pretender es ser graciosa, ni con sus gestos, ni con los actos, ni suyos ni por parte del partido al que representa. No se puede ser los reyes de los recortes, y venir ahora a hacernos “gracietas”. 

El momento álgido de la entrevista, y de la que estoy seguro que Pablo Motos, a posteriori, vio el tren de la oportunidad marcharse, fue cuando Soraya, como hablando sola, se quejó de que en su legislatura no han tenido dinero, y no han podido hacer muchas cosas. Dando a entender, que en la futura sí habrá, y que se podrán hacer mejoras.


El Señor Motos, ya en su camerino, y los guionistas que tampoco estuvieron rápidos de reflejos para decírselo mediante el pinganillo, han tenido que arrepentirse amargamente del “zasca” que se dejaron en el tintero. Ayer precisamente declaraba, otra vez, el Señor Rato en los juzgados. Y le podía haber recordado a Doña Soraya en esos momentos de queja, la cantidad de dinero que se ha tenido que ir por las alcantarillas de la corrupción. Si le da ese “zasca”, quizás el momento del baile final no hubiera existido. Tal vez, se pudieron reprimir por eso. Pero no se puede desperdiciar un momento como el que tuvo el Señor Motos, y que de haberlo usado, quizás hubiera cortado otros momentos circenses, de un circo “friki” elevado a la décima potencia, se entiende, que sin duda tiene que venir, antes del todavía lejano 20 de Diciembre.Que no se me olvide hacer el testamento, y no comer nada a partir de las ocho de la noche. Por lo que pueda venir...*FOTO: DE LA RED
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